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China logra su mayor contrato en el exterior con una línea férrea en Nigeria

El proyecto para unir por tren el litoral del país suma 9.500 millones de euros

Un tren CRH de alta velocidad viaja por Urumqi, China.
Un tren CRH de alta velocidad viaja por Urumqi, China.Getty

China sigue adelante con su llamada "conquista silenciosa" por todo el planeta. La compañía China Railway Construction Corporation (CRCC), de propiedad estatal, será la encargada de construir una línea ferroviaria de 1.402 kilómetros que recorrerá prácticamente toda la costa de Nigeria y unirá las ciudades de Lagos y Calabar. El contrato está valorado en unos 9.500 millones de euros (12.000 millones de dólares) y es el mayor logrado por una empresa china en el exterior En comparación, el AVE que empresas españolas construyen para unir las ciudades saudíes de Meca y Medina está valorado en 6.736 millones de euros.

El proyecto, según afirmó el consejero delegado de CRCC, Meng Fenchao, "beneficiará a los dos países". China se asegura exportar más de 3.000 millones de euros en equipamiento para la construcción del proyecto, que creará más de 200.000 empleos directos e indirectos, según cálculos de la compañía. La firma no es nueva en el continente africano: ha financiado proyectos de mantenimiento de líneas ferroviarias en Argelia, Tanzania, Zambia o Libia. Fuera de África, construyó junto a un consorcio turco la línea de alta velocidad que une Estambul con Ankara y una línea de metro en la ciudad de La Meca.

La constructora es la misma que la del AVE mexicano que fue cancelado

Se trata de la misma compañía que ganó el proceso de licitación del tren de alta velocidad desde Ciudad de México a Querétaro, un contrato que quedó anulado de forma fulminante por el propio presidente del país, Enrique Peña Nieto, tras las críticas despertadas por el concurso. China mostró su decepción por la paralización del proyecto en boca de su primer ministro chino, Li Keqiang, que instó al líder mexicano en una reunión bilateral en la reciente cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) a tratar las empresas chinas de manera "justa".

China, en su estrategia de animar a las empresas a buscar inversiones fuera de las fronteras del país, está apostando fuerte en el sector ferroviario y especialmente en la alta velocidad. El país cuenta con más de 11.000 kilómetros de líneas de este tipo construidas durante las dos últimas décadas y ahora quiere exportar su tecnología y experiencia al exterior. El sector sufrió un serio revés en 2011 por un accidente que acabó con la vida de 40 personas en la ciudad de Wenzhou y por una extensa red de corrupción en el sector que acabó con el ministro de Ferrocarriles, Liu Zhijun, entre rejas tras ser declarado culpable de soborno y malversación de fondos públicos.

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Sin embargo, la industria se recuperó y las principales compañías chinas han empezado a competir con las occidentales para lograr macroproyectos en América del Norte o Europa, por ahora sin éxito. El mayor mercado, sin duda, está en los países en desarrollo del sureste asiático, que cuentan con grandes necesidades de infraestructuras y poca financiación. Los proyectos estrella son la alta velocidad entre Kuala Lumpur y Singapur así como planes para unir ciudades en Vietnam, Tailandia o India.

El capital chino está abonando el terreno para ser el elegido en algunos de estos países. El presidente Xi Jinping encadena numerosas iniciativas para facilitar la financiación de proyectos de este calibre, como el Nuevo Banco de Desarrollo —más conocido como el banco de los BRICS— con un capital inicial de 50.000 millones de dólares o el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB), con la misma cantidad de fondos, claramente liderado por China y participado por India, Singapur, Vietnam o Filipinas. Durante la APEC, Xi dio un golpe de efecto al anunciar además una aportación de 40.000 millones de dólares a un fondo para reactivar las antiguas rutas de la seda, tanto terrestre como marítima. El capital se utilizará para "reducir los cuellos de botella de la conexión en el continente", dijo, lo que se interpreta como más dinero chino para autopistas, trenes o puertos en Asia Central y suroriental.

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