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Más de 300 detenidos en Los Ángeles en protestas pacíficas por Ferguson

Pequeños grupos de unos cientos de personas tratan de cortar las autopistas de la ciudad en solidaridad con la comunidad negra

Pablo Ximénez de Sandoval
La policía rodea a un grupo de manifestantes, el miércoles en Los Ángeles.
La policía rodea a un grupo de manifestantes, el miércoles en Los Ángeles.AFP

Las protestas raciales por la situación en Ferguson, Misuri, han prendido en Los Ángeles más que en ningún otro sitio, aunque hasta el momento de forma pacífica en general. La policía efectuaba en la noche del miércoles una detención masiva por tercer día consecutivo tras una protesta cerca de la sede del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), en pleno centro histórico de la ciudad. Alrededor de 130 personas fueron detenidas el miércoles, que se suman a las 197 que habían sido detenidas en las dos jornadas anteriores desde la decisión de un jurado de no presentar cargos contra el policía blanco que mató a tiros al joven negro Michael Brown. Es decir, hay más detenidos por estos hechos en Los Ángeles que en Ferguson.

La dinámica de las protestas en Los Ángeles estos tres días ha seguido un patrón poco visto en la ciudad. Las concentraciones son de apenas unos cientos de personas, pero atacan quizá el servicio más sensible de la ciudad: el sistema de autopistas. El primer día, la policía logró impedir que subieran a una autopista. El segundo día, lograron cortar el tráfico en la autopista que une el centro con Hollywood, por dos veces. Momentáneamente, también fue cortado el eje norte-sur. Estas acciones apenas duran unos minutos y se realizan entre poca gente, pero su impacto pone en alerta a toda la ciudad, que literalmente depende de estas autopistas para funcionar, pues no hay alternativa de transporte público para la mayoría de desplazamientos.

En la noche del miércoles, las detenciones se produjeron en el centro de la ciudad, frente a la sede del LAPD. Una nueva manifestación comenzó sobre las tres de la tarde. La policía decidió intervenir cuatro horas y media después. Sin violencia, los agentes rodearon a un centenar de manifestantes y los detuvieron al desobedecer la orden de terminar la protesta. De los más de 300 detenidos, solo uno está acusado de agredir a un agente.

Un grupo de manifestantes corta una autopista de Los Ángeles, el martes.
Un grupo de manifestantes corta una autopista de Los Ángeles, el martes.AFP

“El Departamento de Policía de Los Ángeles y la Patrulla de Carreteras de California han sido extremadamente generosos en permitir la expresión de la Primera Enmienda”, dijo el jefe de policía, Charlie Beck, por la mañana. “Hemos dado a todo el mundo la oportunidad de hacer lo que creían que tenían que hacer para dejar clara su posición. Pero eso tiene límites, cuando la gente llega a esos límites, tenemos que tomar acciones de fuerza”.

El episodio de violencia más conocido de Estados Unidos es el que siguió a la absolución de cuatro policías blancos que apalizaron en el arcén de una autopista de Los Ángeles a Rodney King, de raza negra. Una grabación casera del incidente, en la época preInternet, dio la vuelta al mundo y agitó la indignación. La tensión explotó tras la absolución de los policías en abril de 1992. En los días siguientes South LA, el barrio al sur del centro financiero que tiene más concentración de personas de raza negra al tiempo que una alta tasa de criminalidad, ardió por los cuatro costados. Murieron más de 50 personas.

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Desde entonces, la relación de Los Ángeles con su policía ha cambiado mucho. No solo las razas están más mezcladas en el cuerpo público, sino que es política oficial mezclarse con las comunidades, organizar charlas y tratar de tener presencia en todos los barrios. Este verano, hubo un momento en que pareció que la tensión de Ferguson se podía contagiar a Los Ángeles.

El 11 de agosto, en plenas protestas de Ferguson, un policía mató a tiros a un joven negro llamado Ezell Ford, de 25 años, en un confuso incidente. El jefe de la LAPD, Charlie Beck, se presentó pocos días después en una iglesia de South LA para dar explicaciones personalmente a todos los miembros de la comunidad que quisieran acercarse. Estuvo horas contestando preguntas y escuchando quejas de una comunidad indignada. El homicidio de Ford sigue presente en South LA y la investigación no ha concluido, pero no llegó a haber disturbios por este caso.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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