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Argelia investiga los siniestros de los aviones militares que compró a Rusia

Dos de los cuatro accidentes registrados este año son de aparatos de fabricación rusa

Javier Casqueiro
Aviones de combate Sukhoi Su-27 durante una exhibición cerca de Moscú, en 2013
Aviones de combate Sukhoi Su-27 durante una exhibición cerca de Moscú, en 2013M. SHEMETOV (REUTERS)

El Ministerio de Defensa de Argelia ya ha admitido finalmente el problema con sus aeronaves militares. Se accidentan demasiado y en extrañas circunstancias. En lo que va de año se han producido cuatro accidentes graves, mortales, uno de ellos con 77 pasajeros fallecidos. El Ministerio ha abierto unas investigaciones internas aunque ha precisado categóricamente que no se ha enviado ninguna delegación militar a Rusia por este caso. Argelia firmó en 2006 con la Rusia de Vladímir Putin un programa para reponer 80 cazas. Varios de los aviones militares siniestrados son rusos.

Argelia es una potencia militar de primer orden. El segundo país de África tras Egipto y el 18º del mundo. Su Ministerio de Defensa se lleva el 21% del presupuesto (la mayor partida), 10.000 millones de euros para 2015, con un aumento del 8,7% con respecto al ejercicio anterior. El país se siente amenazado y acorralado por sus vecinos: con Marruecos tiene cerrados sus 1.500 kilómetros de frontera hace 20 años, y con Libia sus porosos límites se extienden hacia el sur por el desierto y facilitan todo tipo de contrabando.

La flota aérea se compone actualmente de 440 aeronaves, con un ambicioso programa de reposición de 80 cazas Mig 29-SMT que se firmó con la Rusia de Putin en 2006 por valor de 7.000 millones de dólares. Entre 2001 y 2006 se habían producido media docena de accidentes. Entonces se decidió actuar pero ese contrato ya estuvo entonces envuelto en polémica. Tres oficiales superiores comparecieron ante un tribunal acusados de corrupción y fueron condenados a seis meses de prisión. Técnicos de la aviación militar argelina le pusieron también muchas reservas a ese plan por la calidad de los aparatos y el escándalo permitió su sustitución por otros aviones.

Pero algunos de esos aviones se siguen cayendo. Desde que se suscribió esa colaboración con Rusia se han producido al menos otros ocho accidentes, en la mayoría de los casos de aviones de combate Mig 29 y Soukhoi.

Este año 2014 ha sido particularmente fatal. El pasado 11 de febrero se accidentó un Hércules de transporte C130 contra el monte Djebel Fartas, en Oum El Bouaghi, donde murieron 77 pasajeros. El 9 de marzo fue un helicóptero el que se precipitó tras despegar en el aeropuerto de Amenas. El pasado 13 de octubre fue un bombardero Soukhoi SU 24 el que despeñó en Hassi Bahbah y mató a sus dos pilotos y el 11 de noviembre se accidentó en la misma zona un Mig 25 en un entrenamiento.

Esta semana un especialista militar del diario argelino El Watan, Salima Tlemçani, descubrió el escándalo y añadió que una delegación de militares del país al frente de la investigación había acudido a Rusia para entrevistar a los responsables de las firmas constructoras, Soukoi y Mikoyan-Gourevitch. El Ministerio reaccionó en esta ocasión rápido pero para precisar que los accidentes ocurren en todas las aviones del mundo y, sobre todo, para matizar que la investigación se había abierto por especialistas en el propio país y nadie había viajado por ese motivo a Rusia.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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