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El preso anarquista griego pone fin a la huelga de hambre

El Parlamento aprueba que los reclusos asistan a clase con vigilancia electrónica

El padre de Nikos Romanós espera ante el Parlamento durante la votación de la nueva ley sobre permisos penitenciarios.
El padre de Nikos Romanós espera ante el Parlamento durante la votación de la nueva ley sobre permisos penitenciarios.LOUISA GOULIAMAKI (AFP)

Nikos Romanós, un anarquista de 21 años en huelga de hambre desde hace un mes, ya recibe alimentación en el hospital de Atenas donde está internado, después de que el Parlamento griego aprobase este miércoles por unanimidad una nueva ley que le permitirá a él, y a cualquier otro recluso, asistir personalmente a clase, un propósito que en su caso había sido denegado por los jueces por riesgo de fuga y que motivó su protesta. Con su prolongado ayuno, Romanós, que fue condenado en octubre a 15 años de cárcel por dos atracos a mano armada, había catalizado de nuevo a un amplio sector de la población –jóvenes y estudiantes en su mayoría- en un movimiento de protesta cuyas manifestaciones más violentas convirtieron el pasado fin de semana a Atenas en una ciudad en práctico estado de sitio.

El final feliz del episodio pasa por la colocación de una pulsera electrónica para controlar los movimientos del joven, que precisamente esta mañana había dejado de ingerir agua para redoblar su protesta. Fuentes de la familia manifestaron que Romanós respetará las condiciones que estipulan los permisos penitenciarios y también la confianza de todos los que le han apoyado, desde el líder de la oposición, Alexis Tsipras, hasta los grupos de activistas que aún hoy ocupaban varios edificios en Atenas y Salónica en solidaridad con él. Como condición para asistir a clase, Romanós, y cualquier otro preso matriculado en un instituto o universidad, deberá cursar, y superar con éxito, un tercio del primer semestre a distancia. La introducción del dispositivo de vigilancia fue una moción conjunta de todos los partidos al borrador de la ley, que sólo contemplaba la posibilidad de estudiar a distancia.

“La democracia y la ley han ganado. Este muchacho luchó por su vida, y la suya fue una batalla muy dolorosa y difícil (…) No es momento adecuado para celebraciones, lo importante es que se ha salvado una vida humana”, declaró a los periodistas el abogado de Romanós, Frangiskos Rangusis.

Masiva manifestación de jubilados en Atenas contra un nuevo recorte de las pensiones

Aunque la tramitación parlamentaria ya estaba prevista, muchos ven en la nueva ley una victoria del joven sobre el sistema –coadyuvada, al parecer, por la intercesión del presidente del país, Karolos Papulias, ante el primer ministro, el conservador Andonis Samarás, para evitar un final trágico que pudiera prender otra hoguera en un momento de acusado nerviosismo por la convocatoria adelantada de las elecciones presidenciales. Porque es esta próxima cita -la votación parlamentaria empieza dentro de una semana, el miércoles 17-, y no el fin de la huelga de hambre, la que ha concitado la atención de los medios de comunicación tradicionales, que también se hicieron eco de una triste y nutrida manifestación de jubilados, bajo una fría llovizna, en la plaza Syntagma de Atenas, a escasos metros de un campamento de refugiados sirios -algunos de ellos también en huelga de hambre- en demanda de mejores condiciones de vida.

Samarás, azuzado por la troika –que ha vuelto a Atenas para realizar la quinta revisión del programa de rescate- ha ofrecido a los acreedores un nuevo paquete de ajustes, entre los que destacan la congelación de las pensiones a partir de 2015 durante dos años y elevar a los 63 años la edad mínima para percibirlas. La protesta incluyó un reparto de comida para los más menesterosos, porque, como recordaba Mijalis Papas, profesor de primaria retirado, “aquí hay muchos con pensiones de 400 euros que no sólo no pueden comer durante todo el mes; tampoco comprar medicinas si tienen alguna enfermedad crónica… y a estas alturas de la vida casi todos las tenemos. Lo que está haciendo el Gobierno es ofrecer en bandeja nuestra miseria a la troika”.

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A diferencia de los medios de comunicación convencionales, la red celebró con entusiasmo el fin de la huelga de hambre de Romanós. No en balde, el hashtag #NRomanos ha sido tendencia en Grecia en las últimas semanas, mostrando el claro divorcio existente entre los main stream media y una realidad alternativa de la que las redes sociales informan en paralelo.

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