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Rousseff perfila su gabinete bajo la presión de sus aliados políticos

La presidenta de Brasil nombra ministro de Ciudades a un alcalde impopular y coloca en Agricultura una defensora del agro-negocio

Carla Jiménez
Rousseff en un desayuno con la prensa el lunes en Brasilia.
Rousseff en un desayuno con la prensa el lunes en Brasilia.REUTERS

Tras desatar la furia de la izquierda por nombrar hace unas semanas a un técnico de filiación liberal al frente del Ministerio de Hacienda, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, no va a ganar popularidad tras anunciar el martes los nombres de 13 de los 39 ministros de su nuevo Gobierno, procedentes de hasta seis partidos distintos.

Para el futuro Gabinete, que debutará en enero, se esperaba que Rousseff mantuviese la determinación que mostró al nombrar el 27 de noviembre a Joaquim Levy, exsecretario del Tesoro durante el primer Gobierno Lula (en 2003) y que trabajó en el FMI, como ministro de Hacienda con objeto de enderezar la economía.

Ese coraje, que exigía la precisión de un cirujano, hubiera sido bienvenido en un momento delicado de su gestión por el escándalo de corrupción de Petrobras. Los 13 nombres anunciados, algunos de ellos muy polémicos, han caído como un jarro de agua fría y cuestionan el estilo de gobernar de Rousseff dada la encrucijada en la que se encuentra hoy el gobernante Partido de los Trabajadores (PT).

La necesidad de ampliar los apoyos al PT en las Cámaras (donde sus aliados del Partido del Movimiento Democrático de Brasil, PMDB, a la derecha, presentan la segunda mayor bancada en el Congreso y mayoría en el Senado), el trueque, la lealtad sin fisuras y los favores debidos tras unas elecciones presidenciales que Rousseff ganó por la mínima han quedado al descubierto. Entre los nombrados figuran políticos del Partido Comunista do Brasil (PCdoB) y de los derechistas Partido Republicano de la Orden Social (PROS), Partido Social Democrático (PSD) y Partido Republicano Brasileño (PRB).

Faltan muchas carteras por confirmar, pero las que se han confirmado hasta ahora no ayudan    a la popularidad de la presidenta de Brasil

En el nuevo Gabinete, el PMDB consigue seis ministerios (uno más que ahora) y el control del sector eléctrico del país, lo que incomoda no solo a quien no votó por la presidenta sino, mucho peor, a sus propios electores. Entre las carteras que obtiene, la más polémica es la de Agricultura, cuya titular será Kátia Abreu. Hasta ahora presidenta de la Cámara de Agricultura, senadora y calificada como “la reina de la motosierra” por Greenpeace, Abreu es muy conocida por sus posiciones cercanas a favor del poderoso lobby agrícola y muy poco sensible cuando se ha tratado de defender causas ambientales o indígenas, dos cuestiones fundamentales para los movimientos de izquierda. Eduardo Braga, líder durante años de la mayoría gubernamental en el Senado, también del PMDB, estará al frente del Ministerio de Energía y Minas del que dependen Petrobras y Eletrobras, dos piezas claves de la economía, en una profunda crisis.

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No son los únicos nombramientos contestados. Rousseff ha designado ministro de las Ciudades, una cartera con más de 6.000 millones de euros de presupuesto y que tiene como objetivos ampliar las politicas sociales de vivienda y saneamiento básico, a Gilberto Kassab, del PSD, partido creado por él mismo. La imagen del exalcalde de São Paulo no es la de una persona con sensibilidad ante los problemas de una megalópolis como la capital paulista, sino la de un edil que en 2010 cerró albergues para personas sin techo y que apostó por políticas sociales restrictivas.

Kassab dejó su cargo como uno de los alcaldes peor valorados de Brasil. Sobre todo porque en 2011, un año antes de concluir su mandato, parecía dedicar más tiempo al diseño de su nuevo partido que al gobierno de la ciudad. Aquel año, un grupo de diputados del partido opositor Demócratas (DEM) se pasó a las filas de Kassab, que a su vez los incorporó como socios del PT y acabó las tensiones con la presidenta. Rousseff no se olvida de quien le es fiel y tres años después, ha recompensado el empeño del exalcalde con un ministerio.

El PROS, creado en 2010 pero no institucionalizado hasta 2013, también ha sido premiado por su lealtad, pese a su corta existencia y ha desalojado por primera vez al PT de la cartera de Educación, bastión de la formación desde los Gobiernos de Lula da Silva. Su nuevo titular será el hasta ahora gobernador de Ceará, Cid Gomes, un peón electoral de Rousseff y uno de sus mayores defensores en los momentos de debilidad. A pesar de haberse hecho impopular gracias a un comentario sobre los docentes —“Un profesor debe trabajar por amor y no por dinero”, dijo en 2011—, Gomes viene de un Estado, laboratorio de los experimentos educativos del PT, que ha logrado situarse durante dos décadas en el primer lugar en el ránking educativo de su región, el Nordeste. Otros nombramientos cuestionados son el del nuevo titular de Deportes, George Hilton (PRB-MG), presentador de televisión, y miembro de una Iglesia evangélica. En espera de conocer el resto del Gabinete, las complejas negociaciones que Rousseff ha mantenido estos últimos días con su vicepresidente Michel Temer —al que llaman el bombero del PMDB por su habilidad para las crisis— en vez de atizar fuegos, parecen haberlos encendido.

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Sobre la firma

Carla Jiménez
Directora de EL PAÍS en Brasil desde 2018. Trabajó en O Estado de S. Paulo, Agência Estado, revista Época e IstoéDinheiro. Nació en Chile, creció en Brasil. Es formada en Periodismo por la Universidad Cásper Líbero, con especialización en Economía en la Fipe/USP. Forma parte de EL PAÍS desde 2013.

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