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El Papa pide que “nunca más” haya guerras ni esclavos

Francisco recuerda “el deber” de garantizar condiciones de trabajo y sueldos dignos

El papa Francisco oficia misa este jueves en la Basílica de San Pedro.
El papa Francisco oficia misa este jueves en la Basílica de San Pedro.E. F. (EFE)

“No esclavos, sino hermanos”, ha sido el llamamiento del papa Francisco durante la homilía de Año Nuevo en la Basílica de San Pedro, con más de 50.000 fieles esperando este jueves el primer Ángelus del año. “Hay que luchar contra las formas modernas de esclavitud”, proseguía su mensaje dedicado además a la celebración de la cuadragésimo octava edición de la Jornada Mundial de la Paz. En su discurso aclaró que se refería a los “muchos emigrantes que, en su dramático viaje, sufren el hambre, se ven privados de la libertad, despojados de sus bienes o de los que se abusa física y sexualmente” pero también “a tantos trabajadores y trabajadoras, incluso menores, oprimidos de manera formal o informal en todos los sectores, desde el trabajo doméstico al de la agricultura, de la industria manufacturera a la minería”.

Para el Pontífice “la pobreza” está a la cabeza de las causas que contribuyen a la aparición de formas de esclavitud moderna, seguida de “la falta de educación” y de las “escasas, por no decir inexistentes, oportunidades de trabajo”. Palabras de denuncia que en realidad ya habían sido adelantadas el pasado día 12 por el Vaticano, en la presentación del primer discurso del año y en el que el obispo de Roma recuerda a las empresas que tienen “el deber” de garantizar a sus empleados “condiciones de trabajo dignas y salarios adecuados”.

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Francisco también ha condenado “la corrupción de quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa para enriquecerse”, argumento del que ya habló el 31 de diciembre, durante la celebración del Te Deum con el que despidió 2014. En la última homilía del año el Pontífice condenó el escándalo Mafia Capital que ha sacudido los cimientos de Roma sacando a la luz una vasta red criminal en la que funcionarios públicos y políticos locales se habrían apropiado de fondos destinados, precisamente, a los centros de acogida de inmigrantes y otros servicios sociales para los más necesitados. Tras asegurar que la capital de la cristiandad, necesita “renovarse moral y espiritualmente”, el Papa concluyó asegurando que hay que “servir a los pobres, y no servirse de los más débiles”.

“La paz siempre es posible y en su raíz está el rezo”, dijo Francisco. “¡Nunca más guerras, nunca más! Pero siempre el deseo y el empeño de fraternidad entre los pueblos”.

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