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Europa marca el paso de la campaña electoral griega

La oferta se divide entre el rechazo a la austeridad y el mantenimiento de los compromisos

María Antonia Sánchez-Vallejo
El ex primer ministro griego Yorgos Papandreu saluda a sus partidarios en la reunión inaugural de su nuevo partido, el sábado.
El ex primer ministro griego Yorgos Papandreu saluda a sus partidarios en la reunión inaugural de su nuevo partido, el sábado.angelos tzortzinis (afp)

Un no rotundo a la austeridad de Bruselas y Berlín frente al mantenimiento de los compromisos contraídos con la troika. Este es el polarizado contexto en que ha arrancado la campaña electoral griega, con el primer partido en intención de voto, el izquierdista Syriza (en torno al 30% de apoyos, según la última encuesta), partidario de abandonar el rescate, mientras el segundo, la conservadora Nueva Democracia, apela a la responsabilidad de proseguir las negociaciones y los pactos suscritos con los acreedores. Dos extremos aparentemente irreconciliables, ante una población que defiende mayoritariamente (74,2%) la permanencia de Grecia en la eurozona.

Syriza

Aunque algunas de sus propuestas no suenen bien en la UE, el programa electoral de Syriza habla mucho de Europa, si bien transversalmente. En el arranque de la campaña, el sábado, Alexis Tsipras hizo muchos guiños al exterior y desgranó propuestas paneuropeas, como un new deal sobre crecimiento y empleo o la celebración de una conferencia europea de la deuda, similar a la de Londres en 1953, que perdonó parte de los pagos a la derrotada Alemania. Syriza nunca ha defendido una salida del euro, pero sí el abandono del rescate y la quita o reestructuración de parte de la abultadísima deuda griega (177% del PIB). “Syriza no es enemigo de Europa, es la Europa en transformación frente a una Europa en vía muerta, la de [el ministro alemán de Finanzas Wolfgang] Schäuble y su escudero Samarás”, dijo en la presentación del programa, en la que clamó “contra las amenazas” de Bruselas y Berlín.

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Nueva Democracia

Andonis Samarás, primer ministro y líder de la conservadora Nueva Democracia (ND), basará la campaña electoral de su partido, segundo en intención de voto, en el riesgo que supone para el país y para la propia permanencia de Grecia en la eurozona una posible victoria de Syriza, es decir, en el fantasma del conocido como Grexit (salida de Grecia del euro). En sus primeras horas de campaña, visitó una pequeña explotación agrícola en Larisa (centro), donde subrayó la dependencia de la UE para la viabilidad del país, recordando que en las urnas están en juego “43.500 millones de euros en fondos europeos para los próximos siete años”, casi la mitad de los cuales se destinaría al sector agrícola (el 4% de la economía). ND mantendrá los compromisos del Gobierno actual con Europa si gana las elecciones, aunque el propio Samarás amagó hace poco más de un mes con una retirada anticipada del rescate en un movimiento destinado a mejorar su rédito electoral.

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Su actitud hacia Europa, sin embargo, no siempre ha sido tan favorable. En 2010, su partido –en la oposición- votó en contra del primer rescate, lo que suscitó el enfado de sus pares en el Partido Popular Europeo y especialmente de Angela Merkel. En 2012, cuando ND ganó las elecciones sin mayoría, aseguró que renegociaría las condiciones del rescate. Hoy se presenta como el más firme valedor de Europa en Grecia, secundado por su socio de gobierno, el Pasok.

Pasok

Evánguelos Venizelos, líder de un Pasok disminuido en las encuestas -el 3,5% de apoyos según la última-, fue uno de los principales artífices del segundo rescate griego; el primero fue obra de su precedesor al frente del partido, Yorgos Papandreu, que el sábado presentó su propia formación. Bruselas no aparece en los titulares del programa del Pasok ni del partido de Papandreu, el Movimiento de los Demócratas Socialistas (hasta el 6% de apoyos), enzarzados en disputarse el legado del partido, pero ambos son claramente europeístas y obedientes para con Bruselas. Basta un solo detalle: en la presentación de su programa electoral, el sábado en un hotel de Atenas, Venizelos estuvo flanqueado por dos banderas, la griega y la europea; este domingo repitió escenografía en otro mitin.

Izquierda Democrática (Dimar)

De izquierda moderada, los malos datos demoscópicos hacen prever que el 25 de enero no entre en el Parlamento al rondar el 1% de apoyos (para lograr representación los partidos deben superar el umbral del 3% de los votos). Dimar (sus siglas griegas) es un partido proeuropeo pero antirrescate –o antiausteridad a ultranza- que quedó seriamente tocado por su participación en el gobierno de coalición ND-Pasok. Lo abandonó en junio de 2013, en protesta por la intensificación de las medidas de austeridad y el cierre de la televisión pública. Su actitud ante el rescate, sin embargo, no va tan allá como la de Syriza, con la que en los últimos días de 2014 intentó un acuerdo preelectoral que no llegó a buen puerto.

Partidos antieuropeos y/o antieuro

En esta categoría coinciden tres partidos muy dispares: la derecha nacionalista de Griegos Independientes (Anel, en sus siglas griegas); el muy ortodoxo Partido Comunista de Grecia (KKE), imposible socio de coalición de un hipotético gobierno liderado por Syriza, y el neonazi Aurora Dorada (AD), que además se define como antisistema. Todos ellos dan la espalda o recelan de Europa, y tanto el KKE como el AD defienden un abandono del euro, mientras ANEL se alinea con Syriza en la propuesta de una quita de la deuda.

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