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Hollande intenta mantener el espíritu de unidad tras la marcha del domingo

Le Pen y Sarkozy esgrimen inmigración e islamismo en su discurso político

Gabriela Cañas
El presidente francés, François Hollande, y el primer ministro, Manuel Valls, este lunes en el Elíseo durante una reunión sobre seguridad.
El presidente francés, François Hollande, y el primer ministro, Manuel Valls, este lunes en el Elíseo durante una reunión sobre seguridad.Patrick Kovarik (AFP)

La sociedad francesa parece haber borrado del mapa las dramáticas fechas del 7 al 9 de enero en la que tres terroristas han atacado al corazón de Francia. Las históricas manifestaciones del domingo, que han contado con cerca de cuatro millones de franceses gritando por la libertad y la laicidad, han generado una ola de fervor patriótico. “No dejemos caer el espíritu del 11 de enero”, ha reclamado el primer ministro Manuel Valls, cuyo gobierno ha lanzado una iniciativa en este sentido en las escuelas. La prensa se ha unido al entusiasmo e incluso el jefe de la oposición, Nicolas Sarkozy, ha aplaudido esta catarsis social en una Francia que languidecía por la crisis y la pérdida de identidad. Las primeras fisuras, sin embargo, emergen. Sarkozy ha insistido en su discurso contra la inmigración y la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, prefirió abundar en el carácter islamista de los terroristas.

Necesitábamos sentir este orgullo colectivo Thierry Pech, director de la Fundación izquierdista Terra Nova

Esta facilidad con la que Francia ha borrado las fechas negras del calendario, en las que han muerto 17 personas, ha sido ensalzada por el expresidente Nicolas Sarkozy. “Nuestros compatriotas han demostrado ser capaces de hacer de un drama una oportunidad”, ha dicho. La prensa francesa también está inflamada. “Una vez pasado el duelo y la emoción, nuestro país verá el futuro con otra mirada”, ha dicho Le Parisien. “En el imaginario colectivo, el 11 de enero de 2015 tendrá su lugar”, ha publicado Le Figaro.

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“Teníamos una auténtica necesidad de sentir orgullo colectivo”, analiza Thierry Pech, director de la Fundación izquierdista Terra Nova. “Nadie puede saber ahora las consecuencias políticas de todo esto”, explica también el historiador Michel Dreyfus. “Solo sé que las manifestaciones del domingo son las más importantes desde la II Guerra Mundial y algo único en favor de los principios republicanos y democráticos”. “No creo que esta ola de fraternidad se vaya a evaporar como un sueño”, aseguraba este lunes el director de Libération Laurent Joffrin. El gran rabino de París, Haim Korzia, destacó telefónicamente la reacción a lo ocurrido. “Hemos sufrido otros ataques en el pasado. Nunca como ahora hemos visto esta unidad y fraternidad”.

El empeño del Gobierno de François Hollande es lograr que este llamado “espíritu del 11 de enero” perdure. Así lo comentaba este lunes una portavoz del Elíseo, que se negó a refutar las fisuras abiertas. Nicolas Sarkozy ha insistido en los problemas que produce la inmigración: “La inmigración complica la situación porque cuando la integración no funciona tenemos un problema”.

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Son las marchas más importantes desde 1945 Michel Dreyfus, historiador

“Los que mataron a las víctimas no fueron terroristas, fueron islamistas”, dijo este lunes la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, en contra de los llamamientos gubernamentales a evitar la estigmatización en un país que cuenta con casi seis millones de personas de credo musulmán. “Llevamos 30 años de laxismo y concesiones a los islamistas en nombre del respeto a la diversidad”, insistió.

El humorista Dieudonné, condenado en el pasado por antisemitismo, ha reaparecido en las redes sociales para decir: “Me siento Charlie Coulibaly”. Es una referencia al semanario satírico atacado, pero también al terrorista Amedy Coulibaly, que ha matado a cuatro judíos. El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, calificó de abyecto el mensaje y la fiscalía, además de retirar sus mensajes, abrió una investigación por apología del terrorismo.

“Esta ola de unidad no va a durar mucho”, concluye el profesor de ciencias políticas de Lille Rémi Lefébvre. “Es algo que pretende aprovechar el presidente de la República en su rol de reunificador, pero la cultura del consenso en Francia es muy débil”. Este lunes, una primera encuesta de OpinionWay, hecha parcialmente tras los atentados, señala que la popularidad de Hollande se ha elevado cuatro puntos, hasta el 25%.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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