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El primer ministro turco compara a Netanyahu con los terroristas de París

El ánimo se tensa en el país tras la publicación en turco del nuevo número de Charlie Hebdo

Andrés Mourenza
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, este jueves en Bruselas.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, este jueves en Bruselas.EMMANUEL DUNAND (AFP)

En un nuevo episodio de la escalada verbal que viven estos días Turquía e Israel, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, ha comparado este jueves a su homólogo israelí, Benjamín Netanyahu, con los autores de los atentados en Francia contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo y contra un supermercado judío: “Del mismo modo que la masacre en París cometida por terroristas es un crimen contra la humanidad, Netanyahu, como jefe de un Gobierno que mata a niños mientras juegan en la playa y destruye miles de hogares con sus bombardeos sobre Gaza, ha cometido crímenes contra la humanidad”.

Esta polémica —la enésima entre ambos países en los últimos años— comenzó cuando el presidente de Turquía, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, criticó la presencia de Netanyahu en la cabecera de la manifestación de París. “¿Cómo puede tener el valor de asistir un hombre que ha matado en Gaza a 2.500 personas mediante el terrorismo de Estado? Parece que además lo esperaban emocionados en las gradas para estrecharle la mano”, dijo.

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A estas palabras, reaccionó este miércoles el ministro de Exteriores israelí, el ultraderechista Avigdor Lieberman, tachando a Erdogan de “matón antisemita”, a lo que, a su vez, ha respondido este jueves uno de los asesores del presidente turco, Ibrahim Kalin, exigiendo que Tel Aviv “detenga sus políticas agresivas y racistas, en lugar de atacar a otros y esconderse tras el antisemitismo”. “Si Israel está buscando a un matón, sólo tiene que mirarse en el espejo”, ha rematado por su parte Davutoglu.

Las relaciones entre Israel y Turquía, antaño firmes aliados, se han visto muy dañadas a raíz de las últimas ofensivas israelíes sobre Gaza, así como a causa del ataque en 2010 a la llamada Flotilla de la Libertad, asaltada por las fuerzas especiales del Estado hebreo, que acabaron con la vida de nueve turcos. Con todo, las relaciones comerciales turco-israelíes —incluso en el sector de Defensa— han proseguido pese a los roces políticos.

Polarización en Turquía

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El Gobierno de Ankara no ha hecho nada por aplacar los ánimos en su país, donde el ambiente se ha tensado tras la publicación de la traducción al turco del nuevo número de Charlie Hebdo, el primero tras el atentado sufrido.

“La misma determinación que tenemos para condenar el terrorismo en París, la tenemos para defender el honor de nuestro sagrado profeta [Mahoma]. La libertad de prensa no significa libertad para insultar”, ha afirmado este jueves Davutoglu, antes de partir hacia Bruselas para una visita a las instituciones europeas, en un día en que, precisamente, el Parlamento Europeo ha aprobado una moción condenando la censura en Turquía.

“Es obvio que gente que puede tolerar y responder pacientemente a un insulto contra sí misma no puede responder de igual modo cuando hay un insulto contra el profeta. Si alguien publica una caricatura que insulta al profeta, en un momento de tanta sensibilidad en Turquía, eso es una provocación”, ha añadido el primer ministro turco, cargando —aunque sin mencionarlos por su nombre— contra los medios de comunicación turcos que el miércoles publicaron la nueva portada de la revista satírica francesa, en la que se ve a Mahoma derramando una lágrima y sosteniendo un cartel en el que se lee Je suis Charlie Hebdo.

El miércoles, el diario turco Cumhuriyet publicó una separata con viñetas y columnas del nuevo número de Charlie Hebdo, cuyo contenido fue controlado por la Fiscalía antes de permitir su distribución en los quioscos, hecho que ha sido criticado duramente por el Instituto de Prensa Internacional (IPI) y llevado al Parlamento por la oposición. Otros medios también publicaron en sus ediciones digitales versiones de Charlie Hebdo traducidas al turco, incluyendo la portada, tras lo cual un tribunal provincial prohibió su difusión por Internet. Pese a ello, los medios turcos no la han retirado.

Cumhuriyet y otros medios turcos han recibido por ello numerosas amenazas en las redes sociales, incluyendo campañas que llaman a atacarlos. La guerra en las redes sociales entre aquellos que apoyan la publicación de las caricaturas y aquellos que quieren impedirla ha puesto de nuevo de relieve la tremenda polarización que se vive en Turquía.

No en vano, el periódico islamista Yeni Akit también sufrió este miércoles un ataque por parte de nacionalistas turcos, que lanzaron piedras y huevos contra su sede porque una cuenta de Twitter con un nombre parecido al del diario —pero aparentemente sin relación con él— publicó un montaje mofándose de Mustafa Kemal Atatürk, el fundador de la Turquía laica.

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