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Egipto impone la prohibición de publicaciones antirreligiosas

Al Sisi firma un decreto según el cual delega en el primer ministro la capacidad de veto

Tras conocerse el contenido del nuevo número de Charlie Hebdo, el presidente de Egipto, Abdelfatá Al Sisi, ha firmado esta semana un decreto en el que delega en el primer ministro la capacidad de prohibir y confiscar cualquier publicación extranjera que “sea ofensiva para la religión” o pueda “perturbar la paz social”.

Esta decisión permite agilizar estas prohibiciones, ya previstas en una ley de 1936. Ningún medio de comunicación egipcio ha reproducido las viñetas de Mahoma.

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Las instituciones egipcias comprendieron la repercusión mundial del atentado contra el semanario satírico francés y reaccionaron con celeridad. El presidente, Abdelfatá al Sisi, condenó el ataque sin tapujos, como lo hizo también la Universidad de Al Azhar, uno de los más prestigiosos centros teológicos del islam suní. Y el pasado domingo, el ministro de Exteriores, Sameh Shukry, estuvo en la multitudinaria manifestación de París. Ahora bien, tras la reacción oficial, y bajo la superficie, han ido apareciendo matices en las condenas a los ataques.

En las redes sociales hubo una mayor pluralidad de opiniones que la reflejada en los medios de comunicación. Predominaron los mensajes de solidaridad con las víctimas, y pocos expresaron su apoyo a los autores de un atentado visto como brutal por la mayoría de la sociedad. Ahora bien, muchos egipcios coincidieron en destacar desde diversos ángulos la hipocresía occidental. Por ejemplo, el trato a las víctimas del yihadismo, diferente según el lugar donde se produce, Egipto incluido.

La visión más crítica de Charlie Hebdo se hizo evidente tras el anuncio de la portada de su número especial, en la que aparece una viñeta del profeta Mahoma. Dar al-Ifta, la institución encargada de promulgar fetuas en Al Azhar, la describió el martes como “racista” y advirtió al Gobierno francés de que generaría una nueva “ola de odio”. Al día siguiente, Al Azhar rebajó un poco el tono en un nuevo comunicado y llamó a los egipcios a “ignorar una frivolidad desagradable” nacida de una “imaginación enferma”.

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