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Los emigrantes mexicanos ya pueden sacar el acta de nacimiento en EE UU

La medida es trascendental para millones de irregulares que pueden solicitar el alivio migratorio de Obama

Pablo Ximénez de Sandoval
Martha González Ceballos, con su acta de nacimiento, en el Consulado de México en Santa Ana, California.
Martha González Ceballos, con su acta de nacimiento, en el Consulado de México en Santa Ana, California. P. X. S.

Nada más anunciar Barack Obama sus medidas de alivio migratorio el pasado 20 de noviembre, la demanda de documentos oficiales en los consulados mexicanos aumentó un 50%, según fuentes diplomáticas de ese país. Las sedes más grandes comenzaron a prepararse para lo que sabían iba a ser una avalancha de peticiones de pasaportes y cédulas consulares para demostrar la identidad ante las autoridades estadounidenses. Pero para todos esos trámites hacía falta uno previo, obtener un acta de nacimiento. Un trámite engorroso porque solo se podía hacer en los registros municipales de México. Desde este jueves, por primera vez, se puede hacer en los consulados.

El canciller mexicano, José Antonio Meade, eligió la legación diplomática en Santa Ana, California, para inaugurar oficialmente este servicio. Santa Ana, en el Condado de Orange, es la ciudad más grande del potente cinturón mexicano del sur de Los Ángeles, con un 80% de población de origen mexicano, la gran mayoría nacidos en México. “Los mexicanos podrán pedir su acta de nacimiento donde residen, no donde nacieron”, resumió Meade.

Allí estaba Martha González Ceballos, de 56 años, que hasta ahora siempre había tenido que pedirle a su hermana Emma, en Colima, que fuera a sacarle las actas de nacimiento para ella, su marido y sus dos hijos. Por ejemplo, cuando sus hijos se apuntaron a la acción diferida que los protege de la deportación (DACA). Seis veces ha tenido que pedirle a su hermana que pida cita en el registro de Colima, que pierda un día de trabajo haciendo cola y luego le mande las actas por correo. “Una vez se perdieron”, relataba este miércoles.

En total, cada encargo le salía por 150 dólares y semanas de espera, entre el correo y compensarle a su hermana por perder un día de trabajo. Ahora también hay que hacer cola. Pero son unas horas en el consulado de su ciudad y el trámite cuesta 13 dólares.

Esta ha sido durante décadas una penosa realidad para los mexicanos en situación irregular que abarrotan los consulados de los Estados con más población migrante (California, Texas, Nueva York). México tiene 50 consulados en Estados Unidos, la red diplomática más grande de un país en otro. Se calcula que unos 12 millones de mexicanos viven en Estados Unidos, de los cuales unos 5 están de forma irregular. La acción ejecutiva anunciada por Obama, que empezará a aplicarse en abril, beneficiará a entre cuatro y cinco millones de inmigrantes, según estimaciones.

En California, la avalancha de solicitudes de actas de nacimiento y matrículas consulares para solicitar la protección contra la deportación de Obama, coincide además con la puesta en marcha del programa para otorgar licencias de conducir a los inmigrantes irregulares. La ley, retrasada durante décadas y que finalmente pudo aprobarse el año pasado, entró en vigor este año. Se trata de un logro de verdadero impacto para la comunidad migrante, ya que los azares del tráfico eran la principal causa por la que se pueden ver envueltos en un encontronazo con la policía que puede acabar en una deportación. A partir de ahora, podrán identificarse con un carnet de conducir de la autoridad de Tráfico de California.

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Pedro Zamora, de 52 años, estaba este miércoles en el Consulado de Santa Ana para pedir su acta de nacimiento precisamente para utilizarlo en su solicitud de una licencia de conducir. Lleva 20 años irregular en Estados Unidos. Viven en Garden Grove y trabaja en un restaurante en Anaheim, no es mucho camino, pero suficiente como para conducir “con mucho cuidado, toreando los checkpoints”. Así, 20 años. El sábado se examina del carnet de conducir. “pero seguiré conduciendo como si no tuviera nada. No le voy a pisar por llevar licencia”.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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