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El máximo tribunal francés avala retirar la nacionalidad a un yihadista

Ahmed Sahnouni, nacido en Marruecos, había sido condenado por terrorismo

Gabriela Cañas

El Consejo Constitucional francés ha avalado por vez primera una medida extrema a aplicar a un terrorista: la pérdida de la nacionalidad francesa. El caso, resuelto favorablemente hacia esta resolución este viernes por esta alta autoridad del Estado, llega en un momento de alta sensibilidad tras las matanzas de París. La oposición de la derechista UMP ha defendido la extensión de esta pena adicional para los yihadistas, lo que habría sido imposible de aplicar a los autores de los atentados parisinos, perpetrados por ciudadanos nacidos en Francia. No obstante, la formación política ha aplaudido la resolución por considerar que queda demostrada su legalidad, aunque insiste en ir un poco más lejos en este terreno.

El caso que este viernes ha analizado el Consejo Constitucional es el de Ahmed Sahnouni, un hombre nacido en Casablanca en 1970 y naturalizado francés el 26 de febrero de 2003. Hace ya casi dos años, Sahnouni fue condenado en Francia a siete años de cárcel por organizar una célula de reclutamiento de yihadistas para Afganistán, Irak, Somalia y la zona del Sahel. Además, el 28 de mayo del pasado año, fue privado de la nacionalidad francesa por un decreto firmado por el primer ministro Manuel Valls y el ministro del Interior Bernard Cazeneuve. Es una medida extrema que Francia solo ha aplicado en ocho ocasiones desde 1973.

El abogado de Sahnouni recurrió al Consejo Constitucional en octubre pasado alegando que la previsible extradición a Marruecos de su cliente puede acarrearle una nueva pena de 20 años por el mismo delito. De hecho, las autoridades marroquíes lanzaron ya en 2010 una orden de búsqueda y captura contra él.

El recurso de Sahnouni no ha podido ser analizado por el Consejo Constitucional en peores circunstancias para los intereses del franco-marroquí. La UMP, ahora dirigida por el expresidente Nicolas Sarkozy, ha propuesto, a raíz de los atentados de París, extender la pena de retirada de la nacionalidad a todo yihadista con doble nacionalidad y cerrar la frontera a los que pretenden regresar a Francia. La ley francesa impone límites, como que dicha pena solo se pueda aplicar 10 años después de haber adquirido la nacionalidad o 15 en caso de terrorismo. Los nacidos en Francia tampoco pueden perder la nacionalidad en ningún caso. Los que disponen de una sola nacionalidad no pueden ser tampoco privados de ella porque se convertirían en apátridas, lo que no permite la legislación internacional. Es la primera vez que el Constitucional se pronuncia sobre un asunto como este.

Ninguno de los más letales terroristas que han atacado a ciudadanos franceses en los tres últimos años podrían haber sido privados, sin embargo, de su nacionalidad. Se trata de Mohamed Merah, que mató a siete personas en Toulouse en 2012, Mehdi Nemmouche, que mató a cuatro en Bruselas en 2014, los hermanos Said y Chérif Kouachi, que asesinaron 12 el 7 de enero en París, y Amedy Coulibaly, que mató a otras cinco los días 8 y 9. Los cuatro son nacidos en Francia y no podrían haber sido privados de su nacionalidad aunque dispusieran de la doble nacionalidad. Coulibaly ha sido enterrado justamente en la noche del jueves en Thiais, al sur de París, después de que Mali, el país de origen de su familia, rechazara hacerse cargo de sus restos mortales. Los hermanos Kouachi han recibido sepultura en Francia con una total discreción, en tumbas anónimas y bajo vigilancia policial.

Francia es hoy el país que más yihadistas extranjeros aporta al Estado Islámico. Están bajo vigilancia 3.000 personas. Se considera que los yihadistas son 1.300. El jueves, el ministro del Interior Bernard Cazeneuve desveló que 73 han muerto en la zona de conflicto.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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