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El frenón económico aleja a la CELAC de los países del ALBA

La caída del petróleo influye para que el organismo impulsado por Chávez suavice sus críticas hacia Washington

Los presidentes Luis Guillermo Solís (i) y Rafael Correa (d)
Los presidentes Luis Guillermo Solís (i) y Rafael Correa (d)EFE

Marcada por el inicio de las relaciones entre La Habana y Washington y por el retroceso económico que viven Venezuela, Brasil y Argentina, los países miembros Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) cerraron su tercera cumbre presidencial con algo de moderación en su discurso contra Estados Unidos, aunque dejando clara una fuerte apuesta de la región por encarar sus urgencias con la mirada puesta por encima de los océanos Pacífico y Atlántico, sin importar demasiado las divergencias ideológicas.

China y la Unión Europea han encontrado espacio en medio de la agenda ilimitada y por momentos babélica de los gobernantes que participaron esta semana en la cumbre de la CELAC, el grupo que congrega a 33 países del continente, gestado cinco años atrás por impulso de Hugo Chávez con el objetivo de convertirse en una alternativa a la Organización de Estados Americanos (OEA), influenciada por Washington.

Con menciones ínfimas y marginales a la causa de izquierda de la alicaída ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) y a Petrocaribe (unión de países liderada por Venezuela en torno a su golpeada industria petrolera), la CELAC apuesta por convertirse en un bloque de países mayor, más heterogéneo y menos ideologizado, a pesar de algunos discursos altisonantes contra el “imperio yanqui”.

El principal logro de la gestión costarricense, que ha cedido la presidencia temporal a Ecuador, ha sido acercar a la CELAC a China, con el primer foro realizado en Pekín el 9 de enero con la presencia de los ministros de Relaciones Exteriores. San José, único Gobierno centroamericano con relaciones diplomáticas plenas con Pekín, pretenden que la región amplíe un camino comercial cuyo volumen de intercambio ya se ha multiplicado por 22 entre el año 2000 y 2013, según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).

Brasil, llamado a ser un motor continental, apenas superó el 0% de expansión en 2014 y Argentina no alcanzó a crecer, después de haberlo hecho en un 2,9% del 2013. México celebra haber logrado el 2% gracias a un mejor rendimiento exportador y Venezuela no publicó datos oficiales al finalizar el último año, pero la CEPAL calcula que el Producto Interno Bruto (PIB) no solo no creció, sino que se redujo un 3%, en buena medida por la alta dependencia venezolana sobre el mercado internacional petrolero. La media de crecimiento de las economías de la CELAC ha quedado en el 2,2% gracias a rendimientos positivos de otros países como Panamá y República Dominicana (6%), Bolivia (5,2%), Colombia (4,8%), Nicaragua y Guyana (ambas 4,5%), según el Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe. El estudio también concluyó que hay una “débil generación de empleo”.

Los mandatarios evitaron ventilar en este foro los apuros políticos o económicos de sus respectivos países, salvo dos casos. Se trató de Cuba, por su diálogo bilateral con Estados Unidos (el cual ha recibido un espaldarazo unánime de la región acompañado de un reclamo urgente contra el embargo) y de Venezuela, cuya crisis económica ha sido explicada por Nicolás Maduro como producto de una “guerra psicológica” de parte de Washington. Lo apoyaron en su posición “anti imperialista” Daniel Ortega, Evo Morales, Raúl Castro y en menor medida Rafael Correa.

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El grupo bolivariano también ha tratado de introducir en la agenda anti Estados Unidos la descolonización de Puerto Rico, con la participación de políticos independistas dentro de la delegación oficial de Nicaragua. El consenso, sin embargo, solo ha dado para que el documento final reconociera “el carácter latinoamericano y caribeño” de la isla y tomara nota de las conversaciones que aloja Naciones Unidas sobre el tema.

Sí ve, sin embargo, algunas pistas de la intención de este grupo de sobreponerse a sus sectarismos. Son las negociaciones con China, que ofrece inversiones por 250.000 millones de dólares en la región en la próxima década y un préstamo por 35 millones de dólares para la CELAC, que podría usarlos para crear su andamio administrativo, pues hasta ahora no tiene oficinas propias. Otro indicio es el reforzado con bloque con la UE, con quien celebrará en junio una cumbre de ambos grupos en Bruselas. En la agenda está el fortalecimiento institucional de los latinoamericanos y caribeños.

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