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Tribuna
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Podemos, el populismo y la democracia

Si Podemos llegara al poder tendría que pactar Las instituciones de la democracia liberal contendrán sus pretensiones más jacobinas

El término populismo antes utilizado para los análisis de los movimientos de derecha europeos o las experiencias bolivarianas hispanoamericanas se ha vuelto común en España. Políticos conservadores, analistas y comentaristas recurren a este término para por lo general descalificar a Podemos como un partido político demagógico y como un peligro para la democracia. Estas acusaciones se vuelven un poco plausibles pues varios de la cúpula de Podemos se desempeñaron como asesores en Venezuela y Ecuador.

Juan Carlos Monedero fue un personaje muy cercano al chavismo y se desempeñó como consultor del ALBA. Pablo Iglesias estuvo junto a Rafael Correa al menos en uno de sus programas semanales televisivos y sus declaraciones de que el presidente ecuatoriano es auténticamente de izquierda fueron retransmitidos en cadenas de televisión en el Ecuador. Que intelectuales de izquierda alaben a regímenes como el chavista que buscó remplazar la democracia representativa por un estado comunal antiliberal, o a Correa que ha perseguido a más de doscientos líderes indígenas con acusaciones de terrorismo y que ha destrozado a la izquierda organizada es indignante.

Los temores de que Podemos repita las experiencias bolivarianas que decantaron en regímenes autoritarios también se basa en las visiones teóricas y en la estrategia política de este partido. Los líderes de Podemos fueron lectores ávidos de los últimos textos de Ernesto Laclau en los que presenta la noción de ruptura populista como la respuesta ante regímenes institucionales poco representativos. La estrategia según Laclau es la construcción de un sujeto popular en oposición a las élites, la casta contra la que lucha Podemos. La nueva estrategia populista para llegar al poder y luego reconstruir el sistema político es a través de una asamblea constituyente. Esta fue la táctica usada por Chávez y por los otros países bolivarianos y es la estrategia de Podemos para polarizar a España en dos campos maniqueos y antagónicos.

La estrategia de Podemos es similar a la de los bolivarianos sus resultados no serán los mismos

Si bien la estrategia de Podemos es similar a la de los bolivarianos sus resultados en el poder probablemente no serán los mismos. Para empezar España tiene un sistema parlamentario y Podemos tendrá que entrar en alianzas y pactos con otros partidos políticos y en estas negociaciones probablemente tendrá que moderar muchas de sus demandas. Cuando Chávez y Correa subieron al poder las instituciones de la democracia liberal estaban en una crisis profunda. Desde el poder estos gobernantes crearon una nueva institucionalidad política basada en el hiper-presidencialismo, en la concentración del poder en el ejecutivo junto con el reconocimiento de una serie de derechos que en Ecuador incluyeron los derechos de la naturaleza. En España los partidos están desprestigiados pero no toda la institucionalidad democrática. Además, en España se crearon una serie de instituciones como el Tribunal Constitucional para frenar la invocación a la soberanía popular. La Corte Europea de Justicia y otras instituciones de la Unión Europea limitarán las invocaciones al poder constituyente y las ansias de refundar el sistema político.

La sociedad civil española que es diversa y compleja tampoco podrá simplificar todas sus demandas a la lucha entre dos campos nítidos: los ciudadanos contra las castas. Menos aún delegarán el poder a un líder que se sienta como la encarnación de las demandas diversas. Rafael Correa llegó al poder cuando los movimientos sociales habían perdido la capacidad de organizar actos de protesta colectiva duraderos. En Venezuela los movimientos sociales fueron débiles. Sólo en Bolivia Morales llegó al poder junto a las luchas populares y su gobierno ha tenido que pactar y no ha podido someter a los movimientos sociales, por lo que la experiencia boliviana es diferente y menos autocrática.

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Podemos como un partido que utiliza un discurso y una estrategia populista basada en la lucha entre los ciudadanos y el pueblo en contra de la casta está democratizando a España. Mucha gente apática y desilusionada está participando en las organizaciones de base de este partido y sus demandas están politizando una serie de decisiones que estaban en manos de los técnicos neoliberales. Si es que Podemos llega al poder tendrá que pactar. Las instituciones de la democracia liberal españolas y europeas contendrán sus pretensiones más jacobinas y anti pluralistas. El pueblo de Podemos y sus sujetos populares si bien ven en Iglesias a su nuevo líder difícilmente lo construirán en un redentor y en la encarnación de todas sus demandas y anhelos de cambio. A diferencia de Correa y Chávez es difícil imaginarse a Iglesias como el dueño absoluto de la verdad y de la justicia. La complejidad institucional española y de su sociedad civil frenarán los impulsos autoritarios de algunos líderes de Podemos. Probablemente este partido terminará institucionalizándose en un nuevo partido de izquierda que remplazará a Izquierda Unida y al PSOE si es que no da un giro a la izquierda.

Carlos de la Torre es Director de Estudios Internacionales de la Universidad de Kentucky

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