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La guerra se intensifica en el este de Ucrania antes de la cumbre de Minsk

Los líderes ucranio, alemán, francés y ruso están convocados en la capital bielorrusa Las conversaciones con los separatistas se prolongan hasta la madrugada

Pilar Bonet
Los restos de un misil en una calle de Kramatorsk, al este de Ucrania.
Los restos de un misil en una calle de Kramatorsk, al este de Ucrania.GLEB GARANICH (REUTERS)

Los enfrentamientos bélicos en el este de Ucrania durante la jornada de ayer pusieron en peligro la firma de un plan de paz en la cumbre que los líderes de Rusia, Ucrania, Francia y Alemania (el denominado Cuarteto de Normandía) deseaban celebrar hoy en Minsk.

El llamado Grupo de Contacto, formado por los representantes de los separatistas de Donetsk y Lugansk, además de Rusia, Ucrania y la OSCE, se reunió cerca de las nueve de la noche (las siete en la España peninsular). Dos horas después, interrumpió la sesión para estudiar un protocolo —consistente en “un conjunto de medidas de regulación militar y políticas”— presentado por los insurgentes.

Una fuente citada por la agencia rusa Tass afirmaba que el Grupo de Contacto había llegado a un acuerdo sobre “el esquema de retirada de las armas pesadas, el régimen de alto el fuego y el control de su cumplimiento”. No obstante, estaba por ver cómo se relacionaba lo acordado con las propuestas de los separatistas. Denis Pushilin, el representante de la autoproclamada República Popular de Donetsk, dijo, según la agencia Ria, que era “muy pronto” aún para hablar de alto el fuego. Agregó que los miembros del grupo habían prometido contestar al protocolo de los separatistas tras un descanso. “Todo dependerá de la disposición del resto de los miembros del grupo de contacto, en primer lugar Ucrania, de dar respuesta a nuestras propuestas”, afirmó. Pushilin sostuvo que las conversaciones pueden continuar esta mañana. Esta circunstancia obligó al Grupo de Contacto a prolongar las conversaciones a puerta cerrada hasta la madrugada de hoy como mínimo. Tass afirmó, citando fuentes de las negociaciones, que el Grupo de Contacto había debatido sobre “el régimen estatal de Donbás y la celebración de elecciones municipales”. Hasta ahora, a lo máximo a lo que ha llegado Ucrania en su reconocimiento de la causa separatista es a admitir cierta descentralización.

El presidente ucranio, Petró Poroshenko, se ha declarado dispuesto a contemplar un posible referéndum estatal sobre un estatus especial para el territorio rebelde, pero no está en su mano garantizar la enmienda constitucional necesaria para ello.

El recrudecimiento de las hostilidades en el este de Ucrania se produjo en dos zonas de Donetsk, al norte, en la ciudad de Kramatorsk, y al sur, en Mariúpol.

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Moscú anuncia otro recorte

Andrés Mourenza, Estambul

El ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, admitió este martes que la bajada en los precios de los hidrocarburos obliga a su Gobierno a recortar el presupuesto federal en 600.000 millones de rublos (aproximadamente 9.000 millones de dólares, un 4% del total), un monto que se añade a otra rebaja del gasto del 10% que ya se venía discutiendo. “[El 10%] no es suficiente, así que esta semana tendremos que plantear otras medidas para corregir el presupuesto”, afirmó Siluanov durante una reunión de los ministros de Finanzas del G20 en Estambul. Además de las cuestiones políticas, esta caída en los ingresos y la necesidad de equilibrar las cuentas está detrás de otra de las decisiones anunciadas hoy por el ministro ruso: Moscú no reestructurará la deuda del Gobierno de Kiev. “No estamos dispuestos a aceptar ningún retraso ni pago a plazos”, afirmó Sulianov.

Kramatorsk, en territorio controlado por el Gobierno de Kiev desde el pasado verano, fue bombardeada con misiles que cayeron en el cuartel del mando de la “operación antiterrorista” (en terminología de Kiev), en el aeropuerto y también en barrios residenciales de la ciudad. El resultado, según los datos ucranios, fueron 15 muertos, entre civiles y militares. Poroshenko acusó a los rebeldes de haber atacado Kramatorsk con misiles Tornado disparados desde Górlovka, una localidad controlada por los insurgentes. Sin embargo, fuentes militares ucranias afirmaron que la carga de artillería procedía de lanzadores de misiles múltiples del tipo Smersh.

En Mariúpol, ciudad costera en el mar de Azov, las tropas leales a Kiev emprendieron una contraofensiva encabezada por el batallón regional de voluntarios Azov y con participación de la Guardia Nacional de Ucrania. Del avance desde Mariúpol hacia Novoazovsk (cerca de la frontera con Rusia) informó el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, Alexandr Turchínov. En su ofensiva, los ucranios conquistaron cuatro localidades vecinas. Según Turchínov, se habría asegurado así la defensa de la población civil de Mariúpol.

El bombardeo de Kramatorsk ha reavivado la violencia en una ciudad que se consideraba ya zona segura controlada por el Gobierno y en plena reconstrucción. El jefe de la misión de la OSCE en Ucrania, el embajador Ertugrul Apakan, manifestó en Twitter que el ataque a Kramatorsk era un ataque al proceso de paz.

El cuerpo de una mujer muerta en los ataques a Kramatorsk yace en la calle.
El cuerpo de una mujer muerta en los ataques a Kramatorsk yace en la calle.GLEB GARANICH (REUTERS)

Mientras tanto la situación continuaba tensa en Debáltsevo, importante núcleo ferroviario entre Donetsk y Lugansk. Los insurgentes aseguraban que habían cortado el acceso al suministro de los ucranios cercados y los representantes de Kiev lo negaban.

La alternativa a un acuerdo de paz es el deterioro de la situación y el posible envío de armas defensivas a Ucrania por parte de EE UU. Francia y Alemania se oponen. En Moscú, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, dijo que Moscú continuará sus “esfuerzos diplomáticos” para atajar la guerra en Donbás, pero que el suministro de armas contribuirá a la escalada de tensión. Rusia niega que suministre armamento a los rebeldes, pese a las evidencias.

Obama presiona a Putin para que acepte una resolución pacífica

JOAN FAUS, WASHINGTON

En la víspera de la cumbre en Minsk (Bielorrusia) sobre la crisis ucrania, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, presionó este martes por teléfono a su homólogo ruso, Vladímir Putin, para que acepte un alto el fuego al conflicto, a la vez que le advirtió de que sufrirá más represalias si mantiene su apoyo a los separatistas prorrusos que combaten en el este de Ucrania. "El presidente Obama subrayó la creciente pérdida humana de la lucha y la importancia de que el presidente Putin aproveche la oportunidad presentada en las discusiones en curso entre Rusia, Francia, Alemania y Ucrania para alcanzar una resolución pacífica", señaló un comunicado de la Casa Blanca tras la llamada de Obama a Putin, la primera desde agosto.

Los líderes de Rusia, Ucrania, Alemania y Francia se reúnen este miércoles en Minsk para abordar una propuesta de paz francoalemana. El mandatario estadounidense enfatizó la "importancia" de adoptar e implementar un acuerdo negociado que se apoye en el pacto de Minsk alcanzado en septiembre entre el Gobierno central de Kiev y los separatistas del este, que incluía un alto el fuego. Sin embargo, advirtió a Putin de que "si Rusia continúa sus acciones agresivas en Ucrania, incluido el envío de tropas y armas, y apoyo financiero a los separatistas, los costes para Rusia se incrementarán".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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