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Una filial del Estado Islámico mata a cuatro soldados en Túnez

La UE apuesta por una solución política en Libia y la OTAN admite errores

Javier Casqueiro
El traslado del ataúd de uno de los cuatro militares argelinos muertos en un atentado este miércoles.
El traslado del ataúd de uno de los cuatro militares argelinos muertos en un atentado este miércoles. R. KHLIFI (AFP)

Un grupo de 20 terroristas atacó y acribilló a tiros la pasada madrugada a una patrulla de cuatro agentes de la Guardia Nacional de Túnez cerca de la frontera con Argelia, en la región montañosa de Kasserine, una zona que utilizan muchos yihadistas del Sahel para traspasar sus países y unirse a la lucha del Estado Islámico (EI) en Siria, Irak y ahora Libia.

Es el primer atentado que sufre Túnez este año, que arrancó con la llegada del nuevo Gobierno encabezado por el partido laico Nida Túnez, con la alianza de otras formaciones y de los islamistas moderados de Ennahda. Túnez es el país desde el que han salido más combatientes hacia Siria e Irak para unirse a la yihad: entre 2.000 y 3.000.

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El atentado fue reivindicado en Twitter por la célula Falamage Okba Bin Nafa, según admitió el portavoz del Ministerio del Interior tunecino, Mohamed Ali Aroui. El emir de este grupo tunecino que juró lealtad en septiembre al Estado Islámico sería Lokman Abu Sajr, un argelino designado en su día por Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI). Los responsables de la lucha antiterrorista estiman que podría disponer de entre 70 y 100 seguidores.

Este grupo terrorista se activó en Túnez tras la caída del anterior régimen del dictador Ben Ali en 2011 como una de las ramas de AQMI. El pasado septiembre se aliaron con el Estado Islámico. En mayo atacaron el domicilio del entonces ministro del Interior y en julio asesinaron a 14 soldados en el monte Chaambi. Este último ataque se produjo cerca de Boulaaba, en el centro del país, a apenas dos kilómetros de Kasserine, una villa de 100.000 habitantes, pobre y con una tasa de paro del 40% entre los jóvenes.

En Túnez se calcula que 500 combatientes habrían retornado al país, lo que sume en una gran inquietud al recién elegido Gobierno, que ha desplegado a sus fuerzas del orden por las principales ciudades y en las fronteras con Libia y Argelia.

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Sobre Libia, el debate se centra en si la comunidad internacional debe intervenir ya. El Gobierno egipcio llevó una propuesta en este sentido al Consejo de Seguridad de la ONU, pero acabó retirándola, en vista de las reticencias de los países occidentales.

Los Gobiernos de España, Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido han emitido un comunicado en el que apuestan por seguir buscando una “solución política” y respaldar el proceso que quiere retomar el enviado especial de la ONU, Bernardino León, sobre un alto el fuego y un Gobierno de unidad nacional.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, admitió que debería haberse mantenido en Libia “más presencia de la comunidad internacional” tras la operación militar que en 2011 se tumbó el régimen de Muamar el Gadafi con mandato de la ONU.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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