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Obama busca la complicidad de los musulmanes contra el terrorismo

El presidente evita usar el término yihadismo para no caer en la retórica de que Occidente está en guerra contra el islam

Obama en la Cumbre contra el Extremismo Violento.Foto: reuters_live | Vídeo: J. ROBERTS | REUTERS-LIVE!
Yolanda Monge

El nombre que se le de al enemigo es muy importante y define los bandos. Por eso, la Casa Blanca estos días ha hecho un ejercicio de puro malabarismo semántico para superar la volátil conexión entre religión y extremismo y no estigmatizar a los más de 1.500 millones de musulmanes que hay en el mundo. Barack Obama evitó durante los tres días que ha durado la llamada Cumbre contra el Extremismo Violento etiquetar las atrocidades cometidas por Al Qaeda y el autodenominado Estado Islámico como "terrorismo islamista". Tampoco hizo mención a guerras santas en nombre de Alá.

Como si de un eco del discurso dado un día antes en la Casa Blanca se tratase, el presidente de Estados Unidos insistió este jueves en el Departamento de Estado, ante representantes de más de 60 naciones, en que Estados Unidos no está en guerra contra el islam y que a pesar de que todos los allí presentes vinieran de distintos países, procedieran de distintas culturas y profesaran distintas creencias, todos estaban "en el mismo barco".

El ministro del Interior de España pide no hablar de yihadismo

Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior español,  ha hablado sobre la necesidad de no etiquetar el extremismo violento como islamista:

“Todos los países civilizados estamos amenazados, musulmanes o no. No es una guerra de religión, no es un combate del islam contra la civilización, son unos terroristas que están invocando de manera absolutamente inadecuada una fe para justificar algo injustificable, que es matar. Todos, cristianos, musulmanes, judíos, no creyentes, todos estamos unidos frente a esa amenaza que a todos nos afecta. Juntos somos más fuertes, unidos somos más fuertes, por eso estamos aquí”

“Lo dice Obama, pero sobre todo, dirigentes de países musulmanes han pedido en la Cumbre que por favor no utilicemos la expresión yihadismo en la medida en que en sus sociedades esto tiene un eco especial. Ellos son países musulmanes pero que están radicalmente en contra de esta barbarie. Jordania es un caso emblemático.

“La semiótica del lenguaje es importante, y por eso vamos a hablar de terrorismo internacional, de extremismo violento, para desvincular el islam como religión de este terrorismo fanático y criminal.

"El Estado Islámico no representa al islam", dijo Obama. "La noción de que Occidente está en guerra con el islam es una fea mentira que todos —al margen de la fe que practiquemos— tenemos la responsabilidad de rechazar", recalcó el presidente parafraseándose a sí mismo.

Pero que Obama luche con el diccionario por razones estratégicas —como lo hizo en su día la Administración de George W. Bush— para encontrar el nombre que defina a los autores de los ataques que han aterrorizado en los últimos meses ciudades como Sidney, Ottawa, París y Copenhague no significa que no encuentre calificativos para la violencia extremista ejercida por EI y Al Qaeda. "Según hablamos, el Estados Islámico está aterrorizando al pueblo de Irak y Siria con una crueldad atroz, asesina a niños, esclaviza y viola mujeres, amenaza de genocidio a las minorías religiosas, decapita..."

Renovando la llamada de la Casa Blanca de que el mundo tiene que estar unido en la lucha global contra el extremismo violento, Obama desafió a distintos Gobiernos y regímenes de Oriente Próximo a acabar con las dinámicas que han propiciado el ascenso del Estado Islámico. Las luchas entre suníes y chiíes "solo acabarán cuando puedan resolver sus diferencias a través del diálogo y no con guerras de poder", prosiguió Obama. "En Irak, el fracaso de la anterior Administración para gobernar de una manera inclusiva ayudó a allanar el camino del EI", añadió. "En Siria, la guerra de Bashar Al Asad contra su propia gente y fomentar de manera deliberada tensiones sectarias ha ayudado también al crecimiento del Estado Islámico", acabó el presidente.

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Obama desafió a los Gobiernos de Oriente Próximo a acabar con las dinámicas que han propiciado el ascenso del Estado Islámico

Tras recordar el sangriento escenario en el que actúa el EI, Obama pidió a las naciones del mundo que expandan los derechos humanos, la tolerancia religiosa y el diálogo pacífico para combatir "el extremismo violento". "Cuando la gente se siente oprimida o siente que se le niegan sus derechos, por motivos étnicos o sectarios, cuando se silencia la disidencia, se alimenta el extremismo violento", declaró Obama en el cierre de la Cumbre que se abrió el martes en Washington y concluyó este jueves.

En opinión del hombre que poco después de llegar a la Casa Blanca en 2009 pronunció un histórico discurso en El Cairo en el que dijo que desde la fundación de EEUU "los musulmanes americanos habían enriquecido la nación, peleando en nuestras guerras, sirviendo en el Gobierno, luchando por los derechos civiles...", la única opción para evitar la propaganda terrorista que desemboca en violencia es la democracia. "La estabilidad y la seguridad requieren gobiernos democráticos, elecciones libres con las que la gente pueda elegir su propio futuro", declaró Obama. "Libertad de expresión y libertad de religión", finalizó.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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