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Un atentado en la segunda ciudad de Ucrania evidencia la inestabilidad

Una bomba mata a dos personas en la segunda ciudad del país en una marcha de homenaje al Maidán

Foto: atlas | Vídeo: ATLAS
Pilar Bonet

Un atentado en Járkov, la segunda ciudad de Ucrania, que causó dos muertos y una decena de heridos, recordó este domingo la inestabilidad que persiste en el país, justo un año después de que el presidente Víctor Yanukóvich fuera cesado por la Rada Suprema (Parlamento estatal) por dejación en su cargo. Yanukóvich abandonó su lujosa residencia en los alrededores de Kiev en la noche del 21 al 22 de febrero, dejando sin firmar las leyes de reforma política que había acordado horas antes con los líderes de la oposición parlamentaria. 

Para conmemorar las protestas conocidas como el “Maidán” el domingo se celebraron diversas “marchas de la Dignidad” en Ucrania. El presidente Petró Poroshenko encabezó la marcha de Kiev, acompañado de varios líderes extranjeros, entre ellos de los Estados del Báltico, Polonia, Moldavia, Georgia y el presidente alemán, Joachim Gauk. El conjunto era menos numeroso que el que acudió a París en solidaridad con el atentado en la redacción de Charlie Hebdo el pasado enero.

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El atentado de Járkov ocurrió en la marcha local dedicada a la memoria del Maidán. Según informaciones de la Fiscalía, la causa fue una bomba, oculta en la nieve, colocada en la ruta del cortejo. Murieron un activista político y un policía y entre los heridos, hubo cinco policías y cuatro civiles.

El jefe del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, Alexandr Turchínov, declaró una operación antiterrorista en Járkov y el Servicio de Seguridad de Ucrania aseguró que se había detenido a cuatro personas sospechosas y supuestos miembros de un grupo adiestrado en la ciudad de Bélgorod (cerca de la frontera), en Rusia.

Marcha para conmemorar el primer aniversario de la revolución que derrocó hace justo un año al expresidente Víktor Yanukóvich.
Marcha para conmemorar el primer aniversario de la revolución que derrocó hace justo un año al expresidente Víktor Yanukóvich.Jacek Turczyk (EFE)
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Según medios periodísticos ucranianos recién llegados de Járkov, el ambiente en aquel gran centro industrial y científico es tenso en parte debido al gran número de desplazados que han huido de la guerra en Donetsk y Lugansk. La localidad, señalaron estos medios, se encuentra muy expuesta a las actividades de grupos desestabilizadores que actúan amparándose en la cercanía de la frontera con Rusia. Los principales líderes del antimaidán de Járkov (las manifestaciones a favor del régimen de Yanukóvich, muy aguerridas en febrero de 2014) residen hoy en Rusia y los activistas federalistas y secesionistas carecen del apoyo institucional que tenían entonces, por lo que lo más probable es que el acto terrorista haya sido cometido por un grupo foráneo, afirmaron fuentes contactadas en Járkov.

El presidente de la autodenominada República Popular de Donetsk (RPD), Alexándr Zajárchenko, ha expresado deseos de extender sus dominios hasta Járkov, pero hoy por hoy el líder insurgente se recupera de una herida en una pierna y, pese a los tiroteos aislados en diversas localidades en la zona de conflicto, el tema dominante en el frente es el cumplimiento de los acuerdos de Minsk, aunque sea de forma selectiva y con retraso.

En el este de Ucrania la agenda la marcan los secesionistas, como indica la derrota de las tropas ucranianas en Debáltsevo, nudo de comunicaciones estratégico para el que no ha regido el acuerdo firmado el 12 de febrero en Minsk, a tenor del cual el alto el fuego debía empezar el 15 de febrero. Tras tomarse el tiempo necesario para conquistar Debáltsevo, los separatistas acordaron el sábado con los responsables militares de Kiev comenzar la retirada de las armas pesadas (segundo punto de los acuerdos de Minsk) el 22 de febrero.

Pero, dado que el 23 es “el día del defensor de la Patria”, los insurgentes decidieron posponer el comienzo efectivo de la operación hasta el 24 de febrero y concluirla para el 7 de marzo. Según el acuerdo de Minsk, la retirada de las armas pesadas debía comenzar no más tarde del segundo día desde la entrada en vigor del alto el fuego (15 de febrero) y prolongarse un máximo de 14 días. Las tropas de Kiev retiran su equipo 50 kilómetros como mínimo a partir de las posiciones que ocupaban el 12 de febrero y los insurgentes, la misma distancia a partir de las posiciones del 19 de septiembre.

Esta retirada debe permitir la aparición de una amplia franja desmilitarizada entre las posiciones de ambas partes. Separatistas y fuerzas leales a Kiev intercambiaron prisioneros el sábado (otro punto de los acuerdos de Minsk). En total, según las cifras dadas por los representantes de la RPD, el intercambio afectó a 142 ucranianos y 53 insurgentes. Según la defensora de derechos humanos de la RPD, Kiev tiene todavía 580 insurgentes prisioneros.

Para demostrar que la agenda la marcan los insurgentes, a Lugansk y a Donetsk ha acudido el veterano cantante ruso Iosif Kobzón, que es oriundo de la provincia de Donetsk, que el domingo cantó en Lugansk y el lunes lo hará en la ciudad de Donetsk en homenaje al “dia de la Patria”. Kobzón es uno de los sancionados en las listas de la UE y también por EE UU. En Lugansk, Kobzón fue condecorado con las máximas distinciones de la RPL (República Popular de Lugansk). Las autoridades ucranianas han decidido cerrar 23 puestos de acceso en la frontera con Rusia, pero Moscú ya ha dicho que no piensa cerrar los suyos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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