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Asesinado el capitán del puerto de carga más importante de México

José Luis Corro, el mando de la Marina encargado de Lázaro Cárdenas desde noviembre de 2013, muere a tiros en Michoacán

Familiares abrazan el cuerpo del capitán José Luis Corro.
Familiares abrazan el cuerpo del capitán José Luis Corro.EFE

El contraalmirante José Luis Corro, miembro de la Marina mexicana, murió tiroteado este miércoles en el puerto de Lázaro Cárdenas, situado en las costas del estado de Michoacán, al sur de México, a las puertas de su casa. Iba a subir a su coche, acompañado de su familia, y tres hombres lo emboscaron. Quedó tirado en la calle y los fotógrafos recogieron la imagen de su cuerpo inmóvil y tres mujeres llorosas. Corro era el capitán del puerto desde que el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto envió al Ejército y a la Marina al sitio el 3 de noviembre de 2013. El Ejército y la Marina desarmaron a los 113 policías municipales y se encargaron de la vigilancia de la ciudad. Corro asumió ese día su cargo, y lo ocupó hasta que lo mataron. 

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El puerto de Lázaro Cárdenas es uno de los enclaves fundamentales en la estrategia para restablecer la seguridad en Michoacán. Es el principal puerto de carga de México y está situado a un lado de los yacimientos de hierro de la región, los más abundantes del país. La extracción ilegal del mineral era uno de los principales pulmones económicos para Los Caballeros Templarios, la mafia más poderosa de Michoacán. Tan importante que Lázaro Cárdenas es el sitio donde Servando Gómez La Tuta, uno de los principales líderes del cartel, acumuló la mayor parte de su poder. El Capo, el único de los fundadores visibles de la banda que quedaba en libertad, fue detenido en la capital michoacana, Morelia, el pasado 27 de febrero.

Las autoridades han rechazado que la captura de La Tuta y el asesinato de Corro estén vinculados. La versión de la policía es que el contraalmirante de la Marina, uno de los cuerpos militares más respetados del país y que ocupa Lázaro Cárdenas desde noviembre de 2013, murió porque sus atacantes querían robarle el coche. La Procuraduría michoacana (Fiscalía) anunció que había detenido a dos de los supuestos homicidas.

Lázaro Cárdenas es un enclave fundamental para restablecer la seguridad en Michoacán

La presencia militar en Lázaro Cárdenas ha conseguido importantes logros en la guerra contra los grupos delincuenciales que operan en la región. La extracción ilegal de hierro les generaba ganancias de al menos 28 millones de dólares al año, según estimaciones oficiales. El Gobierno federal ha informado del cierre de un centenar de minas en la región.

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El puerto, además, es un foco para el tráfico ilegal de sustancias y mercancías. Los narcotraficantes se hacían con el mineral mediante amenazas, extorsiones y asesinatos y lo intercambiaban con mafias chinas, que a cambio les daban las sustancias necesarias —y también ilegales— para elaborar metanfetamina. Michoacán tiene la mayor cantidad de laboratorios de esta droga en el país. Les llaman "cocinas".

El asesinato de Corro se suma al de Rigoberto Álvarez, hermano de la diputada federal Berenice Álvarez (del conservador Partido Acción Nacional, PAN), cometido por un grupo de hombres armados el martes pasado en uno de los barrios más exclusivos de Morelia y del hallazgo del cadáver del regidor de Penjamillo, Rubén Magaña (del opositor Partido de la Revolución Democrática, PRD), que llevaba varios días desaparecido.

La Marina mexicana ha sido una pieza fundamental en la detención de los capos más importantes de México, como Arturo Beltrán Leyva El Barbas en 2009 y Joaquín El Chapo Guzmán, en febrero de 2014. Corro no es el primer alto mando del cuerpo, uno de los más respetados del país, que ha caído muerto a manos del narcotráfico. El cargo militar más alto que ha sido asesinado en México por el crimen organizado, el vicealmirante Carlos Salazar, murió en una emboscada ocurrida en Churintzio, a 450 kilómetros al oeste de la Ciudad de México el 28 de julio de 2013. También en Michoacán.

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