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La UE advierte a Grecia de que se agota el tiempo para lograr un pacto

Los líderes acuerdan mantener las sanciones hasta que se implemente el pacto de Minsk

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, a su llegada a Bruselas.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, a su llegada a Bruselas. STEPHANIE LECOCQ (EFE)

La cuerda que tensan Grecia y los socios europeos a cuenta del rescate y las condiciones exigidas para aplicarlo está cerca de romperse. Ese es el mensaje que quisieron trasladar este jueves los líderes europeos al primer ministro griego, Alexis Tsipras, en la reunión de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Bruselas. “Aún queda por delante un camino muy duro”, alertó la canciller alemana, Angela Merkel, quien pidió a Atenas reformar su presupuesto. “Le repetiré lo que ya le he dicho dos veces: Grecia debe adoptar las reformas necesarias, asegurar que cumple los compromisos que hizo al Eurogrupo”, abundó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Las fuentes consultadas en Bruselas ni siquiera descartaban esta noche medidas drásticas si Tsipras no consigue desencallar la situación: la amenaza de los controles de capital se cierne sobre Grecia si el dinero sigue huyendo de los bancos helénicos.

El avispero libio

• Los Veintiocho buscan reforzar la negociación para crear un Gobierno de unidad que ponga fin a la situación en el país magrebí, que lleva meses con dos Gobiernos y dos Parlamentos.

• Ese Ejecutivo de unidad se está negociando en Rabat de la mano del emisario de la ONU, Bernardino León. La UE pondrá encima de la mesa cuál es la mejor manera de apoyar al pueblo libio ante el avance del Estado Islámico por el norte de África.

La UE es experta en encontrar fórmulas ad hoc para problemas de difícil solución. Ningún país de la eurozona quería convocar una cumbre específica para hablar del caso griego porque los Veintiocho consideran que la negociación técnica está poco madura y los líderes acabarían lanzándose reproches políticos. Pero Grecia recela de resolver por la vía técnica un problema que cree eminentemente político. Así que Tsipras pidió esta misma semana una minicumbre de los principales líderes europeos para intentar desatascar la negociación, en la que Atenas pide a los socios europeos un desembolso rápido de dinero para evitar la quiebra y Bruselas exige previamente reformas a su gusto. El primer ministro griego lo justificó en la cumbre, según fuentes presentes en la reunión, por la dificultad de aclarar “malentendidos” y por los problemas económicos y financieros.

Esa minicumbre enojó a Holanda, Bélgica y varios países más, los no invitados a la reunión con el líder griego. “Tsipras viene a pedir un gesto, y no entiende que se le está acabando el tiempo y la paciencia de los socios. Y, a la vez, los socios del euro no ayudan con declaraciones subidas de tono. Nadie está jugando bien en esta negociación: el clima para un acuerdo es cualquier cosa menos propicio”, según fuentes comunitarias. La discusión finalmente se produjo en un formato que incluía a Juncker; a los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk; del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem; del BCE, Mario Draghi, y a dos jefes de Estado: Angela Merkel y François Hollande. Pese al enfado que este formato suscitó en algunos líderes europeos, fuentes del Consejo defendían este jueves esta opción como una manera operativa de satisfacer la petición de Tsipras.

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Grecia no fue esta noche el único problema de los socios europeos. Rusia sobrevoló toda la reunión: los líderes debatieron las sanciones a Moscú por el conflicto en Ucrania, con la ya tradicional pugna entre quienes quieren más dureza —anticipar la confirmación de las sanciones— y los países que prefieren dar tiempo a Rusia para ver si cumple los acuerdos de Minsk. Finalmente, los Veintiocho acordaron mantener las medidas restrictivas contra Rusia hasta que se implemente por completo a la tregua acordada entre las partes el pasado mes. "Las sanciones están necesariamente vinculadas al cumplimiento de Minsk", declaró al término de la cumbre el presidente del Consejo, Donald Tusk. El compromiso consistía en reflejar por escrito que la UE continuará su política de sanciones hasta que se cumpla ese pacto, sin necesidad de renovar ahora las que vencen en julio.

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El Consejo dejó otro recado para el presidente ruso, Vladímir Putin: los Veintiocho se encaminan a un nuevo sistema de negociación de los contratos del gas con Rusia para evitar pactos que vulneren las leyes europeas. Tusk, quién afirmó que durante este debate hubo "controversias", hizo hincapié en la "transparecia" a Gobiernos a la hora de firmar contratos de suministro de gas con sus proveedores. Los países deberían dejar que el brazo Ejecutivo de la UE examine los contratos antes de la firma, algo que despierta recelos en muchos líderes.

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