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Fallece Carlos Gaviria, uno de los grandes juristas colombianos

Como magistrado impulsó la despenalización de la dosis para consumo propio de droga

Carlos Gaviria en enero de 2013.
Carlos Gaviria en enero de 2013.Orlando Barría (EFE)

Carlos Gaviria, uno de los juristas más respetados por los colombianos por su defensa de las libertades y su pensamiento avanzado, murió a los 77 años a causa de una afección respiratoria que sufría desde hacía dos semanas. Este abogado, demócrata y maestro universitario, una de las voces más respetadas de la izquierda en el país, fue magistrado y presidente de la Corte Constitucional, congresista y candidato presidencial, y aunque se mantenía activo, en el último mes tuvo problemas de salud, por los que fue ingresado de urgencia en una clínica del norte de Bogotá.

Como magistrado del Constitucional (1993-2001), Gaviria, que nació en Sopetrán, Antioquia, en 1937, libró grandes batallas por los derechos de los colombianos con temas tan sensibles como que se respetara el derecho a morir dignamente y la despenalización de la dosis de droga para consumo propio. “No resulta equivocado señalar que los más avanzados ejemplos de progresismo en la protección de los derechos y libertades ciudadanos en Colombia llevan su impronta”, dice el perfil que ha publicado el diario El Espectador.

En el caso de la despenalización de la dosis mínima de droga, Gaviria logró con una ponencia en mayo de 1994, que la Corte declarara inconstitucional que se penalizara el porte de la dosis personal. Fue una votación muy apretada y que generó grandes debates en el país. Para Gaviria, penalizar la dosis mínima era vulnerar la autonomía de la persona y el libre desarrollo de la personalidad. También abogaba por prevenir el consumo con políticas preventivas y de salud pública.

Luego, con otra ponencia de su autoría en mayo de 1997, la Corte despenalizó la eutanasia para los enfermos terminales y que la practique un médico, colocando a Colombia como el primer país en el mundo que lo permitía. El fallo de la Corte, considerado como histórico, le ordenó al Congreso que regulara la eutanasia, algo que hasta la fecha no ha sucedido, a pesar de que el mismo Gaviria, ya como senador, impulsó en 2004 un proyecto de ley para que se cumpliera la sentencia.

Al salir del Constitucional, Gaviria decidió dar el salto a la política. En 2002 obtuvo la quinta mayor votación del país con la que fue elegido al Senado con 115 mil votos. En el congreso, este abogado se convirtió en una de las voces más importantes y críticas al primer gobierno del político de derechas Álvaro Uribe.

En 2006 se lanzó a la presidencia por el Polo Democrático Alternativo que él mismo fundó de la mano de otros líderes de izquierda, enfrentado al popular Uribe quien se lanzaba a la reelección. Y aunque Gaviria no pasó a la segunda vuelta logró 2,6 millones de sufragios, una cifra récord para un partido en la oposición y de izquierdas en Colombia. Cuatro años más tarde, en el 2010, intentaría postularse de nuevo por el Polo pero fue derrotado por el hoy alcalde de Bogotá, Gustavo Petro.

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Desde entonces se retiró de la política activa y se convirtió en una especie de consejero de alto nivel de la izquierda colombiana, acompañando a los candidatos de ese partido político en sus diferentes postulaciones. Al conocerse su fallecimiento, el presidente Juan Manuel Santos lo lamentó en Twitter: “Gran jurista y colombiano. Enorme pérdida para el país. Condolencias para sus familiares”.

La directora del Polo Democrático, Clara López Obregón, dijo a medios locales que su partido echará de menos las ideas y consejos de Gaviria en momentos en el que el país vive horas críticas. “El gran legado de Carlos Gaviria se resume en una palabra: ética”, manifestó a Caracol Radio. Por su parte, el expresidente Álvaro Uribe envió un comunicado en el que reconoció a Gaviria, quien fue su profesor de derecho en la Universidad de Antioquia, como uno de sus más grandes contradictores pero al que admiraba. “Su partida deja un vacío en el foro. Para confrontarlo se requería estudiar. Confieso que las profundas discrepancias nunca me llevaron a restar la admiración y el afecto que nacieron de los salones de clase en 1971”, declaró el hoy senador y mayor opositor de Santos.

Uno de sus grandes amigos, Rodolfo Arango, escribió de Gaviria en una columna publicada hace poco en El Espectador, que “no pocos ataques, desplantes y rechazos ha recibido quien con valor decidió luchar contra la desigualdad, la exclusión y la injusticia, desafiando las estructuras de poder social y político, para liberar con su ejemplo las ataduras del miedo y de la servidumbre”. Gaviria, que también era amante de la poesía y un lector apasionado, será cremado y sus cenizas trasladadas a su natal Antioquia.

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