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El mundo árabe acoge dividido la noticia del acuerdo nuclear

Las reacciones se enmarcan en dos bandos, el de los países suníes afines a Arabia Saudí y el de los chiíes, próximos a Irán

Un iraní celebra el acuerdo en Teherán.
Un iraní celebra el acuerdo en Teherán.ABEDIN TAHERKENAREH (EFE)

El acuerdo entre la comunidad internacional e Irán sobre su programa nuclear alcanzado el jueves en Lausana ha sido acogido de forma diferente en el mundo árabe. Todo depende de qué posición ocupe cada país en el eje que divide la región entre los aliados de Irán y los de la coalición de Estados suníes liderada por Arabia Saudí. En todo caso, el día siguiente a la firma del acuerdo, era difícil encontrar en la región el mismo nivel de satisfacción y optimismo que ha suscitado en los círculos diplomáticos occidentales.

Los aliados árabes de Teherán, presentes sobre todo en Líbano, Irak, Siria y Bahréin, se felicitaron por la noticia, y destacaron que aleja definitivamente el fantasma de una intervención militar de EEUU en Irán. “Lo que ha sucedido es una victoria para Irán porque garantiza la permanencia de su programa nuclear... y su derecho de enriquecer uranio con objetivos pacíficos, que es lo que [Irán] buscaba desde el principio”, declaró Walid Sukkarieh, un diputado de la milicia libanesa Hezbolá, que destacó también el fracaso del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en su estrategia de confrontación.

Líbano, partido en dos mitades, una alineada con Arabia Saudí y la otra con Irán, refleja perfectamente la división de pareceres respecto al acuerdo. Nuhad Mashnuk, ministro del Interior y perteneciente a un movimiento político prosaudí, restó importancia al pacto de Lausana. “No hay un acuerdo todavía entre Occidente e Irán. Esto es solo un acuerdo preliminar... lo que [Occidente] ha hecho es solo dejar la puerta abierta a un pacto hasta el 30 de junio”, afirmó el ministro a la cadena de televisión LBC.

Por su parte, el Gobierno de Arabia Saudí y las otras petromonarquías del golfo Pérsico, donde la percepción de la amenaza del expansionismo iraní es más aguda, optaron por el mutismo durante las horas siguientes al acuerdo. Tampoco hubo reacción oficial de las autoridades de Egipto, la otra gran potencia suní que participa en la campaña de bombardeos en Yemen contra posiciones de los rebeldes Huthis, una milicia aliada de Irán. La reacción de los medios de comunicación de estos países coincidió con la actitud de sus Gobiernos. En su telediario, la principal televisión saudí no ofreció la noticia del acuerdo nuclear hasta avanzado el programa. Y en la portada del diario oficialista egipcio Al Ahram, ocupaba un pequeño rincón en su portada de hoy.

El diario saudí Al Watan sí incluía en su portada online un artículo sobre el pacto que ofrecía una visión optimista. “Parece que el sueño de Irán de conseguir una bomba nuclear se disipó ayer en Lausana”, rezaba la primera línea del artículo. Sin embargo, en las redes sociales de los países del Golfo y de sus aliados la percepción era más bien la contraria. “Felicidades a Obama por conseguir su anhelado legado de conceder el derecho de enriquecimiento [de uranio] a Irán”, tuiteó con una carga de sarcasmo el analista político emiratí Sultan Qassemi, que en otro mensaje aseguraba que el acuerdo abría las puertas a la proliferación nuclear en el golfo Pérsico.

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