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Una progresista argentina quiere ser alternativa al peronismo y la derecha

Stolbizer presenta su candidatura a presidenta con la ilusión de atraer votantes desilusionados, pero las encuestas la sitúan muy por detrás de los tres favoritos

Alejandro Rebossio
Margarita Stolbizer.
Margarita Stolbizer.

Margarita Stolbizer, abogada y diputada de 60 años, busca convertirse en la opción progresista para el menú de las elecciones presidenciales de octubre próximo en Argentina. Si finalmente el moderado Daniel Scioli vence en las primarias kirchneristas a sus rivales, el electorado se verá ante dos candidatos peronistas, el propio gobernador de la provincia de Buenos Aires y el opositor Sergio Massa, y el conservador Mauricio Macri, tres postulantes amigables para los mercados. No es que Stolbizer sea anticapitalista ni defensora del capitalismo de Estado que ha reivindicado el kirchnerismo, pero busca presentarse a la izquierda de aquellos tres favoritos.

"¡Quiero ser presidenta de Argentina, un país con decencia e igualdad!", dijo Stolbizer en el acto de presentación de su candidatura, en Buenos Aires, rodeada de políticos y algunos artistas e intelectuales. En marzo pasado apenas reunía el 1% de las intenciones de voto en los sondeos, se prevé que vaya creciendo, aunque parece difícil que supere a Scioli (23%), Massa (22%) y Macri (21%), según una encuesta de la consultora Fara.

Stolbizer pretende atraer votantes kirchneristas desilusionados con una eventual victoria de Scioli en las primarias de agosto próximo del Frente para la Victoria (FpV) que encabeza Cristina Fernández de Kichner. También anhela conquistar el voto de los militantes progresistas de su ex partido, la Unión Cívica Radical (UCR), tradicional rival del peronismo que, aunque está afiliado a la Internacional Socialista, se ha aliado con el conservador Macri para los próximos comicios.

Stolbizer se presentó tres veces a gobernadora bonaerense y llegó a lograr al 16% de los votos

La candidata nació y vive en Morón, en la periferia oeste de Buenos Aires. Dice que se diferencia de Scioli, Macri y Massa porque no anda con custodia ni vive en las urbanizaciones cerradas que han proliferado en el Gran Buenos Aires (suburbios) en la medida en que las clases altas y medias altas buscaron seguridad y servicios recreativos reparados por muros que los separan del resto de la metrópolis. Comenzó a militar en la Juventud Radical y, tras la última dictadura militar de Argentina (1976-1983), ocupó su primer cargo público, como directora de Acción Social de Morón. Después fue concejal y más tarde, cuatro veces elegida diputada.

Casada y con tres hijos, uno de los ellos jugador de la selección de baloncesto, Nicolás Laprovittola, Stolbizer militaba en el sector progresista de la UCR. Tres veces intentó ser gobernadora de la provincia de Buenos Aires, donde vive el 39% de los argentinos. La primera vez fue en 2003, cuando en las elecciones presidenciales la UCR se derrumbó el 2,3%. Pero ella sorprendió con un 8,9% y se situó en cuarto lugar.

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En 2007 se marchó del radicalismo en oposición a la alianza por la que su partido llevó como candidato a presidente al peronista opositor Roberto Lavagna. Entonces fundó su formación política, Generación para un Encuentro Nacional (GEN), y apoyó en las presidenciales a otra exradical Elisa Carrió, de la centrista Coalición Cívica. Stolbizer logró entonces el 16,6% de los votos en los comicios bonaerenses, con lo que acabó segunda.

En 2011, el GEN conformó el fugaz Frente Amplio Progresista (FAP), que aglutinó a fuerzas de centroizquierda con la idea de erigirse en alternativa a peronistas y radicales. Su candidato a presidente fue el socialista Hermes Binner, que logró el 16,8%, lejos del 54,1% de Kirchner, pero por encima de la UCR y los peronistas opositores. Stolbizer obtuvo 11,1% como candidata a gobernadora de Buenos Aires, con lo que finalizó en tercer puesto. Pero el FAP se resquebrajó dos años después, en las elecciones legislativas, porque el Partido Socialista, el GEN y el partido Libres del Sur optaron por aliarse con el radicalismo. Esta coalición también duró poco: en marzo pasado desapareció por el pacto entre la UCR y el conservadurismo. Ante semejante desaguisado, Binner, de 71 años, declinó de volver a presentarse a presidente y propuso que lo hiciera Stolbizer, una candidata menos conocida que él, pero que se muestra con un discurso más tajante y menos dubitativo.

La candidata progresista cuenta también con el apoyo de Libres del Sur y Proyecto Sur, el partido que lidera el cineasta y senador Fernando Pino Solanas, otro que formaba la alianza con la UCR. Más difícil le será a Stolbizer sumar a Unidad Popular, una fuerza con base sindical que integró el FAP, se resistió siempre a juntarse con los radicales y ahora se muestra renuente a resucitar aquel dañado frente. Stolbizer fue noticia el pasado año porque presentó una denuncia judicial por presuntas irregularidades de la sociedad con la que Kirchner controla su puñado de lujosos hoteles. Este año busca serlo por su resultado electoral, aunque resulta muy poco probable que pueda terciar en la batalla entre peronistas y conservadores.

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