_
_
_
_
_

Cerebros jóvenes e innovadores para la apuesta presidencial de Clinton

La candidata demócrata ha reclutado a los responsables de la estrategia digital de Obama

Hillary Clinton saluda a los trabajadores de una pastelería en New Hampshire.
Hillary Clinton saluda a los trabajadores de una pastelería en New Hampshire.DON EMMERT (AFP)

Robert Mook tenía 12 años cuando Bill Clinton fue elegido presidente de Estados Unidos. Ahora, a los 35, tiene en sus manos la campaña electoral de Hillary Clinton. La segunda apuesta de la demócrata para convertirse en la primera mujer presidenta de EE UU es un complejo equilibrio entre los estrategas más jóvenes de la política norteamericana, familiarizados con las nuevas tecnologías, y un equipo de asesores veteranos que conocen a los Clinton desde antes de los 90.

El balance entre asesores jóvenes y veteranos es el mismo que deberá hacer Clinton para lograr la victoria en 2016, atrayendo a aquellos votantes más jóvenes y que no están familiarizados con su trayectoria, a la vez que convence al resto de que, a pesar del apellido y de su amplia experiencia en la política, es una candidata nueva. Y más allá de los discursos, las entrevistas o las apariciones en mítines, esa estrategia depende cada vez más de la tecnología y el análisis de datos que manejan las campañas electorales.

“Desde 2012 es imposible interpretar correctamente las estrategias de campaña sin entender la revolución en las tácticas”, escribió Sasha Issenberg en Victory Lab, la obra que analizó el secreto del éxito de las campañas digitales de Obama. “Algunas de las decisiones que determinaron cómo se plantearía la carrera presidencial se basaron en innovaciones tecnológicas totalmente invisibles al mundo exterior”.

Robby entiende las campañas modernas, el valor de los datos y la tecnología”, explicó David Plouffe, artífice de la campaña de Obama

Los cerebros de aquella campaña se han mudado ahora desde el centro de operaciones de Obama en Chicago hasta el de Clinton en Brooklyn, donde la demócrata ya cuenta con algunas de las figuras clave de las victorias del presidente demócrata. Allí trabajará Teddy Goff, uno de los artífices de la estrategia en redes sociales, publicidad y recaudación de fondos online con la que Obama revolucionó las campañas electorales modernas. Según The New Yorker, uno de los objetivos es crear una operación tres veces más grande que la del presidente Obama en su campaña por la reelección hace tres años.

Ese objetivo dependerá, en gran parte, de su dominio de la conversación y el control de los mensajes que se difundan en Internet. Las responsables en este caso serán otras dos mujeres ampliamente reconocidas en el sector: Katie Dowd y Stephanie Hannon. La primera ha asesorado a Clinton tanto en el Departamento de Estado como en la Fundación que dirige junto a su marido y su hija, Chelsea. Y la segunda, Hannon, es ya la primera mujer en dirigir la operación tecnológica de una campaña presidencial en EE UU. La ingeniera lideró en Google la estrategia de de gestión de productos, innovación e impacto social y su nombre está detrás de avances como la localización de la información en mapas gracias al código geográfico, aplicaciones de transporte urbano o sistemas de ayuda para una mejor respuesta en casos de desastres naturales.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete
Stephanie Hannon es ya la primera mujer en dirigir la operación tecnológica de una campaña presidencial en EE UU

Mook será la pieza clave que ensamble este equipo con el de los veteranos asesores de Clinton, como John Podesta o Jennifer Palmieri, también artífices de su mensaje electoral. El estratega estuvo detrás de sus victorias por delante de Obama en las primarias de 2008 en Nevada, Ohio e Indiana. “Robby entiende las campañas modernas, el valor de los datos y la tecnología”, explicó David Plouffe, asesor del candidato demócrata, a Bloomberg en 2013. “Él nos ganó tres veces, nos dejó la huella marcada en la espalda”.

El joven de Vermont, un veterano de las campañas demócratas que ayudó al gobernador de Virginia y amigo de los Clinton, Terry McAuliffe, a vencer en 2012 después de una dura derrota cuatro años antes. Y además de un buen currículum, la candidata demócrata habría apostado por un perfil prácticamente desconocido para los medios y cuyo lugar preferido es el despacho, no delante de los micrófonos. “No busca los focos y de hecho hace todo lo posible para evitarlos”, declaró el analista Geoff Garin a la revista Mother Jones.

A falta de un rival en las filas demócratas, el reto del equipo de Clinton durante los próximos 18 meses será convertir uno de los rostros más conocidos de la política estadounidense en sinónimo de novedad. La arquitectura del nuevo equipo de la candidata demócrata es solo un ejemplo más de cómo la tecnología, el análisis de datos a una escala desconocida y estrategias digitales que todavía están por inventar, son ya un pilar imprescindible de cualquier campaña electoral.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_