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El exitoso empresario colombiano que acabó en una cárcel española

Víctor Maldonado está investigado en su país por presunto delito de estafa

Sally Palomino
Víctor Maldonado
Víctor Maldonado

Víctor Benjamín Maldonado es uno de los más de mil reclusos que permanecen en Soto del Real, uno de los siete centros penitenciarios de Madrid. Hasta hace un mes era prófugo de la justicia colombiana. Años atrás era un exitoso empresario. Un millonario que se codeaba con la elite de ese país, que aparecía con regularidad en las páginas sociales de los diarios y revistas, pero que, por su participación en uno de los mayores escándalos financieros de los últimos años en Colombia, hoy está a la espera de una decisión jurídica que definirá si es extraditado o no.

Maldonado, dueño de importantes y reconocidas empresas en su país, pasó de tener una vida de lujo a pasar sus días bajo la incertidumbre de no saber cuál será su futuro. Gloria Valencia, editora de economía de la revista Semana y autora del libro Interbolsa: la historia de una élite que se creía demasiado grande para caer, explica, a partir de las investigaciones judiciales, la caída de este hombre.

“Era el mayor accionista del grupo financiero Interbolsa, que tenía varias empresas, y era corresponsal del fondo de inversión Premium, que vendía la idea de que la gente que allí depositara su dinero vería ganancias tras inversiones en el extranjero. Sin embargo, el dinero nunca salía del país”, cuenta la periodista. Él, además de ser parte de la junta directiva de Interbolsa, fortaleció sus empresas con parte del dinero que recibían de las personas que invertían. “Según las autoridades, Víctor Maldonado debería devolver cerca de 45 millones de dólares, teniendo en cuenta el capital que recibió y no devolvió”, explica Valencia sobre el escándalo, que estalló a finales de 2012.

Maldonado fue enviado a prisión después de que el juez Pablo Ruz, que hasta la semana pasada ejercía en la Audiencia Nacional, negó la fianza que pedían sus abogados. “Decretar la prisión provisional, con el fin de asegurar la futura entrega a las autoridades judiciales de Colombia, máxime habida cuenta de la falta de arraigo del reclamo en España”, dice el auto de detención.

Él y sus abogados pretendían que debido a su doble nacionalidad (colombiana y española) se salvara de responder ante la justicia. Sin embargo, el juez Ruz -el mismo que llevó el caso Bárcenas, el del tesorero del PP- tuvo en cuenta que a Maldonado lo reclama la justicia en Colombia, en virtud de una orden internacional de extradición expedida por la comisión del delito de estafa. Por eso, desde el 27 de marzo permanece en el módulo uno, el primero de los doce que conforman la prisión de Soto del Real. Un lugar donde son recluidas las personas que no tienen condenas en firme, que están allí de forma preventiva. Solo puede recibir visitas los fines de semana. Las condiciones, a diferencia de las cárceles de Colombia, son buenas. Hay gimnasio, escuela, mucho campo, atención médica. Un espacio lejos de parecerse a donde podría ser llevado de ser condenado en su país por hacer parte de un escándalo de estafa cercana a los 100 millones de dólares.

Y mientras las cientos de víctimas esperan que su dinero sea devuelto, Maldonado está a la expectativa de que la justicia española defina su situación. Desde el día de su captura (26 de marzo) empezó la cuenta regresiva de los 40 días que Colombia tiene para formalizar su petición de extradición. Aún no hay fecha establecida para que se realice la audiencia en la que las partes expondrán sus argumentos. Una vez se establezca y se cumpla, tres magistrados de la Sala de lo Penal tomarán una decisión, que es recurrible ante todos los magistrados de dicha sala. En caso de que la determinación sea la de la extradición, la última palabra la tendrá el Consejo de Ministros. Es decir; se tendrá que agotar una vía judicial y otra política.

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La Fiscalía de Colombia señala que este país y España tienen un tratado que permite la extradición de ciudadanos españoles o nacionalizados españoles, por lo que espera que pese a la doble nacionalidad de Maldonado, enfrente la justicia en el país donde cometió los delitos, señalan las autoridades, que reiteran que el empresario, quien huyó del Colombia en febrero y lo buscaban con una circular roja de Interpol, estaba enterado de las maniobras ilegales de la empresa que lideraba.

La vida de Maldonado ahora es otra. De empresario exitoso, a prófugo, hoy espera su suerte en cuatro paredes de la cárcel de la sierra de Madrid. De las páginas de sociales pasó a las de justicia.

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Sobre la firma

Sally Palomino
Redactora de EL PAÍS América desde Bogotá. Ha sido reportera de la revista 'Semana' en su formato digital y editora web del diario 'El Tiempo'. Su trabajo periodístico se ha concentrado en temas sobre violencia de género, conflicto armado y derechos humanos.

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