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Frontex ve inviable atacar los barcos de las mafias de inmigrantes de Libia

La agencia europea no cree factible, a corto plazo, bombardear estos buques

J. Jiménez Gálvez
Supervivientes del naufragio de un buque salido de Libia, este abril, llegan a Italia.
Supervivientes del naufragio de un buque salido de Libia, este abril, llegan a Italia.alfonso di vicenzo (afp)

La propuesta de hundir en Libia los buques utilizados por las mafias para el traslado de inmigrantes en el Mediterráneo, impulsada por España en el Consejo de Seguridad de la ONU con el respaldo de Italia, constituye una carrera de obstáculos de difícil ejecución a corto plazo. En opinión de Frontex, la agencia europea encargada del control de las fronteras, esta iniciativa no puede "hacerse de inmediato" por la inestabilidad del país africano y por las numerosas incógnitas que plantea el proyecto. De hecho, aunque Gil Arias, director ejecutivo adjunto de esta institución, ha considerado que la iniciativa "puede contribuir a solucionar el problema", ha enumerado muchos flecos que la hacen inviable a día de hoy. Todo ello, en plena crisis migratoria en la UE, donde se han triplicado las entradas irregulares en el primer trimestre.

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Gil Arias ha recalcado que, lo primero de todo, el plan requiere una resolución a favor del Consejo de Seguridad de la ONU, previa "solicitud de Libia". "Lo que tomará su tiempo", ha recalcado el número dos de Frontex, en referencia a un país muy inestable desde la caída de Gadafi, donde existen dos Ejecutivos enfrentados. Cada uno, con su respectivo parlamento y ejército; además de municipios controlados por milicias terroristas del Estado Islámico. Un primer escollo que, como señalaron fuentes diplomáticas la pasada semana, puede salvarse sin llegar a conformarse un Gobierno de concentración nacional: "La legitimidad de una misión puede darse porque la pida el Gobierno reconocido del país". Pero, aun así, todavía quedarían muchos pasos por dar.

El segundo frente se abre al llevar a la práctica la iniciativa. "Aunque se consiga [la resolución de la ONU], luego habrá todavía otras consideraciones a tener en cuenta", ha continuado Gil Arias. Por ejemplo, ¿dónde se destruirán los buques vacíos? En alta mar no puede hacerse, ha destacado el director adjunto, porque se incumpliría la normativa medioambiental. Entonces, ¿en el puerto? Esa opción abre otros escollos, recalca el representante de la Agencia europea. Como, ante la dificultad de identificar las embarcaciones de las mafias, la posibilidad de que se bombardeen erróneamente naves que pertenezcan a particulares. De hecho, a ese respecto, fuentes militares españolas ya habían mostrado sus reticencias tras anunciarse la propuesta: "¿Cómo estar seguro de que pertenecen a las mafias?".

El bombardeo de embarcaciones solo se ha hecho una vez en Somalia, con carácter disuasorio y para combatir la piratería. "En esta iniciativa hay muchos elementos que necesitan de una reflexión pausada y detenida", ha apostillado Gil Arias, tras participar en Madrid un coloquio sobre los retos migratorios en la UE y EE UU, organizado por la Fundación Ciudadanía y Valores.

En esta cita en la capital española, el representante de Frontex también ha considerado estéril el debate sobre si debe cambiarse el mandato del organismo para asumir la competencia del salvamento de inmigrantes. “En la práctica, no tendría una gran relevancia porque Frontex ya lo hace en todas las operaciones”, ha remachado el director adjunto, que ha analizado las reticencias de algunos Estados para modificar sobre el papel las competencias de la Agencia: no quieren "olvidarse de por qué razón se creó la agencia" —para el control de las fronteras exteriores—. A lo que Arias ha añadido, en referencia a las crisis migratorias que asolan el Mediterráneo en el último lustro: "Aquí es una costumbre que, a la vista de los acontecimientos, se aumente el presupuesto de la Agencia. La reacción de los políticos suele ser: démosle dinero a Frontex y ya el problema es suyo…".

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Sobre la firma

J. Jiménez Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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