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“El referéndum abrió los ojos de la juventud escocesa”

La estudiante de 20 años que se convertirá en la diputada más joven simboliza la aplastante victoria del nacionalisto escocés al norte de la frontera

Pablo Guimón
Mhairi Black, retratada hace tres semanas en Paisley.
Mhairi Black, retratada hace tres semanas en Paisley.LIONEL DERIMAIS

Mhairi Black ha superado su gran examen. Ha ganado su escaño por Paisley & Renfrewshire South, derrotando al director de la campaña laborista y portavoz de Exteriores en la oposición, Douglas Alexander, y se convertirá en la diputada más joven que entra en Westminster en casi cien años. Pero le queda otro, dentro de unas semanas. El último examen de la carrera de Políticas que estudia en Glasgow. Esta estudiante de 20 años, que ocupará uno de los 56 escaños que ha ganado el SNP, representa el histórico cambio político que acaba de protagonizar Escocia. Criado en una familia laborista, su historia es un símbolo de la aplastante victoria del nacionalismo que prácticamente ha borrado a los partidos nacionales del mapa político al norte de la frontera. Black recibió a EL PAÍS en Paisley hace tres semanas.

Pregunta. ¿Cómo se convirtió su familia en nacionalista?

Respuesta. Mi familia era laborista. Yo no llegué a votarlos, porque soy muy joven, pero siempre apoyamos a los laboristas. Lo que pasó es que el partido cambió. Perdieron su alma, sus principios. Mi padre y mi madre proceden de la clase obrera. Siempre han sido laboristas tradicionales, pero con el nuevo laborismo vimos un cambio que no nos gustaba. Estaban más interesados en ganar poder que credibilidad. El referéndum fue el clavo final en el ataúd. Mi padre y yo ya nos hicimos del SNP en 2011. Muchos de mi familia al principio iban a votar no, pero para el final de la campaña cambiaron. Recuerdo de niña ver en casa a Blair en la tele y lo entusiasmados que estábamos todos. Los tories se van y ha llegado el laborismo, decía mi padre. Yo pensaba que eso es genial, que los laboristas debían de ser lo mejor. Y a medida que crecía empecé a ver a mi padre cabreado. Y un día mi padre estaba viendo la tele, otra vez enfadado, y yo le pregunte: “¿Los laboristas no eran los buenos?”. Y él me dijo: “En realidad, no”. El nuevo laborismo se había convertido en el viejo tory.

P. ¿Qué pensó cuando le dijeron que disputaría su escaño con Douglas Alexander?

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R. Me alegré. He vivido aquí siempre y he visto el deterioro que ha sufrido este lugar. ¿Cómo podía nuestro diputado laborista haber dejado que esto pase? Paisley era un sitio vivo, ahora han cerrado las tiendas, hay áreas de depravación, hay mucha pobreza en algunas casas que he visitado. Se había convertido en algo distinto del sitio en el que yo crecí. Este era uno de los escaños mas seguros de Escocia para el laborismo. Nunca necesitó hacer campaña. Ese ha sido el problema en toda Escocia. La creencia de que Escocia votaba laborista y ya está. Mucha gente me ha parado por la calle y me ha dicho que era la primera vez que veían a su diputado en 15 años.

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P. ¿Qué le ha pasado al laborismo escocés?

R. Se ha convertido en una sucursal del laborismo nacional, y por eso tiene que acomodarse a los acercamientos del partido a la derecha por los votantes del sureste de Inglaterra. El laborismo escocés ha sido arrastrado a la derecha hasta el punto de que ahora no tienen principios, ni moral, ni intelecto propios. Nosotros no respondemos ante nadie más que ante el pueblo escocés. La gente se da cuenta de que no hay otro partido que se preocupe de que Escocia sea escuchada en Westminster.

P. ¿Planea usted mudarse a Londres?

R. No me gustaría vivir en Londres, tendré que pasar ahí el tiempo necesario. A veces elegimos representantes que se van a Londres y no volvemos a verlos en cinco años, hasta la siguiente campaña. Pero debes estar también en tu circunscripción.

P. ¿Le asusta convertirse en la diputada más joven?

R. No me asusta. Uno de los problemas con la política es que mucha gente lo ha visto como una carrera, pero yo lo veo como un camino al cambio. Debes haber hecho tus deberes, y yo los he hecho. Ellos son los que deben estar nerviosos.

P. ¿Planteará su partido un nuevo referéndum de independencia?

R. Espero que Escocia sea independiente en algún momento. Pero es la gente la que debe decir cuándo. En esta elección general la independencia no es el tema. Nosotros aceptamos que Escocia ha votado seguir siendo parte de esta unión y nuestra labor, como partido de Escocia, es asegurarnos de que obtenemos el mejor acuerdo para nuestra gente.

P. ¿Cuáles son las claves, para usted, de lo que está pasando en Escocia?

R. Creo que lo que ha pasado en Escocia, y yo soy un ejemplo de eso, es que el referéndum ha forzado a la gente a cuestionarse, a abrir los ojos y mirar a la sociedad y decir, dios mío, cuántos problemas hay, ¿por qué nadie lo arregla? Y empezamos a conectar esos puntos entre los problemas de nuestras vidas y la política. Ha habido un despertar político en la sociedad y es básicamente entre la gente joven. Siempre nos ha desilusionado el hecho de que no importa quién esté en Westminster, porque nada cambia. Se nos han abierto los ojos y, de repente, ir a fiestas no parece importar tanto cuando hay niños que no pueden comer.

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Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

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