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Colombia da otro paso en el diálogo con el ELN

El Ejército de Liberación Nacional intenta iniciar conversaciones con el Gobierno

Miembros de la guerrilla del ELN, el pasado abril.
Miembros de la guerrilla del ELN, el pasado abril. REUTERS

Que el líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, conocido como Timochenko, y el líder del Ejército de Liberación Nacional, ELN, la segunda guerrilla de Colombia, Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, se hayan reunido en La Habana con la autorización del presidente Juan Manuel Santos, muestra la importancia que tiene para el proceso de paz, que el ELN se suba al tren de terminar el conflicto armado por la vía negociada.

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Que los dos jefes guerrilleros se reúnan en la clandestinidad no es un asunto nuevo, pero que el Gobierno facilite el encuentro sí lo es. “Es la preocupación del Gobierno y las FARC de que no exista una mesa de negociación con el ELN y que todo este esfuerzo se pueda malograr si no se consigue un acuerdo con el ELN”, dice Luis Eduardo Celis, analista de la Fundación Paz y Reconciliación.

El encuentro entre Timochenko y Gabino se dio a finales de abril en secreto y fue revelado por la prensa local esta semana. Santos lo ha confirmado y su jefe negociador en La Habana, Humberto de la Calle, reiteró que la incorporación del ELN al proceso es “del mayor interés” para los colombianos. De la Calle explicó que contarle al ELN sobre los avances en Cuba con las FARC, corresponde al propósito de lograr la terminación “total” de la violencia en el país.

Hace 11 meses, cuando Santos le contó al país que desde 2013 había mantenido contactos con el ELN para iniciar una futura mesa de negociación, defendió su idea de una paz integral. “Hay que tener claro que el conflicto es solo uno, por eso, el proceso para poner fin al conflicto, también es solo uno. No puede haber dos modelos de dejación de armas, no puede haber dos procesos diferentes de esclarecimiento de la verdad”, dijo en ese momento en referencia a las dos guerrillas.

Esta posición la comparten las FARC. Su representante en La Habana, Iván Márquez y número dos de esa guerrilla, trinó en la noche del martes en su cuenta de Twitter, que la apuesta de la agrupación era por un solo proceso de paz. “La aspiración de las 2 organizaciones hermanas es trabajar 2 mesas y un mismo proceso”, escribió. Timochenko, por su parte, en un comunicado, insistió en que es urgente que el ELN se vincule al proceso de paz. “Es lo justo y a la vez es lo más práctico” dijo y contó que percibió a un Gabino “convencido de la importancia de la paz concertada” y también preocupado de que aún no se concrete una agenda con el Gobierno para poder iniciar conversaciones.

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Sin embargo, hasta ahora los acercamientos entre el Gobierno y el ELN no han dado mayores frutos. “La situación actual es muy difícil porque tenemos a unas FARC que van a un acuerdo de paz y no sabemos si lo hará el ELN. Si no hay un acuerdo con el ELN, significaría un divorcio entre las dos guerrillas, y puede que ahora se traten como amigos pero eso puede cambiar”, dice Celis.

Las diferencias entre el ELN y el Gobierno no son fáciles de zanjar. Una de las razones es que la lógica del proceso con las FARC es que negocia con el Gobierno la terminación del conflicto armado y después se implementan los acuerdos a los que se lleguen en Cuba. Pero el ELN piensa distinto. Para esta guerrilla, primero se implementan los acuerdos y después se hablaría de terminar la confrontación armada.

Voces tan respetadas en Colombia como la del sacerdote Francisco de Roux, le piden a Gabino que reflexione. “No nos pongan en la sin salida de que ustedes van a entrar sin armas en el proceso el día que ya haya paz, cuando la paz pide precisamente que cesen las armas para empezar a construirse”, escribió en su última columna publicada en el diario El Tiempo.

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