Dos candidatos son asesinados en México en menos de 24 horas
Un exlíder autodefensa michoacano que optaba a la alcaldía de Yurécuaro, fue tiroteado. Otro aspirante a concejal en Tabasco murió tras recibir varios disparos
Se llamaba Enrique Hernández y era candidato a la alcaldía de Yurécuaro, un pueblo en el noroeste de Michoacán, a 450 kilómetros al este de la capital de México, por el izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), liderado por Andrés Manuel López Obrador. No era ningún rostro nuevo en su pueblo. Había sido líder autodefensa, y más tarde fue encarcelado acusado por el asesinato del alcalde de Tanhuato, Gustavo Garibay García. Lo mataron a tiros, desde un coche en movimiento, en la plaza pública, a la mitad de un mitin. Tres personas más resultaron heridas.
A más de mil kilómetros de Michoacán, en el municipio tabasqueño de Huimanguillo, otro candidato a regidor del PRI corrió con la misma mala suerte. Héctor López Cruz fue acribillado con 16 balazos minutos después de abrir la puerta de su casa. Su hermano Eloy, testigo de lo ocurrido, resultó herido de gravedad y se encuentra en un hospital cercano recuperándose.
El candidato asesinado había sido un líder autodefensa y fue acusado de asesinato para después ser liberado por falta de pruebas
Las dos muertes sacuden el proceso electoral en México, que celebrará el próximo 7 de junio elecciones regionales en las que además renovará su Cámara baja.
López volvía de un acto de campaña. Según señalan algunos testigos a la prensa local, los atacantes llegaron a su casa a bordo de dos camionetas color blanco y gris. Tras lo sucedido, el aspirante de PRI a la alcaldía del municipio de Tabasco, Gerald Washington, anunció que suspenderá la campaña durante dos días.
El candidato michoacano, Enrique Hernández había sido postulado por Morena, pero era un rostro conocido en su pueblo, donde era un comerciante antes de convertirse en un autodefensa, al que apodaban El Llamaradas. Había acusado en varias ocasiones a mandos policiales locales de ayudar a Los Caballeros Templarios, el cartel dominante en Michoacán.
Cuando Hernández fue detenido por el asesinato del alcalde de Tanhuato, él siempre negó los cargos y denunció que había sido torturado durante su arresto, que se ejecutó sin una orden judicial. Un informe de la Comisión Estatal de Derechos Humanos recoge su testimonio. Contaba que le habían puesto una bolsa de plástico en la cabeza y lo habían golpeado con la mano abierta en distintas partes de su cuerpo. Su propia hija, Guadalupe Hernández, repetía entonces: "Solo lo ha visto un tío mío, cinco minutos y a través de un circuito cerrado. Me dijo que estaba muy mal y que podría perder un oído por la golpiza", relató a este periódico en abril pasado. Meses más tarde, Hernández fue liberado por falta de pruebas y el asesinato por el que se le acusaba no ha sido esclarecido. El 98% de los crímenes que se cometen en México no se castiga.
La muerte de Hernández ocurre unos días después del asesinato del aspirante a la alcaldía de Chilapa (Guerrero), Ulises Fabián Quiroz. El terror al que los grupos delincuenciales han sometido a la población puso en problemas a su partido, en este caso el PRI. Cinco personas han rechazado sustituirlo.
Guerrero y Michoacán son, junto con Jalisco y Tamaulipas, los enclaves fundamentales en los que se ha centrado la estrategia de seguridad del presidente Enrique Peña Nieto.
