_
_
_
_
_

La prensa egipcia rompe el silencio sobre los abusos del régimen

El Gobierno de Al Sisi argumenta que es “un ajuste de cuentas” de tipo personal por parte de los directores de algunos medios

El presidente egipcio, en una graduación militar en El Cairo, en junio de 2014.
El presidente egipcio, en una graduación militar en El Cairo, en junio de 2014.REUTERS

La prensa internacional ha cubierto abundantemente las extendidas violaciones de derechos humanos en el Egipto del presidente Abdelfatá al Sisi, el general que ejecutó un golpe de Estado en verano del 2013. Existe material de sobra: informes de organizaciones civiles sobre la existencia de cárceles secretas, más de 150 personas muertas bajo custodia policial, centenares de historias personales de torturas, etc. Sin embargo, a causa de la docilidad de los medios de comunicación egipcios frente a las autoridades, esta realidad permanecía oculta a la opinión pública. Ahora bien, durante el último mes, el robusto muro del silencio se empezó a agrietar.

El primer periódico en abrir la veda a las críticas por los abusos cometidos por el ministerio del Interior fue el periódico al-Dustur. Poco después, al-Masry al-Youm, el diario privado de más tirada, publicó una serie de reportajes que detallaba numerosos casos de torturas en las comisarías titulado “Agujeros en el uniforme”, así como también algunas condenas por corrupción. Incluso el diario oficialista Al Ahram ha publicado algún artículo sobre las acusaciones de abusos. Los reportajes han suscitado sorpresa en el país árabe, pues todos estos periódicos se habían caracterizado por su apoyo granítico al régimen.

Desde el ministerio del Interior, que siempre ha negado la existencia de abusos en sus dependencias, se ha atribuido las críticas a “un ajuste de cuentas” de tipo personal por parte de los directores de algunos medios. El reportero de al-Dustur fue arrestado, y Yosri al-Badri, de al-Masry al-Youm fue convocado a un interrogatorio. “Todo lo que hemos escrito está documentado. Tenemos pruebas de todos los casos de los que hemos hablado”, se defendió al-Badri, desmintiendo que la lógica detrás del artículo sea una venganza de tipo personal.

En cambio, algunos analistas creen que la renovada perspicacia de la prensa egipcia responde a divisiones dentro del régimen. “Por un lado, es cierto que detrás de los artículos puede haber una inquina personal. Pero también existe un conflicto entre la presidencia y el ministerio del Interior a causa de los excesos de este último. El entorno de al Sisi teme que los abusos policiales puedan restarle popularidad al presidente”, opina la analista política Nadine Abdallah. Así pues, es muy probable que los periódicos recibieran una autorización del régimen antes de publicar sus reportajes, que serían una advertencia a los altos cargos policiales. De hecho, existe un largo historial de rencillas entre el Ejército y la policía que arranca en la presidencia de Anuar al Sadat.

Y es que cada vez son más los egipcios que expresan abiertamente su desasosiego por el comportamiento policial. “Se comportan con la misma impunidad o más que con Mubarak”, se lamenta Hossam, un joven taxista. Los vaivenes en la imagen pública de la polícia es toda una metáfora de la extrema volatilidad del Egipto posrevolucionario.

No fue casualidad que la Revolución que destronó a Mubarak en 2011 se iniciara el 25 de enero, fiesta nacional de homenaje a la policía, la institución más odiada del régimen por sus abusos sistemáticos y el cobro de “mordidas”. Sin embargo, al haberse sumado a las movilizaciones masivas contra el ex presidente Morsi, y gracias a una poderosa campaña mediática, pareció que el ministerio del Interior había expiado sus pecados, y sus agentes pasaron a ser presentados en la televisión como “héroes” de la lucha antiterrorista.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Sus excesos son tantos, que es imposible ocultarlos todos a la opinión pública. Entre los que han causado una mayor conmoción, el asesinato de la activista laica Shaimaa al-Sabagh, contra la que un agente disparó varios balines a poco metros de distancia en una manifestación de conmemoración de la Revolución. En un gesto inédito tras el golpe, el Consejo Nacional para los Derechos Humanos, una institución pública, publicó un informe crítico el pasado mes de marzo tras visitar la cárcel de Abu Zaabal. En el texto, se denuncia la existencia de palizas a los reos, a los que, además, se priva del derecho de acudir al baño y de la comida suficiente. Según las organizaciones de derechos humanos egipcias, la publicación del informe constituye un paso hacia adelante, pero apuntan que no servirá de nada si no se adoptan medidas concretas para subsanar este problema.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_