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Cerrado por carteristas

Los trabajadores de la Torre Eiffel impiden la apertura del monumento, que recibe siete millones de visitas al año, ante el incremento de los robos

Un cartel sobre las taquillas advierte del cierre temporal de la Torre Eiffel, ayer por la mañana en París.
Un cartel sobre las taquillas advierte del cierre temporal de la Torre Eiffel, ayer por la mañana en París.R.M. (AP)

Miles de turistas se quedaron ayer sin poder acceder a la Torre Eiffel, uno de los grandes reclamos de París, visitado cada año por más de siete millones de personas. Los empleados que debían ocuparse de la acogida y la seguridad, unos 40, decidieron dedicar la soleada jornada a protestar por la proliferación de robos y el aumento de la agresividad de los ladrones.

Los trabajadores de la Sociedad de Explotación de la Torre Eiffel (SETE), la empresa elegida por el Ayuntamiento para gestionar el monumento, explicaban por la mañana en un comunicado que una “mayoría de ellos” había decidido ejercer el llamado derecho de retirada. Se trata de una figura autorizada por el código laboral en caso de que el trabajador considere que su vida o su salud corre “peligro grave e inminente”. El riesgo está, justificaban, en las “agresiones y amenazas” que sufren por parte de las bandas de ladrones que campan por la torre. Y reclamaban a la dirección “medidas perennes y eficaces” para luchar contra “esta lacra de la que son víctimas, a diario, numerosos turistas”.

El personal denuncia que los ladrones operan en grupos de unas cuatro o cinco personas, aunque, “a veces, pueden llegar a ser hasta una treintena”. Incluso en ocasiones “se pelean entre ellos”. Uno de ellos relató su experiencia a France Press. Cuando estaba expulsando a un carterista del monumento, este le amenazó: “¿Por qué no nos dejas trabajar? Ya te hemos visto cuando te vas de la torre. Y si sigues así, vas a tener problemas”.

Tras una mañana de negociaciones, la empresa se comprometió a emprender “una cooperación activa y duradera con la policía para reforzar las medidas destinadas a garantizar la seguridad del personal y del público”. Suficiente para que a las cuatro y media de la tarde los trabajadores decidieran reabrir el monumento. Aunque advertían que las medidas pactadas eran temporales y que volverán a examinar la cuestión en unos días.

El recrudecimiento de los actos de los carteristas “es un fenómeno global que afecta a todos los monumentos”, recordó una responsable de la SETE a este periódico. En 2013, otro destino privilegiado de los visitantes, el museo del Louvre, cerró sus puertas durante 24 horas debido a una huelga de los agentes de seguridad. Al igual que los trabajadores de la torre, denunciaban el aumento de los robos y la agresividad creciente de los ladrones.

La jornada de protesta de ayer llegó justo al día siguiente de la presentación del plan de protección de turistas en París ante el verano. El dispositivo estival prevé un despliegue de 26.000 policías adicionales repartidos en una decena de lugares turísticos y la distribución de 100.000 guías en ocho idiomas destinadas a aumentar la vigilancia de los propios turistas. En el acto, los responsables aseguraron que los robos de carteristas habían disminuido un 24% desde el inicio del año respecto al mismo periodo de 2014. Una estadística que para los trabajadores de la Torre Eiffel debió de quedarse a los pies de sus 300 metros de altura.

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