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Tribuna
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Enroque largo a la colombiana

Santos y su tablero de ajedrez politico

Diana Calderón

El enroque, ese famoso movimiento de ajedrez en el que se mueven dos piezas a la vez, y que especialmente exige que el rey no esté en jaque, fue el escogido por el presidente Juan Manuel Santos esta semana. Convirtió a un ministro en embajador y al embajador en ministro. Ambos, funcionarios idóneos para lo que fueron fichados por el gobierno: la paz. Pero no para otros temas que sus cargos implican. Trae a Luis Carlos Villegas de Washington al ministerio de la Defensa. Se trata de un experimentado empresario que ya había hecho parte de la mesa de negociaciones con las FARC en La Habana, con lo cual se espera poder hablarles a los militares sobre lo que en Cuba se discute y cómo serán tratados sus pecados dentro de la justicia transicional. Y mueve a Estados Unidos en calidad de embajador al ahora exministro Juan Carlos Pinzón, quien despide su ministerio con un ataque a las FARC que deja 26 guerrilleros muertos.

La jugada cumple con todas las condiciones de la regla de ajedrez, especialmente aquella que dice que puede llevarse a cabo si la torre está amenazada por una pieza adversaria y si el rey es vulnerable a los ataques enemigos y la línea de peones está desorden. Para el caso, Pinzón era la Torre amenazada; Santos, el rey vulnerable y sus ministros, la línea de peones, en desorden, obviamente por ganas de ser reyes como se sigue demostrando cada semana en Colombia cuando sale a la luz un nuevo candidato desde adentro del Estado.

Como en un enroque largo, el presidente movió otra ficha. A la Dama, la canciller, la mandó a La Habana, donde el proceso de paz con las FARC recibe mayores consensos de la comunidad internacional que al interior de la sociedad colombiana. María Angela Holguín tiene buenas relaciones con el régimen venezolano, que tanto sirvió en épocas de Hugo Chávez al proceso de paz y a las FARC como refugio de sus actividades terroristas y de narcotráfico, de ese del que aprendió Diosdado Cabello, según Wall Street Journal. En el vecindario, en Venezuela, también juegan ajedrez, allá la jugada, según los analistas, en ese caso de Diosdado parece ser la Desviación, que consiste en forzar a una pieza rival a dejar su posición actual. Según la teoría en cuestión, es mejor quemar a Cabello antes de que dé un golpe a Nicolás Maduro.

Santos es experto en enroques: lo demostró cuando cambió a Cecilia Álvarez de Transporte al ministerio de Comercio y sacó de Comercio a Santiago Rojas para mandarlo a la DIAN a cobrar impuestos. La jugada entonces era para abrirle espacio en el tablero a una Torre de Vargas Lleras, su vicepresidente. En su segundo gobierno, también les quitó Agricultura a los conservadores para dárselo a los de su partido, la U, y a cambio de eso les devolvió Minas y Energía, que estaba en manos liberales.

Los movimientos de la semana no solo se vieron en el proceso de paz. Se extendieron a una de las discusiones más complejas a las que haya asistido el país recientemente: la llamada reforma al equilibrio de poderes. La jugada tuvo lugar en el Congreso y fue un Doble Ataque Directo, que es cuando el caballo es el rey del ataque doble por sus capacidades de movimiento. El ministro de la presidencia, Néstor Humberto Martínez, fue acusado de realizarlo dentro de una estrategia que se le endilga y es que, según sus opositores, busca darles gusto a los magistrados de las Cortes para que luego lo elijan Fiscal general de la Nación. En este caso el ataque sería para garantizarse una posición privilegiada en el ajedrez de futuras elecciones de la rama judicial.

Al final, en medio de los gritos parlamentarios y las ahora acostumbradas reconciliaciones dentro del Gobierno, la reforma pasa a su último debate esperando que Colombia por fin logre algo de dignidad en el paraíso de “Pretelandia” y de sus cómplices, tan parecidos a esos indeseables que describe John Grisham, precisamente en su libro “Los Litigantes”.

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Pero como en el ajedrez el otro jugador también tiene sus movimientos, las FARC no tardaron 24 horas en hacer el suyo: suspendieron la tregua unilateral, que ya estaba rota en la práctica, en respuesta a un gobierno que reforzó su equipo negociador en La Habana, había iniciado el desminado conjunto y cumple su función constitucional de atacar a los guerrilleros como hizo esta semana en el Cauca. Estamos negociando en medio de conflicto, señores de las FARC, por eso, menores de 7 años caen a diario en las minas sembradas por ustedes. Las Farc ponen con esa jugada en jaque al Rey para lograr su anhelado cese bilateral. 

En los partidos políticos entre tanto y de cara a las elecciones regionales de octubre, la feria de los avales se toma nuevamente el tablero, y aquí sí cayó un Peón.

Diana Calderón es directora de Informativos y Hora 20 de Caracol Radio Colombia. @dianacalderonf

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