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Merkel respalda a Cameron y admite la posibilidad de cambiar los tratados

Polonia rechaza el plan británico para cambiar tratados de la Unión

David Cameron, este viernes en Berlín.Foto: reuters_live

El primer ministro británico, David Cameron, recibió este viernes en Berlín un inesperado e importante apoyo de parte de la canciller alemana, Angela Merkel, en su polémico plan para renegociar la posición de Reino Unido en la Unión Europea. Aunque las peticiones de Cameron son rechazadas por varios gobiernos comunitarios, Merkel optó por dejar la puerta abierta a la revisión del Tratado de Lisboa para dar cabida a los planes británicos e impedir, de esta forma, la salida de Reino Unido de la UE. La canciller indicó sin embargo que la libre circulación en la UE es un principio innegociable.

“Ya he dicho en el pasado que cuando hay voluntad también hay un camino”, dijo Merkel durante una conferencia de prensa conjunta con Cameron y que puso fin a la última etapa de una gira relámpago del político británico que lo llevó a La Haya, París, Varsovia y, este viernes, a Berlín. “Debemos actuar de acuerdo con este principio ahora”.

Recelos polacos

Antes de llegar a Berlín, el primer ministro británico recibió una fría acogida en Polonia, donde su homóloga Ewa Kopacz manifestó su rechazo a medidas discriminatorias hacia los ciudadanos comunitarios residente en Reino Unido. Las limitaciones para que estos puedan reclamar prestaciones sociales son una de las iniciativas prioritarias para Cameron.

Kopacz mostró su fuerte oposición a esta clase de medidas. Cerca de 800.000 polacos trabajan en la actualidad en Reino Unido

Merkel prometió acompañar de “manera constructiva” el proceso de reformas de la Unión Europea que desea impulsar Reino Unido y no excluyó a priori introducir modificaciones en los tratados europeos. “Cuando se está convencido de una idea no se puede decir que una modificación de los tratados es absolutamente imposible”, insistió la canciller, un día después de que el presidente de Francia, François Hollande, manifestara su rechazo al cambio constitucional.

Merkel fue clara en establecer como líneas rojas para la negociación la libre circulación de personas dentro de la Unión y el respeto del mercado único. Pero la canciller —sin duda la figura central en las negociaciones que tendrán lugar en el futuro en el seno del Consejo de Europa— fue mucho más positiva que su homóloga polaca, que este mismo viernes recibió con frialdad los proyectos de Cameron para frenar la llegada de trabajadores comunitarios a Reino Unido. Esta es una de sus grandes promesas electorales.

La jefa del Gobierno alemán dejó claro, sin embargo, que antes de aprobar los mecanismos para introducir cambios en los tratados era necesario llegar a un acuerdo sobre el fondo de las reformas que desea introducir Cameron.

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Merkel apuntó claramente a su deseo de que Reino Unido permanezca en la Unión; y su flexibilidad ante las peticiones de Londres es interpretada por los analistas como un intento de conceder margen de maniobras y argumentos a Cameron para poder defender en su país la permanencia en el club.

“No se pueden descartar cambios en el tratado si es necesario hacerlo. Es necesario hablar sobre el contenido y la sustancia. También tenemos que hablar sobre lo que hay que cambiar y si uno está convencido del contenido y la sustancia, no se puede decir que es imposible cambiar un tratado”, insistió la canciller.

El gesto de la canciller alemana llegó poco después de un movimiento político que reducía las esperanzas británicas. En vísperas del viaje relámpago del primer ministro, los Gobiernos de Alemania y Francia habían acordado un plan para fortalecer la cooperación entre los países de la eurozona sin modificar los tratados de la Unión Europea.

La publicación del acuerdo hizo creer a varias capitales europeas que el documento era la primera respuesta del eje franco-alemán a los planes de Cameron y un desplante a la posibilidad de reabrir los tratados. Muchos analistas consideraban que Alemania podría apoyar una revisión de tratados para incluir, junto con lo pactado con Reino Unido, nuevas prescripciones en materia de gobierno económico deseadas por Berlín.

“La capacidad de acomodar diferentes Estados-nación con sus diferentes anhelos es una fortaleza”, dijo Cameron. “La Unión Europea estará mejor con el Reino Unido dentro y los intereses del Reino Unido se defenderán mejor en el seno de la UE reformada”, añadió.

Además de restringir la llegada de ciudadanos de la UE a Reino Unido, Cameron busca desvincular su país de la cláusula que prevé una cada vez mayor integración entre los socios europeos y asegurarse de que Londres no resulte perjudicada por no pertenecer a la Eurozona.

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