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Renzi basa en la economía la reválida de su liderazgo

La publicación de una lista de candidatos "impresentables" por sus problemas con la Justicia enturbia las elecciones regionales

Matteo Renzi, el miércoles en Roma.
Matteo Renzi, el miércoles en Roma.ANDREAS SOLARO (AFP)

Las dos palabras de moda en la política italiana son “impresentables” y “venganza”. A 48 horas de las elecciones que el domingo renovarán siete regiones y un millar de alcaldías, la comisión antimafia hizo pública una lista con los 17 candidatos que, según la ley, son “impresentables” por sus condenas judiciales. Entre ellos figura Vincenzo de Luca, la apuesta de Matteo Renzi para la región de Campania. Renzi, que espera rentabilizar los buenos datos económicos, atribuye la lista a una “venganza” de la vieja guardia del Partido Democrático.

Más que regiones y municipios

Los gobiernos de siete de las 20 regiones italianas y un millar de municipios se someterán a votación el domingo y el lunes por la mañana. Pero los votos de los 22 millones de electores de Veneto, Liguria, Toscana, Las Marcas, Umbria, Campania y Puglia servirán también para saber si los ciudadanos respaldan el proyecto de reformas de Matteo Renzi, siguen depositando su descontento en las manos de Beppe Grillo o terminan por dar la extremaunción política a Silvio Berlusconi, quien aún no ha designado sucesor al frente del centroderecha italiano. También está por ver la respuesta ciudadana a la agresiva campaña contra los inmigrantes de Matteo Salvini, el líder de la Liga Norte.

No en vano la presidenta de la comisión antimafia es Rosy Bindi, la máxima exponente de la minoría del PD que se opone de manera frontal y pública a Matteo Renzi, quien a su vez nunca ocultó su deseo de mandarla “al desguace” junto a otros históricos como Pier Luigi Bersani o Massimo D’Alema. Hasta el momento, Renzi siempre ha ganado todas las batallas internas en el PD, de ahí que considere una venganza –por no decir una puñalada trapera asestada en el peor momento— la publicación de la lista de “impresentables” y, sobre todo, la inclusión de Vincenzo de Luca.

Renzi ha venido apoyando de forma explícita la campaña electoral del exalcalde de Salerno, a pesar de estar condenado por abuso de poder durante la concesión de una incineradora en 1998. Según la llamada ley Severino, aprobada durante el gobierno de Mario Monti, ningún político condenado puede figurar en las listas electorales. De hecho, Silvio Berlusconi fue expulsado del Senado en noviembre de 2013 y declarado ilegible hasta 2019 al aplicarse esa ley tras su condena por fraude fiscal. Tras conocerse la lista de los 17 “impresentables” –13 de Campania y cuatro de Puglia—, tanto Renzi como la plana mayor del PD e incluso Forza Italia cargaron en tromba contra Rosy Bindi, acusándola de injerir en la campaña con el único afán de “venganza”. La diputada se defendió alegando que se ha limitado a hacer su trabajo analizando en tiempo récord alrededor de 4.000 candidaturas. En la lista también hay candidatos condenados por asociación mafiosa.

El caso es que a Renzi, que llegó a la jefatura del Gobierno en febrero de 2014 sin pasar por las urnas ni ser siquiera diputado, se le arruinaron unas vísperas electorales que hasta ese momento pintaban de lujo. Ayer mismo, el Instituto italiano de Estadística (Istat) ofreció los mejores datos económicos desde hace cuatro años. En el primer trimestre de 2015, el PIB italiano creció un 0,3% en relación con el periodo anterior y un 0,1% en términos interanuales. Los datos que alejan a Italia de la recesión técnica en la que entró en el segundo trimestre de 2014 se unen a los que certifican también su salida de la deflación.

Unos indicadores económicos que, aun siendo todavía endebles, el joven primer ministro pretende utilizar a su favor a pesar del ataque por sorpresa de los francotiradores, un auténtico mal endémico en el PD. Al igual que sucedió en las pasadas elecciones europeas —en las que el centro izquierda logró un 40,8%, a mucha distancia de Forza Italia y del Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Beppe Grillo—, las regionales del domingo servirán también para medir si el proyecto renovador de Matteo Renzi sigue gozando del beneplácito de los italianos.

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