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Renzi somete hoy su gestión al respaldo de 22 millones de italianos

Italia renueva hoy los cargos en siete regiones y en un millar de municipios

Renzi deposita su voto este domingo cerca de Florencia.
Renzi deposita su voto este domingo cerca de Florencia.Laura Lezza (GETTY)

Dice Matteo Renzi que las elecciones regionales y municipales que se celebran este domingo en Italia no constituyen "un test" sobre su mandato, pero, si lo piensa de verdad, es el único que lo piensa. Un respaldo holgado de los 22 millones de italianos que hoy tienen derecho a votar –las elecciones se celebran en siete de las 20 regiones italianas y en un millar de municipios—significaría sin lugar a dudas un espaldarazo a su plan de reformas e incluso a su estilo tan personalista –o autoritario, según los más críticos— de gobernar. Un eventual correctivo de las urnas contribuiría, por el contrario, a resucitar ciertas esperanzas en los partidos de la oposición y, sobre todo, en la vieja guardia del Partido Democrático (PD).

Porque tanto unos como otros –la desconcertada oposición y la desesperada izquierda del PD— no tienen por el momento otro papel en la política italiana que el de convidados de piedra ante el fuerte liderazgo de Renzi. El joven primer ministro, que en febrero de 2014 irrumpió en el Gobierno descabalgando a Enrico Letta sin pasar por las urnas y sin ser siquiera diputado, tiene hoy ante sí un gran reto: la posibilidad de consolidar el gran apoyo electoral –un 40,8% de votos-- obtenido en las pasadas europeas. Si, como pretende, el PD lograra conservar el gobierno en Liguria, Toscana, Las Marcas, Umbria y Puglia e incluso alzarse con el poder en Campania –en la región de Veneto parece tenerlo más difícil--, Matteo Renzi podría enfilar las elecciones generales de 2018 sabiéndose ya caballo ganador.

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Por méritos propios y, también en gran parte, por el desierto político que lo rodea. Durante las vísperas electorales se ha podido constatar de forma muy clara la agonía del tenaz Silvio Berlusconi, quien hace esfuerzos por no desaparecer del foco mediático. A falta de ideas, inaugura una cuenta de Instagram con fotos familiares, se acerca a un plató de su televisión para reconocer que la presentadora es la única que se ha resistido a sus encantos o a su chequera y, para colmo, se presenta por equivocación en un mitin del PD creyendo que era uno de Forza Italia (FI). Desde la caída de Berlusconi del poder en noviembre de 2011, el centroderecha italiano no ha sido capaz de buscarle un sucesor.

En el resto de las opciones la situación no es mucho mejor. La gran esperanza que los italianos depositaron en las pasadas elecciones generales en el Movimiento 5 Estrellas (M5S) parece cada vez más minada por la actitud errática de su líder, Beppe Grillo, quien aparece y desaparece de la escena sin una estrategia clara. La gran actividad parlamentaria de sus diputados y senadores no encuentra la mayoría de las veces eco mediático ni resultados prácticos al negarse a pactar con el resto de las fuerzas, a las que consideran una vieja casta política sin capacidad ni ganas de regeneración. La Liga Norte sí consigue gran eco, pero en buena medida por los exabruptos y los raptos xenófobos de su joven líder, Matteo Salvini, quien cree haber encontrado en las críticas a la inmigración un buen caladero de votos. El resultado en Veneto indicará hasta qué punto lo ha conseguido.

Según los datos del Ministerio del Interior a las siete de la tarde, la afluencia se sitúa alrededor del 40%, lo que significa un crecimiento en relación con las anteriores regionales –aunque entonces se votó el domingo y el lunes—y una ligera caída con respecto a las europeas. Las vísperas han estado marcadas por una fuerte polémica que ha tenido como protagonistas a Matteo Renzi y Rosy Bindi, una de las dirigentes de la vieja guardia del PD que más se oponen a su forma de gobernar. El viernes, a solo 48 horas de las elecciones, la comisión antimafia del Parlamento que preside Bindi hizo pública una lista con los 17 candidatos que, según la ley, son “impresentables” por sus condenas judiciales. Entre ellos figura Vincenzo de Luca, la apuesta de Renzi para la región de Campania. El primer ministro y secretario general del PD no dudó en atribuir la publicación de la lista a una “venganza” de la vieja guardia del PD.

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