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Dimite el juez argentino que rebajó la pena a un pederasta

El violador vio suavizada su condena porque el magistrado argumentó que el niño de 6 años era homosexual

Carlos E. Cué
Buenos Aires -

En medio de una enorme presión popular y mediática, un polémico juez argentino decidió renunciar y jubilarse antes de que lo echaran. Horacio Piombo, juez de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires, del tamaño de Italia y la más influyente del país, presentó este lunes su renuncia y pidió la jubilación.

Piombo había estado en las últimas dos semanas en el centro de la polémica por una sentencia en la que redujo la condena a un pederasta que había violado a un niño de seis años –que ahora tiene 11- porque el menor ya había sufrido abusos por parte de su padre y además, según el polémico texto, había definido su opción hacia la homosexualidad, con lo que se podía entender que el abuso era de menor dimensión.

El violador logró que le redujeran la condena de los seis años iniciales a tres, por lo que quedó en libertad con la sentencia de Piombo y su compañero Ramón Sal Llargués, que de momento no ha renunciado y ha logrado con su silencio que todo el foco mediático se coloque en el otro juez. Ambos ya habían firmado juntos otras sentencias polémicas en el pasado, en especial otra que reducía la condena a un hombre que violó a unas menores porque en su ambiente, un barrio pobre de la provincia de Buenos Aires, es más frecuente el sexo a edad temprana, según el texto. 

El juez trató de defender su sentencia y acudió a radios y televisiones para argumentar que era una cuestión puramente jurídica por mucho que el crimen fuera abyecto. Pero los detalles del caso, con una víctima que era un menor pobre de una familia desestructurada frente a un acusado poderoso dirigente de un club de fútbol, y la redacción de la sentencia, volcaron la indignación popular contra Piombo. Durante los primeros días él se negó a renunciar mientras toda la política y los medios se lanzaban contra él, incluido el gobernador y candidato a las presidenciales de octubre Daniel Scioli.

La presión era enorme y se estaba preparando ya el juicio político para expulsarlo de la carrera, por lo que la salida que ha elegido es menos agresiva, ya que es él quien decide marcharse y jubilarse. Ahora el Gobierno de Scioli tiene que aceptar esta petición de renuncia, mientras la oposición le pide que la rechace para poder seguir adelante con el juicio político.

Piombo se vio obligado la semana pasada a renunciar a sus cargos y sus clases en la facultad de derecho de la Universidad Nacional de La Plata, la capital de la provincia, ante la presión de profesores y alumnos que ya habían forzado al Consejo Directivo a iniciar el proceso para su expulsión. Piombo explicó entonces que dejaba la universidad porque “debía imperativamente contribuir a la paz y la tranquilidad de la facultad”. Su despacho había sido tomado por los estudiantes para protestar por la sentencia, que provocó una profunda indignación y escándalo no solo en Argentina. Ya no era profesor pero seguía como juez. Hasta hoy.

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