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Asesinados dos policías turísticos en las pirámides de Giza

Unos desconocidos dispararon una "lluvia de balas" sobre los agentes

Minaretes frente a las pirámides de Giza.
Minaretes frente a las pirámides de Giza.AMR ABDALLAH DALSH (REUTERS)

La insurgencia islamista contra el régimen egipcio presidido por el mariscal Abdelfatá al Sisi ha llevado su ola de atentados hasta las pirámides de Giza, una de las principales atracciones turísticas del país. Unos desconocidos asesinaron en la mañana del martes a dos policías turísticos en un puesto de control situado en las inmediaciones de los célebres monumentos. De momento, ningún grupo terrorista ha reivindicado el atentado, el último de una serie de ataques que se ha cobrado la vida de centenares de personas, la mayoría miembros de las fuerzas de seguridad.

Según explicó Mohamed Faruq, director del departamento de investigaciones policiales de la provincia de Giza, los asaltantes “dispararon una lluvia de balas” contra los agentes antes de darse a la fuga. Ningún turista ha resultado herido en el atentado. Inmediatamente después de la acción, la policía egipcia puso en marcha un fuerte dispositivo de seguridad en la zona contigua a las pirámides para encontrar a los autores del asesinato.

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Los ataques contra los puestos de control policiales constituyen el tipo de atentados más habitual desde el inicio de la insurgencia islamista, pocas semanas después del golpe de Estado contra el presidente Mohamed Morsi, el primer elegido en unas elecciones democráticas. Si bien la mayoría de ataques tiene lugar en la remota península del Sinaí, feudo de los grupos yihadistas en Egipto, también los hay en las grandes ciudades del delta del Nilo y en la capital, El Cairo. Antes del golpe de Estado, los grupos yihadistas tenían sobre todo en su punto de mira a Israel.

El atentado llega un día después de que un tribunal egipcio aplazara hasta el 16 de junio la sentencia definitiva contra el expresidente Morsi, condenado a la pena de muerte en un veredicto preliminar por los cargos de conspiración con milicias extranjeras. Además, en las últimas horas, la policía ha arrestado a los dos últimos dirigentes de los Hermanos Musulmanes, el partido de Morsi, que habían logrado escapar del cerco de la justicia. Se trata de Mahmud Gozlan, miembro de la ejecutiva nacional, y Abderrahman Bar, una de sus máximas autoridades religiosas. Ambos estaban a punto de huir a Sudán, según fuentes policiales.

Gozlan publicó hace un par de semanas un artículo en el que reiteraba la apuesta de la cofradía islamista por resistir de forma no violenta contra “las autoridades golpistas”, si bien los Hermanos Musulmanes son considerados una organización terrorista por parte del Gobierno egipcio. Su texto recibió fuertes críticas por parte de un grupo de jóvenes miembros de la Hermandad, que argumentan que la vía pacífica ha fracasado frente a la brutal represión que sufre el grupo, que se ha saldado con el arresto de centenares de sus miembros y la muerte de otros centenares. De acuerdo con los expertos, cada vez más miembros de la cofradía consideran que es necesario apostar por la vía armada y podrían pasar a engrosas las filas de grupos yihadistas.

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