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China despliega a 180 buceadores para rescatar a las víctimas del naufragio

El mal tiempo y las fuertes corrientes fluviales dificultan las tareas de rescate De las 458 personas a bordo solamente se han encontrado 14 supervivientes

Los equipos de rescate emplean un soldador para perforar el casco del barco hundido en busca de los desaparecidos en Jianli, este jueves.
Los equipos de rescate emplean un soldador para perforar el casco del barco hundido en busca de los desaparecidos en Jianli, este jueves.WU HONG (EFE)

"Estamos haciendo todo lo que podemos y llevamos muchas horas sin descansar, pero veo casi imposible poder encontrar a alguien con vida. Ha pasado demasiado tiempo", asegura uno de los policías desplazados hasta el tramo del río Yangtsé donde el lunes por la noche se hundió un ferry con 458 personas a bordo. Ya se cumplen más de 48 horas desde que los buceadores que peinan las inmediaciones del barco lograron rescatar a uno de los pocos supervivientes del desastre y las autoridades ya aceptan, aunque con la boca pequeña, que no hay esperanzas de encontrar alguien con vida en el interior.

En un último intento para encontrar supervivientes, los rescatistas abrieron un hueco en la parte de la quilla que está fuera del agua para que los buzos entraran más fácilmente. La medida se había evitado hasta ahora ante la posibilidad de que el escape de aire por el agujero afectara a la flotabilidad de la nave, pero se logró sujetar el casco a varias grúas de grandes dimensiones con cables de acero. Dentro del barco solamente se han encontrado más cadáveres: el último balance es de 14 rescatados, 75 cuerpos encontrados y 367 desaparecidos. Los equipos de rescate han anunciado el comienzo de las operaciones para dar la vuelta y girar el buque, que quedó boca abajo tras el naufragio.

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Las autoridades admitieron más dificultades de las previstas durante las tareas de rescate. El principal problema son las fuertes corrientes fluviales, de hasta 1,8 metros por segundo, que obstaculizan el trabajo de los 180 buzos que trabajan por turnos durante día y noche. Algunos de los cuerpos se han encontrado a 50 kilómetros del lugar del accidente, por lo que más de un centenar de embarcaciones rastrean 220 kilómetros aguas abajo del sitio del naufragio. "El fuerte temporal de los últimos días perjudica la visibilidad debajo del agua y las lluvias intermitentes complican la logística del operativo", aseguró el viceministro de Transporte chino y responsable de las operaciones, He Jianzhong. En un intento de mejorar las condiciones, se han cerrado parte de las compuertas de la presa de Las Tres Gargantas para bajar el nivel del agua del río.

Las autoridades permitieron el acceso al lugar del accidente a la prensa extranjera el miércoles por primera vez, dos días después del accidente. Hasta ahora la única información procedía de la televisión estatal CCTV y de la agencia oficial Xinhua. Es imposible llegar al enclave sin ir acompañado de los oficiales del Gobierno debido a los numerosos puestos de control militares que empiezan a kilómetros de distancia y que solamente garantizan el paso a los vehículos autorizados. Cerca de la nave hundida, el Ejército chino ha anclado un buque de grandes dimensiones en una zona relativamente de fácil acceso desde donde salen las docenas de embarcaciones que peinan la superficie o transportan a los buzos.

Algunos de los cuerpos se han encontrado a 50 kilómetros del lugar del accidente
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En los hospitales donde se encuentran los supervivientes, las fuerzas de seguridad custodian las entradas de las habitaciones y evitan la entrada de los periodistas. Los familiares de los desaparecidos están repartidos por varios hoteles de la ciudad de Jianlin, cuyos habitantes se han volcado para colaborar con la causa: los taxistas transportan a los recién llegados sin coste alguno, ciudadanos dan comida a los equipos de rescate o varios voluntarios se aseguran que las familias encuentren una habitación donde quedarse —también gratis—, una tarea nada fácil durante los últimos días. Todos ellos están pendientes de información sobre sus allegados que no llega con la transparencia que querrían. "Seguimos lo que está pasando a través de los medios de comunicación. Solamente nos dicen que esperemos", aseguró uno de los familiares, que llegó a plantearse ir por su cuenta al lugar del accidente ante la falta de respuestas.

El súbito naufragio del Estrella de Oriente deja muchas incógnitas en el aire. Según explicó el capitán —uno de los que consiguió sobrevivir y que se encuentra ahora bajo custodia policial—, la nave se vio sorprendida por un tornado en medio de un fuerte temporal. El barco, de 76,5 metros de eslora, volcó y se hundió en solamente un minuto sin que nadie fuera capaz de dar una señal de alarma, lo que retrasó varias horas el inicio del rescate. Otros barcos similares que navegaban por la zona, sin embargo, o bien pararon ante las advertencias de mal tiempo o siguieron sin sufrir ningún daño significativo.

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