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El líder kurdo que seduce a Turquía y amenaza a Erdogan

Demirtas aspira al 10% de votos para lograr representación y recortar el poder islamista

Andrés Mourenza
Una partidaria de Selahattin Demirtas, en Estambul.
Una partidaria de Selahattin Demirtas, en Estambul.MURAD SEZER (REUTERS)

Ni la cárcel ni los reveses de la vida le han arrugado el gesto risueño. En las ruedas de prensa gasta bromas a los periodistas, en los mítines lanza irónicas puyas al Gobierno y el humor nunca falta en sus discursos. Buena parte de los anuncios de su campaña electoral los protagoniza gente sonriendo, un soplo de ilusión en un país como Turquía, donde los gestos huraños y el bronco debate se han instalado en la política.

Así es Selahattin Demirtas (Elazig, 1973), el político bajo cuyo mando el Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP) aspira a dejar de ser sólo una formación nacionalista kurda para convertirse en una alternativa para el voto progresista en Turquía en las elecciones parlamentarias. Según la empresa demoscópica Metropoll, Demirtas es el segundo líder más valorado del país, sólo por detrás del islamista Recep Tayyip Erdogan. “Como orador, Demirtas es el único que puede competir con el presidente turco”, señalaba recientemente el director de MetroPoll, Özer Sencar.

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Para poder tener representación en el Parlamento deberá superar la barrera electoral del 10% de los votos nacionales. Si lo consigue, Demirtas pondrá en peligro los planes del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) para lograr su cuarta mayoría absoluta consecutiva en el Parlamento. De ahí que Demirtas y el HDP, más que el resto de partidos de oposición, se hayan convertido en la diana de las diatribas del Gobierno.

El hecho de que Demirtas pertenezca al ala moderada del HDP, así como la voluntad de abrir el partido a todo el espectro de personas que se sienten “oprimidas” de Turquía (mujeres, alevíes, cristianos, homosexuales, izquierdistas, ecologistas…), hace prever que muchos turcos superarán el domingo el miedo a votar a una formación que ha sido acusada de tener “vínculos terroristas” por su relación con el PKK. Gracias precisamente al apoyo de una parte del electorado turco consiguió el 9,76 % de los votos en las elecciones presidenciales de agosto del año pasado. Por eso el HDP se ha decidido a competir en las elecciones del domingo como un partido nacional y no mediante candidaturas independientes provinciales en el sureste, como hasta ahora.

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Segundo de siete hermanos, Demirtas soñaba en su niñez con ser militar. “Un vecino nuestro era sargento y lo envidiaba cuando jugaba con sus críos. También yo quería ser suboficial”, explicó el político kurdo al diario HaberTürk. Pero pronto llegaron el golpe militar y el estado de excepción a las provincias del sureste de Anatolia, de mayoría kurda. También estalló durante su niñez la insurrección del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que sumió a la región kurda en un largo y sangriento conflicto con las fuerzas de seguridad turcas. Acabó en brazos del nacionalismo kurdo después de que su hermano fuese condenado a 24 años de cárcel y de que él mismo fuese detenido y torturado varias veces. No llegó a echarse al monte por una casualidad del destino: los guerrilleros que debían conducirlo a las bases del PKK cayeron en una emboscada del Ejército.

Tras obtener el título de abogado, se centró en la defensa de los derechos humanos, hasta que en 2007 fue elegido diputado. Desde 2014 es líder del nacionalismo kurdo junto con la socialista Figen Yüksekdag, en un modelo de dirección compartida por dirigentes de ambos sexos inspirado en el de Los Verdes alemanes. Pese a la persecución política –fue condenado a varios meses de cárcel en 2010, cuando se detuvo a 1.800 personas del entramado del movimiento kurdo- siempre ha apostado por el proceso de negociación entre el Gobierno turco y el PKK, que en 2013 desembocó en un alto el fuego unilateral del grupo armado.

“Demirtas ha hecho un gran trabajo con el cambio de imagen de su partido y estableciendo una agenda nacional”, sostiene el analista político Sinan Ülgen. Pero si el HDP no obtiene representación parlamentaria, el liderazgo de Demirtas se resentirá y “el ala más radical del partido ganará poder”, advierte este experto, con el riesgo de que la inestabilidad regrese al Kurdistán turco.

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