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Capturado el segundo preso fugado de una cárcel de Nueva York

David Sweat ha sido herido, dos días después de que la policía matara al otro fugitivo

Foto: atlas | Vídeo: Atlas
Silvia Ayuso

La frenética operación de busca y captura de dos peligrosos presos huidos hace tres semanas de una prisión de Nueva York ha concluido este domingo con la captura del segundo fugitivo, David Sweat.

“La pesadilla ha acabado", proclamó el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, que se trasladó hasta la localidad de Malone, donde había sido hallado el fugitivo.

Poco antes, la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF) también había celebrado la noticia. “David Sweat capturado. Duerme tranquilo, Nueva York”, dijo en un mensaje de Twitter.

El reo fugado recibió dos impactos de bala cuando trataba de huir y se encuentra en un hospital bajo custodia policial, según la cadena CNN, que mostró una fotografía de Sweat ensangrentado y con las manos esposadas a la espalda, vestido con ropa de camuflaje muy sucia. En horas de la tarde el preso fue trasladado en una ambulancia escoltada por patrullas policiales hacia un hospital especializado, aunque se encuentra en estado "estable", dijo Cuomo.

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Su captura se ha producido tan solo dos días después de que su compañero en la espectacular fuga a comienzos de junio del correccional Clinton, Richard Matt, muriera abatido por otro agente. Desde entonces, la policía, que intensificó la búsqueda del segundo preso, consideraba que era solo cuestión de tiempo hallar con el rastro de Sweat, que cumplía cadena perpetua por el asesinato de un policía en el momento de su fuga.

El fugitivo, de 35 años, fue localizado a solo tres kilómetros de la frontera con Canadá, que es hacia donde se presume se dirigía, dijo el superintendente de la policía estatal neoyorquina, Joseph D'Amico, en rueda de prensa conjunta con Cuomo. El oficial confirmó que Sweat fue descubierto por un policía estatal cuando caminaba por una carretera de Malone, en el estado de Nueva York. Cuando el sargento le ordenó detenerse, Sweat comenzó a correr, momento en el que el uniformado abrió fuego, alcanzándole dos veces en el torso.

El lugar donde Sweat fue capturado está a unos veinticinco kilómetros de donde el viernes fue abatido su compañero de fuga. No está claro si ambos seguían juntos cuando Matt fue descubierto y ultimado o si ya se habían separado.

Se pone así fin a una operación de búsqueda que en las últimas 48 horas se incrementó hasta 1.300 agentes, unidades caninas y aviones que peinaron la zona fronteriza con Canadá donde había sido abatido el primer fugitivo el viernes.

De acuerdo con las informaciones oficiales, Matt, de 48 años y que cumplía una condena de 25 años de cárcel por el secuestro, descuartizamiento y asesinato de su jefe en 1997, murió de tres disparos en la cabeza efectuados por un agente que disparó cuando el fugitivo, que estaba armado, se negó a rendirse.

La captura de Sweat no cierra sin embargo más que un capítulo de la rocambolesca historia que comenzó cuando, en la mañana del 6 de junio, los guardias de la prisión de Clinton descubrieron las camas vacías en las celdas de los dos presos. Todavía está por finalizar la investigación sobre cómo lograron completar su espectacular fuga -"de cine", reconoció el gobernador- que implicó romper una pared de acero y practicar agujeros en tuberías por las que lograron burlar las rejas y muros de la cárcel donde cumplían sus largas condenas.

Cuomo prometió una investigación exhaustiva y aseguró que todos los cómplices de Sweat y Matt deberán "responder ante la justicia". Por el momento están arrestados una empleada civil, Joyce Mitchell, y otro agente de prisiones, Gene Palmer, acusados de haber ayudado a los reos a introducir de contrabando las herramientas -como serruchos escondidos en carne- con las que prepararon la espectacular fuga que ahora ha visto su fin.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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