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NASRIN SOTUDEH | Abogada y activista iraní

“El pacto nuclear no frenará la lucha por los derechos humanos”

En Irán se siguen dictando "sentencias muy duras por un mero post en Facebook", afirma

La abogada y activista iraní Nasrin Sotoudeh, el pasado diciembre.
La abogada y activista iraní Nasrin Sotoudeh, el pasado diciembre.Kaveh Kazemi (Getty Images)

Nasrin Sotudeh está llena de esperanza. Muchos activistas, sobre todo fuera de Irán, temen que el acuerdo nuclear haga que Occidente se olvide de la situación de los derechos humanos. Sin embargo, esta abogada, premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2012, confía en que sea al contrario. “Existe ese riesgo, pero nosotros como activistas, no debemos verlo como un obstáculo para los derechos humanos, sino como un aliciente para seguir trabajando”, afirma en su despacho del centro de Teherán.

“Después del acuerdo, que espero que se alcance, el factor determinante para la promoción de los derechos humanos seremos los activistas, sobre todo dentro Irán”, defiende Sotudeh, de 52 años, casada y con una hija.

No es ingenuidad. Esta defensora de los derechos, y de figuras tan relevantes como la Nobel de la Paz Shirin Ebadi, el periodista Isa Saharkhiz o el opositor Heshmat Tabarzadi, acaba de apuntarse una victoria. Después de casi tres meses de sentadas diarias frente a la sede del Colegio de Abogados, ha visto cómo su inhabilitación se reducía de tres años a nueve meses. Están a punto de cumplirse y ya cuenta los días para volver a ejercer.

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“Cuando inicié la sentada con el apoyo de otros compañeros, el objetivo era lograr que se anulara la inhabilitación, pero hemos decidido terminar con el asunto y hoy hemos concluido”, declara a última hora del pasado lunes. Aunque no conoce el motivo exacto de la medida, supone que las negociaciones nucleares han influido. “Estamos hablando con Occidente y [las autoridades] quieren dar buena impresión”, opina antes de añadir que “en las últimas semanas, la policía prácticamente no ha intervenido, sólo vigilaba”.

Todavía pesa sobre ella la prohibición de viajar al extranjero, lo que le ha impedido recoger el premio que en 2010 le otorgó el Consejo General de la Abogacía Española. Pero su empeño ha logrado aminorar sensiblemente la condena inicial a 11 años de cárcel y 20 años de inhabilitación que recibió ese mismo año por “actuar contra la seguridad nacional” y “cooperar con el Centro de Defensores por los Derechos Humanos”, la organización fundada por Ebadi. Detenida tras las protestas de 2009, no recuperó la libertad hasta septiembre de 2013, en vísperas del primer viaje del presidente Hasan Rohani a la Asamblea General de la ONU y tras 105 días de huelga de hambre.

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“Dentro del Gobierno hay roces entre reaccionarios y moderados”

“Debemos mantener nuestro activismo y hablar en voz alta. Si no hubiera hecho la sentada, es posible que después de los tres años de inhabilitación tampoco me hubieran permitido trabajar”, manifiesta. “Es importante mostrar a los ciudadanos que las actividades pacíficas obtienen resultados”.

Cita como principales problemas de derechos humanos en Irán las ejecuciones (la más alta tasa per cápita, según Amnistía Internacional), los tribunales revolucionarios (una instancia paralela para delitos de carácter político) y los presos políticos. Aunque admite que estos se han reducido y ya no llegan a 1.000, “se siguen dictando sentencias muy duras, de hasta 20 años de cárcel por un mero post en Facebook”. Y lo que es tanto o más grave, durante los últimos seis años se ha hecho muy difícil el acceso a un abogado defensor.

Dentro del Gobierno "hay roces entre los sectores reaccionarios y los moderados", afirma Sotudeh

“Muchas veces cuando íbamos al tribunal revolucionario nos amenazaban con detenernos, en ocasiones lo han hecho, en otras no hemos podido acceder al juzgado o al acusado le han recomendado otros abogados. Les decían: ‘Si eliges a esta abogada, la condena va a ser más dura”, recuerda Sotudeh, que se dio a conocer defendiendo a periodistas y mujeres en casos que a menudo rechazaban otros compañeros. Advierte, además, de la aprobación la semana pasada en el Parlamento de “una ley según la cual los presos políticos sólo pueden elegir abogado entre una lista aprobada por el jefe del poder judicial”.

Dice no estar desilusionada con Rohani porque de entrada no se hizo muchas ilusiones. En su opinión, “lo que más ha reprimido las actividades de la sociedad civil en estos años ha sido el poder judicial, algo que no está en sus manos”. Pero también destaca “el ambiente positivo en el Ministerio de Cultura”. “Se han estrenado muchas películas y obras de teatro que hasta ahora estaban prohibidas, aunque al mismo tiempo, los conciertos se cancelan uno tras otro. Eso parece indicar que dentro del Gobierno hay roces entre los sectores reaccionarios y los moderados, de ahí el ambiente de agitación”, interpreta.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa, ENVIADA ESPECIAL
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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