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EE UU promete intensificar los ataques contra el Estado Islámico en Siria

Obama advierte de que la lucha contra el extremismo es "a largo plazo". Estados Unidos acelera la entrega de material militar a Irak

Pablo Ximénez de Sandoval
Barack Obama, el lunes en el Pentágono.
Barack Obama, el lunes en el Pentágono.AFP

El presidente de Estados Unidos se desplazó este lunes al Pentágono para ser informado de la situación en la lucha contra el extremismo islamista en Irak y Siria. Tras recordar que EE UU se plantea la lucha contra el autodenominado Estado Islámico como “una campaña a largo plazo” en la que “llevará tiempo erradicarlos”, comunicó que se dispone a aumentar los ataques contra plantas de gas y petróleo con los que el grupo financia sus operaciones. “Vamos a intensificar nuestros esfuerzos contra EI en Siria”, dijo Obama. “Vamos a por los líderes y las infraestructuras de EI en Siria, el corazón desde el que expulsa propaganda a todo el mundo”.

“Nuestra coalición ha golpeado a EI con más de 5.000 ataques aéreos”, aseguró el presidente. Según el recuento del Pentágono, más de 1.900 de esos ataques han sido en suelo sirio y EI ha perdido ya la cuarta parte del territorio que había conquistado en Irak y una de sus principales rutas de suministros hacia Raqqa, su base de operaciones en Siria. “Las recientes pérdidas de EI en Irak y Siria demuestran que puede ser derrotado y lo será”.

Más atención al 'lobo solitario'

El briefing que recibió Barack Obama en el Pentágono sobre el estado de situación en la guerra contra el radicalismo islamista se produce una semana después del ataque contra turistas europeos en una playa de Túnez por un terrorista solitario. “EI y su ideología obviamente son una grave amenaza más allá de la región. En las últimas semanas hemos visto ataques en Túnez, Kuwait y la península del Sinaí”, recordó Obama.

El presidente recordó que EE UU no está libre de esta amenaza. "Aquí hemos visto toda clase de terrorismo autóctono", dijo. "La historia reciente nos recuerda que un solo individuo motivado por una ideología de odio y acceso a las armas puede infligir un daño horrible a los americanos", como en el caso de la iglesia negra de Charleston el mes pasado. "EI ha sido particularmente eficiente en reclutar gente por todo el mundo, también aquí en Estados Unidos". El presidente recordó que dos individuos aparentemente inspirados por EI abrieron fuego en Texas.

“La amenaza de lobos solitarios o pequeñas células terroristas es compleja, más difícil de detectar y prevenir” que los grandes atentados. “Tenemos que ponernos al día para prevenir estos ataques”.

España acaba de elevar su nivel de alerta terrorista al detectar cada vez más menciones del país en los círculos islamistas en las redes.

La campaña de EE UU contra el grupo islamista comenzó en septiembre del año pasado con la promesa de que no habría tropas sobre el terreno y que se concentraría en ataques aéreos y una estrategia de contención y deslegitimación de los extremistas apoyándose en los países del entorno. Uno de esos países es Siria, donde hace poco más de un año EE UU estuvo a punto de bombardear en respuesta al uso de armas químicas por parte del dictador Bachar el Asad contra la población civil rebelde. Finalmente, la intervención en Siria ha sido contra el sádico grupo radical que acabó aglutinando la oposición islamista a El Asad.

Aquella decisión se producía cuando Occidente se horrorizaba ante las ejecuciones sumarias, grabadas en vídeo y difundidas en las redes, de periodistas occidentales secuestrados por los islamistas. Prácticamente no hay semana que la propaganda de EI no deleite a sus acólitos con un vídeo macabro. Esta semana fue uno de una ejecución masiva en el teatro romano de Palmira, en el centro de Siria. En la grabación se ven niños participando en la ejecución.

La estrategia de EE UU de no combatir cuerpo a cuerpo con los terroristas sin contenerlos a base de ataques aéreos necesita de la colaboración, principalmente, de las fuerzas iraquíes. “Estamos acelerando el entrenamiento y apoyo de las fuerzas locales que combaten con EI sobre el terreno. En este aspecto, nuestra estrategia iba demasiado despacio. Pero la caída de Ramadi ha galvanizado al Gobierno iraquí. Así que vamos a acelerar el entrenamiento de las fuerzas iraquíes, incluyendo voluntarios de las tribus suníes de la provincia de Anbar”.

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El presidente reconoce en esa estrategia, sin embargo, que ninguna campaña exclusivamente militar es suficiente para frenar el terrorismo islámico en la zona. “Ellos han llenado un vacío, y tenemos que asegurarnos de que cuando los echemos ese vacío este lleno”, fueron las palabras de Obama para explicar que solo se logrará la erradicación del movimiento terrorista cuando se solucionen las condiciones políticas y económicas sobre las que se asienta su mensaje.

La batalla contra ISIS formará parte del legado de Obama, quien se encuentra en los últimos 18 meses de su presidencia. Será la herencia bélica que reciba el próximo presidente, como él recibió dos guerras del anterior. La diferencia es que él no dejará una guerra abierta, sino más bien una estrategia, una manera de operar militarmente contra aquellos grupos que amenazan a EE UU, allí donde estén, basado en la cooperación de las autoridades locales. Antes de un año, los aspirantes a heredar esta política tendrán que informar al público norteamericano de sus planes al respecto.

La Casa Blanca aprovechó esta comunicación sobre EI para lanzar un mensaje a la mayoría republicana en el Congreso. Hace tres meses que Obama designó al abogado Adam Szubin para el puesto de subsecretario del Tesoro con la misión especial de atacar las finanzas del grupo terrorista por todo el mundo. Ese nombramiento está bloqueado en el Senado por los republicanos. “Este es un puesto vital para nuestros esfuerzos antiterroristas”, dijo Obama, que reclamó un voto afirmativo del Senado “cuanto antes”.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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