_
_
_
_
_

Guía para entender el rompecabezas de la negociación nuclear iraní

Tras 20 meses de diálogo, las potencias y Teherán encaran la recta final de la negociación

Marc Bassets
Los negociadores de Irán y la comunidad internacional sentados en la mesa de negociaciones en Viena.
Los negociadores de Irán y la comunidad internacional sentados en la mesa de negociaciones en Viena.LEONHARD FOEGER (REUTERS)

¿Qué se negocia en Viena?

El objetivo de las negociaciones de Viena es redactar y aprobar el texto y los anexos del Plan de Acción Conjunto y Completo (JCPOA, en sus iniciales en inglés).

El documento debe poner fin a más de una década de contencioso entre Irán, de un lado, y Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU, de otro. EE UU y la UE sospechan que Irán ha tenido un programa nuclear secreto y que planea fabricar una bomba atómica. Irán niega querer el arma atómica y asegura que solo quiere la energía nuclear para generar electricidad y para fines médicos.

¿Qué quieren Estados Unidos y sus aliados?

EE UU y la UE quieren un acuerdo que, durante diez años como mínimo, bloquee las vías de las que Irán dispone hoy para obtener la bomba. Creen que ahora, si Irán quisiera, podría fabricarla al disponer ya de uranio y plutonio, que es el material necesario para fabricar la bomba nuclear..

El presidente de EE UU, Barack Obama, habla de cuatro vías de Irán hacia la bomba:

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

¿Cómo impedir el acceso de Irán a la bomba atómica?

El documento de Viena, basado en el acuerdo de principios adoptado en Lausana el 2 de abril, obliga a Irán a reducir sus actividades nucleares:

Ahora Irán tiene en torno a 19.000 centrifugadoras. Las centrifugadoras son máquinas que, girando a una velocidad supersónica, purifican (o enriquecen) el uranio, un proceso necesario para fabricar la bomba nuclear. El texto provisional de Lausana deja el número de centrifugadoras en 6.104. Además, Irán sólo utilizará centrifugadoras IR-1, un modelo antiguo y rudimentario.

Durante 15 años, Irán podrá enriquecer uranio a más hasta el 3,67%. Es necesario enriquecer uranio al 90% para fabricar la bomba.

Irán reducirá su ‘stock’ de uranio de 10.000 kiogramos a 300 durante 15 años.

Se trata, según la Administración Obama, de que, si Irán decidiese fabricar la bomba, necesitase un año para hacerlo, un tiempo suficiente para que EE UU y sus aliados reaccionasen.

¿Cómo asegurarse de que Irán cumple?

Este es uno de los nudos que los ministros intentan deshacer en las últimas horas de negociaciones en Viena. EE UU y sus aliados quieren garantizar que Irán cumpla mediante un régimen estricto de inspecciones. Los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) serán los encargados de vigilar que Irán cumple los términos del acuerdo y, al mismo tiempo, asegurarse de que no desarrolla un programa nuclear secreto.

¿Qué obtendrá Irán a cambio?

Irán obtiene el levantamiento de las sanciones que ahogan su economía y le aislan internacionalmente. Las sanciones son múltiples y forman un entramado complejo. Se han impuesto por tres vías:

Según el acuerdo de principios en Lausana, en cuanto el OIEA verifique que Irán cumple el acuerdo final, EE UU y la UE suspenderán sus sanciones relacionadas con el programa nuclear (no aquellas, en el caso de EE UU, relacionadas cpn el terrorismo, los derechos humanos o el programa de misiles balísticos).

El acuerdo prevé también la retirada de todas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, se adoptará una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que dejará en pie las sanciones que afectan al comercio de armas convencionales y misiles balísticos.

¿Qué obstáculos quedan por resolver?

En síntesis, en Viena se discuten dos cosas:

En Viena han surgido varios puntos de discrepancia:

—¿Hasta dónde podrán llegar los inspectores? Irán no quiere que entren en instalaciones militares. Los negociadores occidentales —en especial, Francia— insisten en el acceso máximo de los inspectores.

—¿Debe Irán revelar sus actividades pasadas? Los negociadores occidentales insisten en que Irán debe revelar lo que en la jerga de las negociaciones se denominan las “posibles dimensiones militares” del programa nuclear”. Para ello, los inspectores necesitaría interrogar a científicos nucleares y visitar bases militares iraníes. El líder supremo de Iran, Alí Jamenei, ha excluido esta posibilidad.

—¿Qué ocurre con los programas de investigación y desarrollo nuclear de Irán? Estados Unidos y sus aliados quieren restricciones durante 10 años en la capacidad de Irán para investigar y desarrollar centrifugadoras. Jamenei ha cuestionado estos límites.

—¿Y si Irán incumple el acuerdo? EE UU y los europeos quieren un proceso para reinstaurar las sanciones sin depender del veto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU.

—¿Qué sanciones levantará la ONU? Irán se queja de que el acuerdo inicial de Lausana mantenga el embargo a la importación y exportación de armas convencionales.

¿Hasta cuándo pueden negociar?

La fecha límite original era el 30 de junio. Ese día, los negociadores anunciaron una prórroga de una semana, es decir, hasta el 7 de julio. Durante este periodo, el alivio temporal de las sanciones —acordado en noviembre de 2013 en paralelo al inicio de las negociaciones— se prolongó una semana.

La siguiente fecha es el 9 de julio, el día que Administración Obama debe presentar al Congreso de EE UU el acuerdo. En ese caso tendrá 30 días para examinarlo. Si EE UU presenta el acuerdo más tarde, el Congreso tendrá 60 días, lo que dará más margen a los críticos para reabrir el debate.

El 7 de julio, ante las dificultades para aprobar el acuerdo, los negociadores decidieron seguir negociando. EE UU prolongó el acuerdo para aliviar las sanciones hasta el 10 de julio y, ese día, volvió a prolongarse hasta el 13 de julio.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_