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EE UU y Turquía forjan un plan para asegurar la frontera siria

El área es una inversión descafeinada de lo que pidió Ankara a primeros de año

Manifestantes este lunes en Ankara portando fotografías de las víctimas de un atentado suicida que mató a 32 activistas.
Manifestantes este lunes en Ankara portando fotografías de las víctimas de un atentado suicida que mató a 32 activistas.ADEM ALTAN (AFP)

Estados Unidos y Turquía negocian un plan para crear a lo largo de la frontera turcosiria una zona liberada de la presencia de combatientes del Estado Islámico (EI). El objetivo es sellar la porosa frontera que, según la coalición internacional que combate contra los yihadistas, ha permitido al EI alimentar con efectivos y medios sus operaciones. La nueva colaboración entre Washington y Ankara —que hasta ahora había mantenido una actitud reticente— no es sin embargo fácil. Turquía considera las milicias de protección popular kurdas que luchan en Siria como un grupo terrorista, mientras EE UU se ha aliado con ellas en el frente común contra el yihadismo y las considera como clave para mantener despejada la zona fronteriza.

Estados Unidos ha sido receloso hasta ahora para establecer estas llamadas zonas seguras bajo el amparo de sus fuerzas y las de sus aliados, pero el avance del Estado Islámico en Siria e Irak le ha llevado a cambiar algo esta posición. La zona de seguridad pensada para el sur de Turquía no será de exclusión aérea, según la idea que actualmente estudian los distintos implicados, al menos de forma oficial.

Esta nueva área libre del EI sería en cambio una versión light de la “zona tapón” propuesta desde inicios de año por los turcos, que incluiría todo el área fronteriza. Si bien Washington no quiere hablar de dimensiones, fuentes de seguridad citadas por la prensa turca sostienen que tendrá una extensión de entre 90 y 100 kilómetros, la distancia entre las localidades sirias de Azaz y Yarablus, entre las que se extiende el territorio del Califato que hace frontera con Turquía.

El área ocuparía hasta 40 kilómetros de Siria y sería controlada, desde territorio turco, por las Fuerzas Aéreas y la artillería de Turquía, con el concurso de la aviación de la coalición. El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, ha dejado claro que su país no entrará en territorio sirio, pero avisó de que las operaciones contra el EI “continuarán hasta que se retire de la frontera”.

También ha habido ajustes de estrategia en Turquía. Tras meses de insistencia por parte de Washington, el Gobierno de Ankara anunció la semana pasada la apertura de las bases aéreas turcas a la aviación de Estados Unidos en su ofensiva contra el EI.

Al Ejecutivo islamista moderado de Turquía no le quedó más remedio que unirse a la coalición antiyihadista después de que un atentado matase a 32 personas el pasado lunes en la localidad turca de Suruç y de que, tres días más tarde, milicianos del EI abriesen fuego contra un puesto militar fronterizo turco.

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A cambio, Turquía ha arrancado a Estados Unidos la concesión de su cooperación para la creación de esa zona libre del EI. El objetivo de esta iniciativa turca es ofrecer una zona segura al Frente de la Conquista, una alianza creada el pasado abril bajo el patrocinio de Turquía, Arabia Saudí y Qatar en la que participan rebeldes moderados del antiguo Ejército Sirio Libre pero cuya mayor fuerza de combate son los batallones islamistas radicales de Ahrar ash Sham, Yaish al Islam y el Frente al Nusra (filial de Al Qaeda en Siria). Si bien al fundarse, la alianza consiguió arrebatar al régimen grandes porciones de terreno en la provincia de Idlib, luego se vio confrontada en su flanco oriental por el EI, empeñado en tomar el crucial paso fronterizo hacia Turquía de Bab al Salame.

Si se conforma la citada zona libre, el Frente de la Conquista podrá contar con una retaguardia segura en la que no temer los ataques del Estado Islámico, lo que le permitirá dirigir sus esfuerzos contra el régimen sirio. Además, esta zona serviría para taponar una eventual expansión kurda a lo largo de la frontera.

Ataques contra el PKK

Mientras, el conflicto se recrudece en Turquía. Las fuerzas aéreas del país bombardearon por tercer día consecutivo las posiciones del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán y ello provocó la pérdida de comunicación con una cincuentena de personas, según la agencia DIHA.

La milicia kurda que lucha en Siria contra el EI —las YPG, Unidades de Protección Popular— también denunciaron haber sufrido ataques. Si este se confirma como intencionado y no a un error de cálculo, sería otro cambio de tercio por la parte turca, que hasta ahora no había puesto el foco en su dirección.

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