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500 días de misterio en el MH370

El hallazgo de una posible pieza del Boeing 777 en el Índico es la mayor pista tras 16 meses

Posible resto del vuelo MH370 hallado en la isla Reunión.
Posible resto del vuelo MH370 hallado en la isla Reunión. R. WAE TION (EFE)

El hallazgo de un alerón de un Boeing 777 en las costas del océano Índico es sin duda el mayor paso hasta el momento para arrojar algo de luz a uno de los mayores misterios de la historia de la aviación civil: la desaparición, hace 16 meses, de un avión de Malaysia Airlines que cubría la ruta entre Kuala Lumpur y Pekín con 239 personas a bordo.

La pieza llegó este sábado a París y será trasladada a Toulouse, donde una unidad especializada del Ministerio de Defensa francés formada por 600 personas verificará si pertenece al MH370 a partir del miércoles. Miembros del Gobierno y expertos en aviación de Malasia y un equipo de Boeing ayudarán en las tareas de verificación. Pero más que dar respuestas a lo que pasó, los investigadores confían en que el descubrimiento avale sus cálculos y confirme que la búsqueda del aparato en el fondo marino del Índico sur durante casi 500 días no se ha llevado a cabo en el lugar equivocado.

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De confirmarse la hipótesis, al menos se eliminarían algunas de las teorías (conspirativas) que han rodeado el caso, como las que defienden que el aparato llegó a aterrizar sin problemas en la base militar estadounidense de Diego García o en alguna de las miles de pequeñas islas en Indonesia, que fue secuestrada por los talibanes y estaría en Pakistán o hasta que fue abducida por extraterrestres. El hecho de que la pieza del ala se haya encontrado en isla Reunión, a casi 4.000 kilómetros del área de rastreo, es consistente con la versión oficial de que el aparato se estrelló en el Índico sur teniendo en cuenta el tiempo que ha pasado y el flujo de las mareas.

Los expertos, sin embargo, ven imposible deshacer con la ayuda de simuladores el recorrido del alerón con tal de establecer la localización exacta de la aeronave en la actualidad. El principal problema son las múltiples variables que habrán influido en su particular viaje, como las condiciones meteorológicas en general, el viento o el efecto de los tifones. “El alerón no contribuirá mucho a saber dónde se encuentra el aparato en el presente”, advirtió el ministro australiano de Transportes, Warren Truss. Las estimaciones sobre su recorrido, sin embargo, podrían ayudar a descartar algunas zonas en la vasta área donde podría haber caído, de más de 1,1 millones de kilómetros cuadrados —más del doble que la extensión de España—.

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Radares militares

Más allá de confirmar que acabó en el Índico, el resto seguirá sin respuesta. El avión despegó de Kuala Lumpur sin problemas y media hora después abandonó el espacio aéreo malasio para entrar en el vietnamita. El piloto se despidió de la torre de control de forma rutinaria con un “Buenas noches, Malaysian tres siete cero” y tras unos minutos alguien de a bordo desconectó los sistemas de comunicación y desvió el aparato en dirección suroeste. Los radares militares detectaron por última vez el avión una hora después de que se perdiera el contacto sobrevolando el Mar de Andamán. Un satélite de Inmarsat recibió siete transmisiones de los motores de la nave hasta siete horas y media después del despegue. Con estos datos, los expertos concluyeron que el aparato se desvió hacia el sur, dirección a la Antártida, hasta que se quedó sin combustible.

Lo que pasó dentro del avión en este tiempo es una incógnita. Las investigaciones sobre los pasajeros y la tripulación no han dado con ninguna prueba para demostrar que se trató de un secuestro o de un intento de suicidio de alguno de los pilotos. La posibilidad de un fuego provocado por los 221 kilos de baterías de litio que se transportaban también fue examinada, pero los pilotos no dieron señales de emergencia ni modificaron la altura de la nave. La hipótesis de una descompresión de la cabina que dejó inconscientes a todos los ocupantes es viable para explicar lo qué pasó durante las últimas cinco horas en que el aparato voló hacia el sur sin apenas desviar su ruta, pero no explica el cambio de dirección a media hora del despegue. La respuesta al misterio está en los registros de las cajas negras, pero éstas no flotan y nunca llegarán a la orilla, sino que permanecerán en el fondo del Índico, si es que efectivamente se confirma pronto que el avión cayó allí.

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