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300 millones para la vacuna contra el ébola

Ahora se tiene que decidir a quién se administra la inmunización y quién la financia

Elena G. Sevillano
Un trabajador de Médicos sin Fronteras, en Liberia en octubre.
Un trabajador de Médicos sin Fronteras, en Liberia en octubre.Getty

El ébola sigue cobrándose vidas en África Occidental, pero ahora el mundo cuenta con un arma muy potente para hacerle frente: una vacuna que ha logrado un 100% de eficacia tras un ensayo clínico con 4.000 personas en Guinea. No es solo, como lo califica la Organización Mundial de la Salud (OMS), un “avance muy prometedor”; constituye también un hito en la historia de las vacunas: en apenas un año se ha conseguido desarrollar una inmunización, algo que suele necesitar una década de trabajo. Ahora que se sabe que la VSV-EBOV es segura y eficaz, hay que empezar a pensar en cómo hacerla llegar a todo el que la necesite, en el coste que va a tener hacerlo y quién lo va a asumir.

Un año de intensos esfuerzos clínicos

100% de efectividad. Ha logrado el ensayo clínico de la vacuna con 4.000 personas en Guinea, según la OMS.

Un año. Ha tardado en desarrollarse, cuando el proceso suele llegar a la década.

11.281 fallecidos. Ha dejado la epidemia en 20 meses en Sierra Leona, Liberia y Guinea.

La epidemia de ébola ha dejado a los tres países más afectados —Liberia, Guinea y Sierra Leona— en una situación muy precaria. En apenas 20 meses han fallecido 11.000 personas, se han contagiado 28.000 y a los sistemas de salud, que ya eran muy frágiles antes de que les golpeara el virus, les falta lo más básico. No hay que olvidar, señala Miriam Alía, responsable de vacunación de Médicos sin Fronteras, que estos países “han perdido 500 trabajadores de salud, que para ellos es un porcentaje muy alto de sus efectivos, que la mayoría de hospitales han estado cerrados mucho tiempo y que hay que reconstruir desde cero un sistema que ya era muy precario antes”. Por eso, y porque se trata de un caso de emergencia declarado por la OMS, no cree que “se les pida que asuman el gasto de las vacunas”.

La licencia de la inmunización la tiene la farmacéutica Merck —llamada MSD fuera de Estados Unidos y Canadá—, y será ella la que ponga el precio de cada dosis. “Nuestro objetivo es que la vacuna esté disponible en países de bajos ingresos donde la necesitan con urgencia de la forma más asequible y sostenible posible”, responde una portavoz de la compañía a EL PAÍS. Es cierto que, como explican desde la OMS, es aún muy pronto para saber cuánto costará y cómo será la vacunación. Los resultados del ensayo clínico son preliminares. “En primer lugar, una autoridad regulatoria, como la EMA o la FDA, tiene que aceptar la vacuna, que luego deberá ser registrada. Además, aún estamos recopilando datos sobre cómo funciona, de ahí que el ensayo en Guinea continúe durante algunas semanas más”, explica una portavoz de la OMS.

Mientras tanto, Médicos sin Fronteras pide que la vacuna llegue ya a Liberia y Sierra Leona. “Queremos que se empiece a administrar como ensayo clínico, como se ha hecho en Guinea. Sería más rápido y más fácil, y no necesitaría autorización. Solo haría falta que el comité ético del ministerio de salud del país y la OMS lo aprobaran”, asegura Alía. Su organización ha participado en el consorcio internacional que ha financiado y organizado el ensayo clínico (junto con los gobiernos de Canadá y Noruega, la OMS...) vacunando en Guinea a 1.200 trabajadores de primera línea. El hecho de que el esfuerzo —también el económico— haya sido colectivo, supone en su opinión que Merck pondrá un precio bajo a su vacuna.

Sea el que sea, la comunidad internacional parece decidida a hacerse cargo. Si en el futuro hay necesidad de vacunar a muchas personas, la Alianza Global para la Vacunación y la Inmunización (Gavi, por sus siglas en inglés), ha destinado de sus fondos 300 millones de dólares para extender la vacunación. “Y Merck asegura que pondría los medios para acelerar la producción”, señala la portavoz de la OMS. “Cuando se tengan todo los datos, los países podrán registrarse y comprar reservas”, añade.

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“Aún es pronto para saber cómo se gestionarán las existencias, pero es probable que Gavi cubra todo el coste o que como mucho los países hagan una pequeña contribución”, señala Rob Kelly, portavoz de esta alianza que financian, entre otros, Estados como Reino Unido y fundaciones como la de Bill y Melinda Gates. Gavi suele negociar precios más bajos y aportar una parte del coste de las vacunas rutinarias en países de bajos ingresos. Con el ébola, el esfuerzo será aún mayor.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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