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Amnistía acusa al régimen sirio de atacar sistemáticamente a civiles

La ONG tilda los bombardeos en las zonas periféricas de Damasco de “crimines de guerra”

Variso edificios destruidos tras un bombardeo en Ariha (Siria).
Variso edificios destruidos tras un bombardeo en Ariha (Siria). ARIHA TODAY (EFE)

Las fuerzas gubernamentales sirias han efectuado en los últimos seis meses 60 ataques aéreos, y han matado al menos a 560 civiles, en un solo barrio de la periferia de Damasco, según un informe de Amnistía Internacional publicado este martes. La organización acusa a El Asad de no distinguir entre objetivos militares y civiles, como estipula la legislación internacional, y de perpetuar “ataques sistemáticos contra la población civil”.

Las bombas usadas explotan a pocos metros del suelo, y destruyen todo lo que encuentran en un radio de 25 metros. En 10 de los 13 bombardeos analizados, explica el informe, los objetivos alcanzados no eran “legítimos”. Prueba de ello, sostiene AI, es que solo en tres de esos ataques fallecieron milicianos rebeldes, mientras que hubo 231 víctimas entre los civiles.

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Las cifras, recopiladas por la organización no gubernamental Syrian Network for Human Rights (SNHR) citada en el informe, reflejan el asedio al que los soldados al mando de El Asad tienen sometida a la población local. El régimen, explica la ONG, bombardea de forma indiscriminada edificios civiles, como mezquitas y escuelas, y por esto exhorta a la comunidad internacional y a la ONU a perseguir estos ataques como “crímenes de guerra”.

Amnistía Internacional se centra en el barrio de Guta para describir la “catástrofe humana” que sufre Siria. Y señala que, en esta zona, las tropas sirias han destruido aproximadamente 10 hospitales desde octubre 2012. Abu Hussam, un residente del barrio de Guta, explica la dinámica de los bombardeos. Cuando salió de casa por la mañana del día 5 de febrero de 2015 vio aproximarse los aviones del Gobierno. Su mujer y su hija estaban en casa cuando el edificio fue bombardeado. Al llegar, relata que no quedaban “ni paredes, ni suelo”. Su mujer murió en el ataque, mientras que su hija, de veinte años, se salvó: “Ella es el símbolo de la esperanza”, cuenta en su entrevista telefónica con Amnistía Internacional.

Las fuentes citadas por la organización internacional relatan que, además, las tropas de El Asad utilizan morteros para atacar mercados públicos, hospitales y escuelas, causando víctimas sobre todo entre los civiles. Y que inflan los precios de comida, agua, medicamentos, gasolina y electricidad para presionar a los rebeldes. "Podemos hacer frente a la falta de aire, y malas condiciones de trabajo, pero los heridos sufren también de la humedad, de la falta de sol y de aire fresco, lo que afecta sus heridas y estad o mental", explica Wissam, un médico de la ciudad siria de Duma, citado por Amnistía Internacional, quien expone la gravedad de la situación.

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En las conclusiones del documento, Amnistía Internacional insta a la comunidad internacional y Naciones Unidas a tomar medidas más duras contra los “crímenes de guerra” perpetuados por El Asad, a quien piden que acabe con los ataques deliberados contra objetivos civiles.

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