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Las elecciones en Guatemala concluyen sin mayores incidentes

El interior del país vota masivamente por sus autoridades locales en unos comicios con una alta participación

El conteo de votos en un colegio electoral en la Ciudad de Guatemala.
El conteo de votos en un colegio electoral en la Ciudad de Guatemala.JOHAN ORDOÑEZ (AFP)

Las elecciones guatemaltecas transcurrieron con normalidad este domingo, alejando los fantasmas de abstención masiva o actos de violencia, en el horizonte después de los sucesos de los últimos días. Uno de los primeros en votar fue el presidente, Alejandro Maldonado Aguirre, al filo de las ocho de la mañana. Antes de abandonar el colegio electoral ofreció breves declaraciones a la prensa, donde reafirmó su compromiso de seguridad y transparencia durante la jornada. Puntualizó que sus instrucciones a las fuerzas de seguridad fueron para garantizar el acceso ciudadano a los centros de votación y, ante eventuales focos de conflicto, “utilizar la persuasión, y no la fuerza” y pidió que en todo momento los agentes del orden se hicieran acompañar por delegados de la Procuraduría de Derechos Humanos.

Lo que escapó al control del mandatario, con apenas unas horas en el ejercicio del cargo, es el desorden que reina en el Ministerio del Interior. Más de 20.000 agentes fueron desplazados a ciudades y poblaciones de provincia, sin alimentos ni mantas y se vieron obligados a dormir a la intemperie y, por supuesto, en el suelo. La población, al percatarse del extremo, se organizó rápidamente para ofrecerles alimentos. “Los policías también son pueblo” fue la consigna que unificó el esfuerzo.

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La participación se hizo evidente sobre todo en las provincias con población indígena, como Totonicapán. Sololá y Chimaltenango, al oeste, o Quiché, Alta Verapaz, Huehuetenango y San Marcos, al norte. El hecho se explica fácilmente. Son poblaciones interesadas a elegir a las autoridades locales, mientras encuentran lejanos a los representantes del Gobierno central, epicentro de los escándalos de corrupción, y que solo se acuerda de ellos a la hora de pedir el voto. También madrugaron porque saben mejor que nadie que en esta época del año suele llover copiosamente después de las tres de la tarde y muchos de ellos tienen que caminar durante horas para llegar a sus aldeas.

Hasta el cierre de las urnas, a las seis de la tarde (dos de la madrugada en la España peninsular), se reportan incidentes menores, con denuncias muy puntuales como intentos de activistas del partido Libertad Democrática Renovada (Lider, que impulsa a Manuel Baldizón a la Presidencia), de amedrentar a los votantes. Otros partidos como la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE, de Sandra Torres), señalados de trasladar a votantes de otras zonas, empadronados en lugares donde la organización tiene poca fuerza. Una estratagema manida con de los débiles partidos guatemaltecos.

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