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Alemania cree que puede asumir 500.000 refugiados al año

Una nueva ola de refugiados marcha hacia Hungría desde Macedonia

Alemania es consciente de que el aumento continuado de refugiados no es un fenómeno pasajero. El número dos del Gobierno y ministro de Economía, Sigmar Gabriel, dijo el martes que su país podrá acoger a unos 500.000 refugiados al año en el futuro próximo gracias a su buena situación económica. "Sin duda podemos gestionar medio millón de refugiados durante varios años. Tal vez incluso más", aseguró el también líder de los socialdemócratas a la cadena de televisión pública ZDF. Gabriel puso un tope: no cree que Alemania pueda recibir cada año casi un millón de personas.

La canciller Angela Merkel no quiso corroborar estas cifras. “Nadie puede prever cuántos refugiados llegarán, pero sí tenemos la voluntad firme de resolver este conflicto”, dijo junto al primer ministro de Suecia, Stefan Löfven, el país de la UE que, en proporción a su población, más refugiados recibe.

El Gobierno alemán estima que unas 800.000 personas solicitarán asilo en el país durante este año, una cifra que cuadruplica la de 2014; y que sería de largo la mayor de la serie histórica. Hasta ahora el número récord de refugiados había llegado en 1992, con 438.000 solicitantes de asilo, en plena crisis por la guerra en la antigua Yugoslavia. Solo el pasado fin de semana entraron en Alemania desde Hungría más de 20.000 refugiados.

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Merkel defendió que los Estados miembros de la UE deben encontrar una solución conjunta a la crisis de refugiados. “No deberíamos retarnos entre nosotros con amenazas”, dijo. La canciller considera que Europa tiene que repartir de forma más equitativa el número de refugiados, y apoyar a Grecia e Italia, incapaces de asumir los que llegan.

Las declaraciones de Gabriel llegan un día después de que los tres partidos del Gobierno (democristianos, socialdemócratas y socialcristianos bávaros) acordaran aumentar en 6.0000 millones el presupuesto para política de asilo y acelerar el proceso para decidir qué demandantes tendrán derecho a la condición de refugiados. Estas decisiones deberán confirmarse en una cumbre que el Gobierno federal mantendrá con los Estados el próximo 24 de septiembre.

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Pero mientras tanto, los refugiados continúan atravesando la frontera húngara. Las autoridades húngaras interceptaron el lunes a 2.706 refugiados que entraron en el país de forma ilegal, unos 500 más que en el día anterior, según informó la policía húngara en su página web. La estación Keleti de Budapest, que en las últimas semanas funcionó como un verdadero campamento para miles de personas, el domingo se vació, pero ya están en camino otras 4.000 personas que han entrado en Serbia desde Macedonia, y se espera que este martes arriben a Hungría.

En la misma Röszke, junto a la frontera con Serbia, el nuevo campo de internamiento, donde las autoridades registran a los refugiados, se ha llenado en los últimos días y muchos han tenido que esperar y pasar la noche a raso. La portavoz de agencia para los refugiados de la ONU (ACNUR) ha afirmado que ayer se registró un número récord de 7.000 refugiados que llegaron a Macedonia.

Desde Röszke, unos 300 inmigrantes han decidido partir andando por la autopista que conduce a Budapest, pero la policía los obligó a regresar. Durante el día de ayer se produjeron intentos de fuga y protestas por parte de los refugiados, que se quejan de que han de esperar mucho, algunos incluso al raso, a que termine el proceso de identificación. La Policía llegó a usar gases lacrimógenos contra ellos. Por la noche falleció un refugiado que viajaba con su familia en el automóvil de un traficante de personas que sufrió un accidente en la autopista M1, que va de Budapest a la frontera con Austria, según informó el portal Index.

La inmensa mayoría de los refugiados que entran en Hungría quiere cruzar rápidamente el país hacia Austria y seguir luego hacia otros países ricos, como Alemania o Suecia. Su temor es ser identificados y registrados en Hungría, ya que, según la normativa europea, pueden ser devueltos a este país si tratan de cruzar a otro, al ser el primer Estado de la Unión Europea en el que queda constancia de su paso.

Mientras, en la isla griega de Lesbos, miles de personas esperan en los centros de primera acogida. El gobierno griego y ACNUR han traído personal adicional y barcos para hacer frente a la llegada masiva de migrantes, según informa la BBC. Atenas calcula que en la isla de Lesbos, de 85.000 habitantes, podría haber hasta 30.000 refugiados, según ACNUR. Las autoridades griegas enviarán transbordadores a Lesbos para trasladar a 10.000 refugiados al continente En Kos, de 33.000 vecinos, quedan aún unos 6.000, e incluso en la pequeña isla de Leros, de 8.000 residentes, hay 2.000.

Dinamarca y Suecia reciben a 1.000 refugiados

Dinamarca ha registrado desde el pasado fin de semana la llegada de cientos de refugiados procedentes de Alemania, después de que este país abriera su frontera al paso de inmigrantes y solicitantes de asilo que habían quedado atrapados en Hungría, y muchos de estos han continuado su camino hacia la vecina Suecia.

El primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, indicó este lunes que entre 800 y 1.000 refugiados habían llegado a Dinamarca desde el sábado pero no tienen intención de pedir asilo en el país. Según dijo, estas personas deberían buscar refugio para la noche y esperar a que la Policía coordine su traslado a Suecia con las autoridades suecas.

Dinamarca ha publicado anuncios en cuatro periódicos libaneses para advertir a potenciales demandantes de asilo e inmigrantes del endurecimiento de las condiciones para asentarse en el país. En el texto se señala que Copenhague ha "decidido endurecer la normativa sobre refugiados en varios aspectos".

El primer ministro danés ha abogado por buscar una solución junto a las autoridades suecas: "No podemos simplemente ignorar nuestras obligaciones y enviarles a Suecia sin su consentimiento, porque entonces estaríamos haciendo lo mismo que otros muchos países, lo cual es el motivo de que el sistema de asilo europeo esté bajo tanta presión", ha sostenido, anunciando que Dinamarca "ha tomado la iniciativa de consultar con el Gobierno sueco". Por su parte, el ministro de Inmigración sueco, Morgan Johansson, ha asegurado que "Suecia no cierra su puerta a cualquiera que busque asilo".

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