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Tribuna
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¿OEA Marginada?

La OEA permanecerá paralizada y marginada mientras exista la presente fragmentación ideológica y política en la región

En agosto pasado el gobierno colombiano no consiguió en el Consejo Permanente de la OEA dieciocho votos para convocar una Reunión de Consulta de Cancilleres que tratase la crisis fronteriza provocada por el Gobierno venezolano al deportar forzosamente miles de colombianos. El evento reveló la división existente en la OEA así como otro intento más de paralizar y marginar al principal organismo inter-gubernamental del hemisferio:

1. La votación que benefició a la “alianza chavista” refleja la actual fragmentación geopolítica del hemisferio. En contra votaron Bolivia, Ecuador, Haití (bajo presión venezolana), Nicaragua y Venezuela; se abstuvieron Argentina, Brasil, Panamá (sorpresivamente), República Dominicana, más siete estados del Caribe Inglés; Dominica se ausentó. A favor estuvieron los restantes 16 miembros. La falta de consenso paraliza y margina a la Organización. Su comportamiento depende de la relación entre sus miembros; no funciona cuando no hay consenso entre ellos. Lo lamentable es que no haya consenso para una reunión sobre la tragedia humanitaria en la frontera. Y esto a pesar de que los estados miembros crearon la Organización para “…asegurar la solución pacífica de controversias…” y promover y proteger los derechos humanos.

2. La “alianza chavista” busca marginar a la OEA de cualquier involucramiento en importantes temas de seguridad y democracia-derechos humanos en Sudamérica, manteniendo que la OEA es un instrumento del imperialismo norteamericano –argumento que no tiene asidero actual y es más propio de la Guerra Fría. Hay más bien un desinterés de EEUU en la Organización. Más convincente sería argumentar que las democracias sudamericanas son lo suficientemente maduras para manejar a nivel sub-regional sus relaciones o sus crisis internas.

3. Maduro rechazó la Reunión porque no quiere una exposición hemisférica de la calamidad fronteriza que ha causado, ni de la profunda y caótica crisis económica que el chavismo ha producido, o de la inseguridad, persecución política y desgobierno que azota a su país. La crisis fronteriza parece más una distracción, similar a la buscada con Guyana, para condicionar las elecciones parlamentarias de Diciembre en las que el régimen se ve como perdedor. Para ello ha contado con la complicidad de sus aliados ideológicos.

4. La abstención de Argentina y Brasil también apunta solapadamente a marginar a la OEA y por ende a EEUU y Canadá de cualquier intento de involucrarse en Sudamérica o con los países “progresistas” que conforman la “alianza chavista.” Esto a pesar de que ambos países contribuyeron significativamente al desarrollo y aplicación de la normativa e instrumentos para la promoción y defensa de la democracia y los derechos humanos, incluyendo la Carta Democrática Inter-Americana (CDIAM). Pero con la llegada de Chávez al poder, han impedido cualquier intento en la OEA de siquiera permitir un debate sobre la persecución política y la encarcelación de líderes políticos en Venezuela como Leopoldo López. Por eso proponen que la crisis fronteriza se trate bilateralmente o en UNASUR, propuesta que sólo parece querer proteger a Maduro.

5. EL intento por marginar a la OEA ha incluido ataques contra ella, sus Secretarios Generales y su Comisión Inter-Americana de Derechos Humanos (CIDH). Los presidentes Correa, Morales y Chávez/Maduro la han desacreditado repetidamente como obsoleta y útil sólo para EEUU. También han querido amordazar la CIDH, cuya creación en los años 50 y 60 fue un logro Latinoamericano, y han irrespetado los compromisos con los principios democráticos de la CDIAM (e.g., la separación de poderes, la libertad de prensa, la alternancia gubernamental, las observaciones electorales). Morales y Maduro han disparado que “la OEA no sirve para nada,” y que hay que substituirla porque es una “guarida de conspiración contra los gobiernos progresistas.” Chávez maltrató con frecuencia al Secretario General Gaviria y a su sucesor, José Miguel Insulza, por supuesta injerencia en los asuntos venezolanos, y ahora Maduro y su ex Canciller, Elías Jaua, han insultado al Secretario General Luis Almagro, tildándolo de traidor y anti-venezolano, por reunirse éste con líderes de la oposición. En la reunión del Consejo Permanente, Almagro, incomprensiblemente, permaneció callado sobre la tragedia fronteriza.

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6. Llamativamente los estados miembros actúan como si lo que ocurre no les atañese, como si no fueran ellos mismos la OEA, los que la crearon y la financian, y como si el Secretario General no les perteneciera, o no lo hubiesen elegido. La descalificación del organismo y los insultos al Secretario General, ¿no son un atropello y un irrespeto a sus propios miembros y sus Embajadores? Ignorar lo que ocurre ¿no contribuye a la marginación y parálisis de la OEA?

7. La OEA no es un ente supranacional que puede actuar independiente de sus miembros, es un organismo inter-gubernamental cuyo comportamiento siempre refleja el mapa geopolítico hemisférico del momento y el estado de las relaciones entre sus miembros y su balanza de poder. También depende de cuánto sus miembros valoran los propósitos, principios, instrumentos y trayectoria de la Organización. La OEA permanecerá paralizada y marginada mientras exista la presente fragmentación ideológica/política en ese mapa.

Rubén Perina es profesor de la George Washington University y ex funcionario de OEA

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